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  1. Creo en ti. Capítulo Diez

    lunes, 18 de abril de 2011



    Una vez que dejó atrás a Estela Vilma hizo el resto del camino a la enfermería a zancadas, intentó relajarse y dejar de pensarlo pero es que sacaba lo peor de ella; habían tenido sus broncas, pero lo de aquel día había sido demasiado; cuando voto a favor de dejar al Capitán, De la Cuadra y a Piti en la bodega había hecho por entenderla, tenía miedo a morir, muchos lo habían tenido; cuando se había acostado con Piti habían llegado a pegarse, pero aquello había quedado aclarado, en muchas cosas pensaban distintos, pero eran diferencias salvables, ¿qué se quería meter desnuda en la cama del Capitán? Bueno...cada uno con sus idas de olla. Pero lo de aquella mañana era lo último, ¿qué más le daría a ella lo que Andrés hacía o dejaba de hacer con su vida? Era su amigo, se suponía que lo que le importaba es que fuese feliz, sin condiciones, pero como siempre, Estela la sorprendía; sin darse cuenta llegó a su destino y cerró la puerta de un golpe; era obvio que no había logrado calmarse, el cabreo con Estela por su encontronazo era más que evidente.
    --- Ups, perdón --- dijo al darse cuenta de lo que como había entrado a la habitación.
    --- Tranquila mujer, no pareces de muy buen humor--- le respondió Julia acabando de leer unos papeles.
    --- Contenta estoy pero siempre hay alguien que se cree que puede joderte el día, ¿tú qué tal estás?
    --- Yo perfecta --- dijo Julia sonriéndole, hacía un tiempo que parecía realmente feliz --- aunque no entiendo del todo lo que pasó en el comedor si te soy sincera.
    --- No me hables de eso--- le dijo Vilma subiéndose a la camilla y empezando a balancear las piernas --- ¿tú qué opinas?
    --- ¿Yo? Que Palomares es mayorcito para saber que hacer con su vida y que nadie deberia interferir en sus decisiones, no creo que Ricardo le pusiese pegas...
    --- Ricardo ehhh--- la picó Vilma interrumpiéndola.
    --- Bueno...el Capitán--- comentó Julia--- a todo esto ¿tú no venías a preguntarme algo? Supongo que quieres que hagamos la ecografía, se ha vuelto comodón ahí dentro--- mientras hablaba Julia empezaba a colocar el material.
    --- No, no hace falta, se ha movido --- dijo Vilma negando con la cabeza ilusionada.
    --- ¿De verdad?--- Julia se emocionó ante la noticia.
    --- Sí, dos veces --- contestó la futura mamá contenta y llevando la mano una vez más a la cadena, a ese trocito de Andrés que tenía con ella.
    --- Entonces...tu dirás que tienes que preguntarme.
    --- Nada, dudillas tontas sobre el embarazo; muchas son tonterías pero claro, tampoco tengo otra manera de resolverlas si no es preguntándote--- mientras se explicaba seguía balanceando los pies nerviosa.
    --- No te preocupes, soy tu médico, y tu amiga, así que preguntame todo lo que quieras saber, es mejor que no te quedes con ninguna duda --- Vilma le sonrió agradecida desde la camilla --- pero pensé que ya no te quedaba nada más que preguntarme--- añadió Julia sonriéndole a su vez.
    --- Lo sé, lo sé, soy un poco pesada pero soy primeriza en el fin del mundo, es mi única excusa--- Julia asintió con la cabeza y esperó a que empezase con su ronda de preguntas; Vilma se devanó los sesos un momento, sólo tenía una pregunta, pero no podía soltarla así de sopetón:
    --- Lo que habíamos hablado de la leche...
    --- A ver, nosotras vamos a suponer que le podrás dar el pecho, pero en caso de que no se pueda podemos arreglar perfectamente con la leche que tenemos, no es infantil pero servirá--- le contestó, sabía que Vilma estaba nerviosa por su embarazo, bastante bien lo estaba llevando dadas las condiciones en las que estaban, pero la doctora creía que en aquella ocasión la chica tenía claro lo que quería preguntarle pero estaba dando vueltas, aquello lo tenían más que hablado.
    --- Vilma, ¿me equivoco o sabes perfectamente lo que me quieres preguntar?
    --- Sí...verás...esto...--- Vilma pensó que su plan de sutileza no había dados sus frutos, pero esto no era algo que tuvieses que ir preguntando por ahí normalmente.
    --- ¿Vilma te estás ruborizando?--- preguntó Julia riendo.
    --- ¡No te rías de mi! Bastante apurón me estoy llevando ya...a ver que si...
    --- ¿Puedes mantener relaciones?--- Julia intentó no romper a reír mientras hacía la pregunta.
    --- Mira tú, si ya sabías la pregunta no era necesario hacerme sufrir--- le respondió Vilma mientras se ponía roja hasta las orejas, vivían en un barco, bastante poca intimidad había como para ir contando por ahí todos los detalles, además ella se apellidaba Llorente, no Montes.
    --- Lo siento--- Julia cambió la cara y adoptó un tono profesional--- A ver, no hay motivo que haga pensar que no puedes mantener relaciones sexuales, aunque tu embarazo no es fácil eso no tiene nada que ver, en ese aspecto es una gestación normal; si ves que se te presentan molestias distintas de las habituales házmelo saber y miramos de que puede ser, y en los últimos meses ya miraremos como se va desarrollando todo, pero hasta nuevo aviso puedes llevar una vida sexual normal.--- Vilma asintió a todas sus palabras:
    --- ¿Completamente normal?
    --- Sí, del todo. Hombre habrá cosas que te pueden resultar incómodas pero eso ya lo irás viendo tu.
    --- Vale, vale,vale--- dijo Vilma azorada agitando las manos--- ¿Entonces esté va a estar bien?--- mientras lo preguntó apoyó una mano en su tripa.
    --- Sí, no corre ningún tipo de riesgo tranquila. Bueno hasta aquí mi parte profesional, ahora viene la cotilla...¿con quien quieres pasar tu a mayores?--- preguntó Julia sentándose a su lado.
    --- Oye cotilla, que esto era una consulta profesional--- dijo Vilma estirando el cuello--- un momento médico-paciente nada más.
    --- Y te la conteste, ahora dime...¿quién es el afortunado?
    --- Qué no te lo voy a decir, ya puedes esperar sentada--- para darle más enfasis se cruzó de brazos.
    --- Venga, ¿qué te cuesta? Un cotilleo para pasar el día--- en ese momento golpearon en la puerta y entró Piti:
    --- Doctora, De la Cuadra me manda a por Trombocid, el resto de la frase creame que no hace falta que se la diga --- Julia rió ante el comentario y se levantó a buscar la pomada mientras Vilma hablabla con Piti.
    --- ¿Qué haces aquí? ¿Todo bien?--- preguntó el chico preocupado.
    --- Sí,solo estoy de parola con Julia, oye, ¿más tarde podemos hablar?
    --- Claro que sí, cuando quieras después de los turnos, ¿a la noche mejor? --- Vilma asintió y Piti cogió el tubo que Julia le estaba ofreciendo y salió de allí tropezando con la puerta.
    --- ¿Y a este que le pasa?
    --- Vete a saber---contestó Vilma--- estará preparando alguna de las suyas.
    --- Le dijiste que tienes que hablar con él...¿no será...?--- Julia alzó las cejas mientras hacía la pregunta.
    --- ¿Piti? No. Si ni cuando salimos...olvida lo que acabo de decirte--- añadió ante la cara de asombró de Julia, se levantó y pusó camino a la puerta ella también.
    --- No si ahora que lo dices, dado que me acabas de preguntar si puedes...
    --- Adiós Julia--- dijo Vilma dignamente sin pararse.
    --- Pero no me dejes así que me muero de la intriga.
    --- Adiós Julia--- repitió cerrando la puerta.
    --- ¡Soy tú médico! Estás cosas son relevantes --- escuchó que gritaba desde dentro, así que abrió la puerta, se asomó y dijo:
    --- ¿Pero tú cuantos años tienes?--- esta vez fue Julia la que se cruzó de brazos haciéndose la ofendida, aunque se echó a reír a la vez que lo hacía Vilma, quien al ver que iba a volver a preguntarle cerró la puerta y fue a la cocina a ayudar a Salomé, que era lo que le tocaba.

    --- Hola vida, ¿más calmada?--- saludó la cocinera al verla entrar, estaba atareada como siempre, yendo de un lado a otro y haciendo 20 cosas a la vez.
    --- Sí, tus tisanas hacen milagros. ¿A qué me pongo?
    --- Pues a que va a ser corazón, a limpiar pescado...menos mal que no tenemos a ningún alérgico, porque sino iba a mantenerse a ostias, porque a otra cosa...--- Vilma rió ante el comentario de Salomé y se puso los guantes para empezar a trabajar, en ese momento se abrió la puerta y entró Andrés cargado con una caja llena de pescado, Vilma que estaba de espaldas a la puerta no pudo evitar sonreír al oír su voz:
    --- Pues si alguien tiene que comer ostias a mi aún me quedan sin consagrar.
    --- Pasa con el pescado que te voy a dar yo a ti ostia sin consagrar, ¿esto no lo tenía que traer Julián?
    --- Sí, pero Piti me dio un golpe en la espalda y ya me había golpeado antes, tuve la mala idea de quejarme y el me escuchó, y me mandó a traer el pescado porque la cubierta no es lugar para....quejicas, y ahora quedaba gritándose con dos o tres más--- se explicó el chico.
    --- No creo que él haya dicho quejicas...Un día normal con De la Cuadra vaya--- dijo divertida Vilma
    --- No lo sabes tu bien hija, no se como lo aguanto...es un milagro.
    --- No es un milagro Salomé, es amor--- dijo Palomares mientras vaciaba la caja y le guiñaba un ojo a Vilma.
    --- Sí, eso tambien--- rió la cocinera --- ¿Comó lleva lo que pasó antes en el comedor Padre?
    --- Salomé que me llames Andrés, o Palomares como todo el mundo. Bien, no entiendo porque tuvieron que ponerse así por algo que es completamente privado, pero bien --- mintió el ex-cura.
    --- La gente que solo se quiere a si misma no entiende que hay cosas por encima de las creencias de uno mismo, pero si tu estás bien me quedo más tranquila--- le respondió dando una palmada en su mejilla y entrando a la alacena--- a la que casi se la un ataque de la rabia, fue a esta.
    --- Ehh, no te chives de mi, que yo soy una persona muy tranquila y centrada--- dijo Vilma alzando la voz para que la oyese, Andrés que ya había acabado de vaciar la caja se apoyó a su lado en la encimera y empezó a ayudarla con el pescado sin decir nada.
    --- Yo no digo que no vida, no digo que no, pero antes te llevaban todos los demonios--- Vilma se fijo en como Andrés sonreía ante la frase de la cocinera, esta llego junto a ellos y abrió una caja:
    --- Andrés a ti no te puedo ofrecer que yo tampoco voy a coger, pero vamos a darle una alegría a ese chiquitín ahí dentro--- quitó la tapa y dejó al descubierto una hornada de magdalenas de chocolate--- me decidí a hacerlas para el desayuno de mañana, pero tengo que tenerlas escondidas, que el chocolate y el racionamiento son dos cosas que no se llevan bien. Coge una.
    --- No Salomé, son para todos, ya me dais la leche extra en el desayuno--- mientras hablaba a Vilma se le hacía la boca agua pero no quería aprovecharse.
    --- ¿Quién es aquí la cocinera? Que cojas una te digo --- Vilma miraba la caja indecisa, no quería coger, pero la verdad es que tenía hambre.
    --- Vilma, hoy echaste el desayuno, no tienes nada en el cuerpo desde la cena, cómete la magdalena--- el tono de Andrés no era de broma, a Vilma le recordó vagamente al de la noche anterior cuando le había impuesto no morirse; sabía que los dos tenían razón, y que serían capaces de hacerla comer si hacía falta, además tenía tanta hambre, y olían tan bien.
    --- ¿Qué vomitaste el desayuno?--- Salomé quito dos magdalenas de la caja y se las dejó en la mesa--- no acepto un no.
    --- Ya la oíste, come--- dijo Andrés señalando los dulces con el cuchillo mientras seguía limpiando los peces, Vilma lo miró haciéndole la burla y en ese momento Gamboa se unió a la reunión, nada más abrir la puerta su mirada se fijo en lo que había encima de la mesa:
    --- Espero que eso no sea para comer ahora, porque tenemos que compartir la comida entre todos, yo lo saben, sin privilegios de ningún tipo --- lo último lo dijo mirando directamente a Vilma quien empujó las magdalenas a Salomé y le dijo que tenían muy buena pinta y giró sin mirarlo, la cocinera contrariada ante esa presencia poco bienvenida en su cocina no disimuló su desagrado:
    --- ¿Quieres algo Gamboa? Porque sino aquí estamos todos trabajando.
    --- Sí, el Capitán me pidió que lo esperase aquí, tenemos que hablar unos detalles de las clases --- Vilma bufó al oír que le tocaba compartir habitación con Gamboa y se fijo en como las venas de Andrés se marcaban en sus brazos mientras esmagaba un pez debido a la fuerza con que lo había apretado.
    --- Palomares, ¿no será mejor que vayas a buscar a De la Cuadra? Aunque te dijo que lo esperases aquí ya lo conocemos todos de mala leche --- tanto ella como él sabían que lo que pretendía era que se fuese de allí para evitar cualquier problema, Andrés la miró a los ojos sin decir palabra, pero no parecía muy dispuesto a dejarla en la cocina.
    --- Eso, tu vete a buscar a ese tarambana--- dijo Salomé que se había dado cuenta de la tensión que se había adueñado de su cocina--- y tu vida, hazme un favor y vete a mirar si Burbuja me sube del congelador la caja que le pedí, que es capaz de ponerse a jugar con Valeria y dejarnos a todos esperando para comer --- Vilma asintió y salió de la cocina con Andrés delante de ella.
    --- No matarás--- dijo Vilma en cuanto se hubieron alejado un poco--- es un mandamiento ¿te suena?
    --- La verdad es que ya empiezo a tenerlos borrosos--- le dijo esbozando una sonrisa torcida.
    --- Que rápido te olvidas tu de las cosas, ¿te acuerdas de mi? Soy Vilma, tu novia --- aunque estaban solos la última parte la dijo bajando la voz, también estaban manteniendo las distancias, caminaban cerca el uno del otro pero no tanto como para tocarse.
    --- Si hago un esfuerzo me suenas, pero tampoco mucho; es que creo que voy a ir a por Piti, para acabar de ir contra la Iglesia a lo grande.
    --- Piti y tu eh...--- dijo Vilma intentando no reír--- bueno, pues nada, que seais muy felices, yo ya me pondré a salir con Ramiro o con De la Cuadra quizás, tendré que pensármelo--- al nombrar al primer oficial se acordó de otra cosa que ya había querido preguntarle en la cocina--- espera, ¿cómo que te duele la espalda? ¿Era para ti el trombocid? Fue por el golpe de antes ¿verdad?
    --- No fue nada--- se apresuró a decir para tranquilizarla--- solo que Piti es tan oportuno con lo que dice como con lo que hace, me dio un golpe donde lo tenía mazado nada más, y luego no apareció con la pomada pero bueno...
    --- Estará de caza, él nunca descansa--- dijo Vilma riendo--- ¿qué tal con Ramiro?
    --- Mejor no preguntes, ya se le pasará. ¿Hablaste con Julia?---En ese momento la gente empezó a aparecer, pues tocaba cambio de tarea o descanso, así que Vilma asintió con la cabeza y gesticuló con la mano dándole a entender que ya hablarían, Andrés le sonrióy se marchó de nuevo a cubierta mientras Vilma se iba a buscar a Burbuja a los congeladores.

    Había pasado el día y Andrés y Vilma no habían podido verse de nuevo, no a solas al menos pero era algo con lo que ya contaban así que aunque a ninguno de los dos les hacía gracia ambos lo llevaban con resignación; Vilma y Ainhoa entraron al baño a lavarse los dientes cuando Piti y Andrés iban a salir de allí.
    --- Vilma, ¿quedamos en media hora te parece?--- le preguntó Piti al verla.
    --- Eh, vale, pero si quieres espérate, que me lavo los dientes y hablamos ya.
    --- No, no, dame media hora, que tengo unos asuntillos que resolver--- le dijo yéndose a toda prisa por el pasillo, Vilma se encogió de hombros y buscó la pasta de dientes en el neceser, Ainhoa que ya tenía el cepillo en la mano paseó la mirada entre Andrés, que estaba recogiendo con toda la parsimonia del mundo y ella y se disculpó alegándo una repentina necesidad de ir al baño. Andrés la miró desde la taquilla sonriéndole y Vilma se acercó:
    --- Tengo que hablar con él de un par de cosas, mañana te lo cuento ¿vale?
    --- Vale, pero no tienes que contármelo sino quieres--- le dijo acabando de recoger.
    --- Lo sé, pero es que quiero contártelo --- respondió ella dándole un leve golpecito con el cepillo de dientes en la cabeza, Andrés miró a los dos lados del cuarto de baño y en ese momento se escuchó el ruído de una cisterna así que se apartó de ella dándole las buenas noches como cualquier otro día. Vilma se acercó a la pileta y al levantar la cabeza pudo verlo reflejado a él desde el pasillo, una vez que él se dio cuenta de que ella lo estaba mirando articuló un te quiero con la boca y se fue, Vilma sonrió y notó como los nervios que tenía por la conversación que estaba a punto de tener con Piti menguaban, Andrés la calmaba, incluso más de lo que él pensaba.
    Una vez que Ainhoa salió de baño las dos echaron a andar hacía la habitación:
    --- Estela no duerme con nosotras, ¿lo sabías?--- preguntó Noa cuando estaban llegando.
    --- ¿Ah no? Mejor, me evito el querer asfixiarla de noche--- le dijo Vilma abriendo la puerta del camarote.
    --- Pero creo que es solo hoy, no te emociones demasiado--- contestó su amiga riendo--- ¿hablasteis?
    --- Sí, y no te lo pierdas, ahora le importa la opinión de Dios, ver para creer, oye, ¿tú no prefieres ir a dormir con Ulises?
    --- ¿Me estás echando?--- le devolvió la pregunta Ainhoa, ante la cara de Vilma siguió hablando--- sí, pero era por no dejarte sola.
    --- Noa vete a dormir con tu chico, es una orden, además así puedo hablar con Piti aquí.
    --- Eso quería saber yo ¿Piti? ¿Tienes la habitación para ti y quedas con Piti?
    --- ¿Quieres que quede para una fiesta de pijamas con Gamboa?--- le preguntó Vilma encaramándose a su cama para dejarla abierta para cuando fuese a acostarse.
    --- Claro, y ya que estás invita también a mi tío Julián, os lo ibais a pasar genial--- bromeó Ainhoa--- no se, pensé que querías aprovechar para estar con otra persona, ya sabes, la puerta tiene pestillo...¿Vilma?--- insistió al ver que su amiga no le hacía caso, se acercó a su lado y vio que debajo de su almohada había una galleta y una naranja--- eso no fui yo--- le dijo mientras ella sacaba las cosas de allí.
    --- Lo se--- dijo Vilma mirando la comida que tenía en la mano y sonriendo, sabía perfectamente quien había tenido naranja de postre en la comida y no había comido la galleta de la cena, lo sabía, y sintió como se le aceleraba el corazón ante ese pequeño detalle. No se había quedado tranquilo desde que ella no había podido comer las magdalenas esa mañana y había intentado darle parte de su pescado en la comida, cosa que Vilma había tenido que evitar pinchándolo con el tenedor, momento que aproveharon para cogerse las manos majo la mesa; parecía haberse relajado algo cuando en la cena la vio tomarse los dos vasos de leche con su galleta, a ella le había extrañado que él también tomase leche en vez de pescado, y más con el trabajo que De la Cuadra les había puesto aquella tarde, pero ahora lo entendía, la galleta era algo que podía esconder y dejarle allí, el pescado no.
    Le pasó la comida a Noa y se estiró para mirar debajo de la almohada otra vez, encontró un papel doblado, si aún tuviese tenido dudas de quien era aquello la letra habría acabado de solucionárselas: "Ni se te ocurra protestar, dormid bien", la frase no decía nada fuera de lo común, lo que lo hacía pasar como un gesto inocente de cualquier persona, era un detalle de nada, pero a ella no le hacía falta nada más; sabía que había sido Andrés quien lo había dejado allí y aunque mañana le echaría la bronca por haber pasado hambre por ella ahora solo podía pensar en cuanto lo quería.
    Ainhoa que sospechaba de que iba todo aquello no le insistió más, le dio un beso de buenas noches y se encaminó hacia la puerta, antes de cerrarla dijo:
    --- Que os aproveche, que teneis que crecer los dos--- Vilma rió el chiste y le contestó distraída:
    --- Buenas noches Noa, descansa--- Ainhoa se fijo en como Vilma se sentaba en la cama de Estela mientras empezaba a pelar la naranja y se llevaba una mano al estómago, lo que dijo acabó de despejarle las dudas, pero no iba a preguntar nada y arriesgarse a meterlos en un lío--- no te quejarás de que no te cuida enano--- mientras comía lo que Andrés le había dejado y notaba como el hambre en su estómago se calmaba acabó de tranquilizarse, la conversación con Piti iba a ser complicada, pero ella iba a hacer lo que sentía.

    Después de dejar la comida bajo la almohada de Vilma Palomares llegó a su camarote y se tiró sobre la cama, De la Cuadra los había matado esa tarde y aunque el preferíria dormir abrazando a Vilma y notando las pataditas del niño al tener la mano en su barriga saber que los dos iban a dormir con el estómago lleno era suficiente para que durmiese tranquilo, escuchó a Piti rosmar mientras daba vueltas en la habitación y vio como se dirigía al armario y se metía dentro casi por completo.
    --- ¿Qué haces? ¿Una búsqueda del tesoro?--- le preguntó sin levantarse de la cama viendo como daba vueltas.
    --- No te oí llegar--- dijo Piti sacando la cabeza del armario emocionado--- ah eres tú, no me sirves--- con la misma volvió a meter la cabeza dentro.
    --- Hombre gracias, ¿pero qué buscas? Que lo estás dejando todo hecho unos zorros --- le preguntó viendo como empezaba a vaciar los cajones.
    --- Nada que tu me puedas dar Palomares...bueno, nunca se sabe, ¿no tendrá usted una gomita Padre?--- Palomares abrió la boca ante la pregunta--- Un condón Palomares que no te enteras, que si tienes un condón--- Palomares negó con la cabeza y Piti bufó--- si ya lo sabía yo, no se para que le pregunto al cura...pues que sepa Padre que todo hombre debe de andar por el mundo precavido, incluso los hombres de Dios.
    --- Si por lo que niego es porque estes montando semejante desastre por buscar un preservativo, lo tuyo es mucho.
    --- Aiii, como se nota que hace mucho que no sientes un deseo irrefrenable Palomares, sino no dirías eso--- Andrés se dejó caer de nuevo en la cama y se tapo la cara con la almohada, si Piti supiera...--- por cierto, a mi me tienes que decir como lo haces, os tienen que entrenar o algo, eso ni los monjes Xao-Ling, porque ver a una tía que te pone y no mostrarlo y aguantarse las ganas de tocarla o de...--- Andrés desconectó, empezó a recitar el rosario en su cabeza, no por creencias ni mucho menos, porque había sido lo primero que se le había ocurrido y necesitaba no escuchar a Piti, porque como le hiciese mucho caso acabaría en las duchas aquella noche de nuevo.
    --- ¡Lo tengo!--- el grito lo sacó de sus pensamientos--- gracias Ramiro aunque estés más raro que un perro verde y no estés en la habitación.
    --- ¿Y quién es la afortunada esta vez Don Juan?--- le preguntó antes de que saliese por la puerta.
    --- Vilma--- contestó Piti, según el nombre de su novia salió de los labios de su amigo Andrés se levantó de golpe, estampándose contra la balda de la cama.
    --- Palomares vaya ostia, ¿estás bien?--- Piti cerró la puerta y volvió junto a su amigo que se sujetaba la cabeza con una mano mientras salía de la cama.
    --- Sí, sí --- le dijo sujétandose a la litera para mantener el equilibrio--- ¿cómo que Vilma?
    --- Sí tío, hoy cuando fui a por tu pomada estaba ella hablando con Julia, y le preguntó si...vaya que si podía ñaca-ñaca, y luego me dijo que si podía hablar conmigo, blanco y en botella Padre, blanco y en botella.
    --- Espera, espera, espera; para empezar no sabes lo que le contestó Julia, y además no sabes si lo preguntaba por ti, lo mismo solo quería estar informada.
    --- Que no, que me quedé pegando oreja, tiene vía libre para darse a las artes amatorias--- los pensamientos de Andrés amanezaron con perderse durante un segundo pero tenía problemas más urgentes que fantasear--- y si no soy yo...no creo que este hablando de Ramiro hombre.
    --- Pero vosotros rompisteis, y tu mismo dijiste que era tu mejor amiga pero....--- Palomares no pudo seguir hablando porque Piti lo interrumpió:
    --- Que no me lies Palomares, vale que sí que es mi amiga y la quiero un mundo, pero si ella quiere volver a intentarlo yo no me voy a quedar quieto ante la oportunidad de...ya sabes, coronarme--- acabó la frase haciendo un gesto bastante gráfico que hizo que a Andrés le diesen ganas de darle una colleja.
    --- Pero Piti...
    --- Deséame suerte que hoy triunfo y me la beneficio, y ponte algo de hielo en la cabeza, que te me descerebras, y ya que estás roba algo de comer, que te suenan las tripas --- No le dio tiempo a decir nada más, Piti ya había cerrado la puerta sin darle tiempo a decirle que pensase las cosas, o que no le hacía falta un preservativo porque Vilma estaba embarazada o que pretendía beneficiarse a su novia; se dejó caer en la cama de nuevo y escondió la cara entre las manos, no podía avisar a Vilma porque Piti ya iba camino de la habitación y aunque sabía que su amigo ahora iba guiado por las hormonas y nada más no podía evitar sentir celos, algo que hacia mucho que no sentía; sabía que Vilma querría hablar con él de cualquier otra cosa eso no lo preocupaba, pero imaginarse la escena...Piti había abandonado la habitación con el preservativo en la mano y seguro que iba a entrar a matar como el mismo decía, la cara de Vilma iba a ser un poema...y él allí, sin poder hacer nada, le dio un puñetazo al colchón de arriba y se levantó para ir a la cocina, al menos se pondría hielo en la cabeza e intentaría relajarse, se levantó demasiado rápido olvidándose del mareo que le había causado el golpe y tuvo que cojerse a la cama otra vez, definitivamente aquella iba a ser una noche muy larga.

    Vilma acabó la galleta justo cuando llamaban a la puerta, gritó para que pasasen y Piti entró a la habitación:
    --- ¡Hola!--- lo saludó contenta--- nos quedamos aquí ¿te parece?
    --- Sí, sí, en la habitación, por mi perfecto--- Piti se acercó a la cama y se sentó a su lado.
    --- ¿Estás bien? A ti te pasa algo que no me estás contando--- en vez de contestarle Piti se acercó a ella y la besó de golpe, Vilma se quedó estática y alucinada, ¿que coño hacía Piti besándola?

  2. Creo en ti. Capítulo Nueve

    domingo, 3 de abril de 2011


    El día que Palomares levantó la capilla en el Estrella Polar no pensó que llegaría a serle tan útil como había acabado siéndolo. A aquella hora de la mañana la capilla estaba llena de luz, no lo suficiente como para templarla pero estaba completamente iluminada, la luz bañaba todo, los cajas que toscamente servían como bancos, el altar que había improvisado, la cruz que pendía presidiendo aquel pequeño refugio y también lo que más amaba: a Vilma. Estaba sentada en uno de los bancos con los ojos cerrados, disfrutando de los rayos de sol que jugaban en su cara. Andrés la miró desde la puerta que se había acercado a cerrar y se preguntó si había algo más bonito que ella.
    --- Me gusta este sitio--- la voz de ella interrumpió sus pensamientos--- el silencio, la calma...el hecho de que no parezca una bodega de carga sin más--- añadió bromeando.
    --- Me alegro de haberla hecho al final.
    --- ¿Para que quede como Iglesia para todos?
    --- No, bueno, también pero porque así podemos hablar aquí tranquilos. ¿No quieren un cura? Pues estoy en mi capilla como corresponde --- Vilma abrió los ojos y vió que se había sentado en el suelo enfrente de ella.
    --- ¿Estás seguro de lo que estamos haciendo? --- Andrés la había llevado allí para hablar, y siendo ella como era no se extrañó de que fuese directa al tema, aunque si la pregunta que había escogido.
    --- ¿Me preguntas si estoy seguro de lo nuestro? Porque ya sabes que sí--- ella negó con la cabeza.
    --- Me refiero a la situación con Gamboa, a escondernos, a que finjas...--- antes de contestarle llevó las manos a sus rodillas y apoyó las palmas en su piel en una manera de mantener el contacto con ella.
    --- ¿Vamos a ser completamente sinceros no? A decirnos todo lo que tengamos que decirnos.
    --- Sí, todo lo que haya que hablar tenemos que hablarlo, bastante difícil va a ser todo este circo como para que tu y yo tengamos dudas, era lo que nos faltaba vaya...--- mientras hablaba jugaba nerviosa con la cadena que llevaba al cuello, hecho que a él no le pasó desapercibido.
    --- Vale, entonces cualquier duda, cualquier miedo, quiero saber todo a lo que tengo que hacer frente dentro de esa cabeza--- ella le sonrió antes de hablar:
    --- Lo mismo te digo. Empiezo yo que soy mujer y estoy embarazada, así que contesta.
    --- Sinceramente me lo planteé por un momento--- ella siguió mirándolo en silencio, esperando a que continuase e intentando que su cara no trasluciese ninguna emoción, como el vuelco que su estómago acababa de dar --- No me entiendas mal, no dude al decirle al Capitán que no estaba dispuesto a dejarte, porque no lo estoy. Fue después, por Gamboa...una cosa es exponerme yo, pero tú...como se sepa, después de saber todo lo que sabemos de él no voy a estar tranquilo cada minuto que no te vea.
    --- Se cuidarme sola Ándres, se que Gamboa es un cabrón y muy peligroso, pero no soy tonta, puedo cuidarme sola, llevo meses haciéndolo--- según las palabras abandonaron su boca se arrepintió de todas y cada una de ellas, el enfado no era con él pero no quería que por miedo la apartase de su lado, pero ya había hablado así que ahora tendría que hacer frente a lo que viniese.

    --- No te enfades --- la voz de él fue suave y dulce, desprendió una de las manos de ella de la cadena y plantó un beso en ella, Vilma se sorprendió ante su reacción--- se que eres perfectamente capaz de cuidarte sola, pero me encanta poder cuidarte yo también; lo que acabo de decir es que me asusta que te hagan daño, pero no voy a sacrifirnos por miedo a Gamboa, sería dejarlo ganar.
    --- Lo siento--- murmuró ella--- no quería saltar así, de verdad--- el negó con la cabeza, como quitándole importancia a lo que había pasado--- me gusta que te preocupes por mi, no puedo negarlo, es solo que quiero que entiendas que se los riesgo que corremos, los se, y los asumó, puedo con ellos.
    --- No dudo de que seas capaz de afróntarlos pero ¿te merece la pena?--- le preguntó, para hacer eso había tenido que apoyar la cara en su regazo para esconderla.
    --- ¿Cómo? Para empezar no me robes preguntas, y ¿cómo no me vas a merecer la pena?
    --- Las tengo todas Vilma...soy ex-cura, te obligo a mantener una relación clandestina, hay mejores partidos que yo...
    --- ¿Cómo quien?--- preguntó ella--- dime un solo tío de este barco que sea mejor que tú.
    --- No lo sé...alguien que te hiciera las cosas fáciles, a quien no fuese difícil querer, que pudiese estar contigo en todo momento, alguien que...--- Vilma lo miraba atentamente, y es que se había dado cuenta de una cosa, Andrés llevaba desde el día anterior intentando que ella se sintiese segura, pero para él tampoco tenía que ser fácil, era su primera relación en seis años, sintió ganas de pegarse a si misma por no haberse dado cuenta antes, viendo que él no acababa la frase habló:
    --- ¿Alguien como Piti?
    --- Por ejemplo--- dejó caer él intentando que sonase despreocupadamente, pero la verdad es que la pregunta le quemaba, no entendía porque había tenido la suerte de que lo hubiese elegido a él, a todo el mundo les hacían buena pareja, una pequeña familia, incluso pensarlo dolía, él quería ser el padre de ese niño, él quería ser el hombre para Vilma y parecía que a todo el mundo le parecía más lógica la otra opción.
    --- Andrés con Piti lo intente, y no es que las semanas que estuvimos juntos fueran malas, pero no eran verdad. Si con él no funcionó es porque ya estaba enamorada de ti. ¿Alguien que me haga las cosas más fáciles? Para mi no hay nada más fácil que quererte, me sale solo. Desde el principio, desde que lo tenía prohibido e intente olvidarlo. No hay nadie mejor que tú para mi, tu fuiste el primero en preocuparse por nosotros, tu fuiste la primera persona en la que aprendí a confiar, eres el primer tío del que me merece la pena enamorarme.
    Eres la única persona que me calma, él único por el que estoy dispuesta a llorar y a que me vea llorando, solo contigo consigo ser yo misma, más allá de mi barrera y más allá del miedo, solo contigo soy yo. Quiero a Piti, pero como mi hermano aunque a él le diga que es como a una mascota, no me arrepiento de haber estado con él, porque sino los dos nos plantearíamos si hubiese sido buena idea intentarlo, pero ahora lo sabemos. Piti y yo como pareja...no. Lo quiero muchísimo, pero estoy enamorada de ti --- ante esas palabras él levanto la cabeza y le sonrió:
    --- Es que no entiendo que tengo yo para que te hayas enamorado de mi --- le estaba costando hablar, pero habían prometido sacarlo todo y si ella lo iba a hacer tenía que pagarle con la misma moneda --- siempre fui el pardillo de la clase, nunca he sido el prototipo con el que sueña cualquier chica, soy tímido, vergonzoso...Piti me da mil vueltas, él es simpático, hace reír, vale que tiene un punto macarrilla pero...

    --- Para, para, para --- Vilma agitó las manos delante de su cara para hacerlo callar --- ¿por qué esto se ha convertido en episodio de "Los encantos de Piti"? ¿Vas a dejarme por él?--- sabía que Andrés acabaría por mostrarse inseguro, y de la misma manera que lo sabía y lo entendía no podía explicárselo, la visión que tenía de si mismo menospreciaba y mucho la realidad--- Yo no te conocía antes de embarcar pero adoro tu manera de ser, puede que te parezca que has cambiado mucho en estos meses pero yo creo que solo te has abierto más, a los demás y a ti mismo; el verdadero Andrés estaba ahí dentro, eres tú, timido o confiado, y estoy enamorada de todas tus facetas. Te infravaloras.
    --- La verdad es que desde que nos embarcamos me siento más cómodo conmigomismo, ya te lo tengo dicho, y mucha de la confianza que he ganado en ese aspecto te la debo a ti, pero es que todavía no me creo que me hayas elegido a mi, no se que he hecho para merecerte.
    --- Yo no te elegí, no tuve opción. Te metiste en mi de una manera en la que nadie más ha sido capaz de hacerlo. Soy yo la que debería dar gracias por tenerte, tu lo has dejado todo por mi.
    --- Es algo que haría una y otra vez sin dudarlo, me costó mucho reconocerlo pero no tiene sentido estar entregado a Dios cuando soy todo tuyo --- Vilma intentó esconder las lágrimas y le contestó:
    --- Córtate un poco, que soy de lágrima fácil con tanta hormona.
    --- Lo siento, pero aún no he terminado --- le sonrió a modo de disculpa.
    --- No te procupes, en el fondo me encanta escuchar estas cosas, ¿ves? Esto es algo que solo soy capaz de reconocer contigo. Ya puede esperar cualquier otro sentado a que yo me ponga tierna, me trago el orgullo y...perdón, que estabas hablando--- Andrés sonrió de nuevo y su sonrisa se hizo más grande al ver como ella se sonrojaba ante sus propias palabras, no pudo evitarlo y alzó la cabeza para besarla, antes de hacerlo le dijo:

    --- Me encantas --- el beso fue un leve roce pero las manos de ella en su cara y todo lo que acababa de decirle hacía unos instantes hicieron que se le olvidase que estaba hablando, se incorporó y quedó de rodillas ante ella, así consiguió abrazarla contra su cuerpo. Vilma no protestó lo más mínimo, ella también olvido que estaban allí para mantener una conversación seria, se asió a su nuca y disfrutó de como él se perdía en su boca, los dos se movieron buscando acercarse más y el banco se movió hacía atrás haciendo que Vilma perdiese el apoyo y con ello él, que estaba completamente inclinado sobre su cuerpo; Andrés reaccionó a tiempo y la sujetó antes de que cayese, al sujetarla cayó él de espaldas arrastrándola consigo, los dos rompieron a reir.
    --- ¿Estás bien?
    --- Sí --- contestó ella comodamente apoyada en su pecho --- siempre me cojes cuando voy a caer---añadió sonriendole pero en un tono de voz serio.
    --- Tengo pensado hacerlo toda mi vida-- Vilma se movió para besarlo, fue un beso breve pero intenso, se incorporó y se volvió a sentar donde estaba --- esto nos pasa por querer dejar la conversación a medias, ¿te hiciste daño?
    --- No fue nada --- le contestó sobándose la espalda --- ¿por donde ibamos?
    --- Seguías emperrado en hacerme llorar.
    --- Ah sí, creo que ya me acuerdo --- le dijo sonriendo nuevamente, volvió a cogerse a sus manos y se puso serio de nuevo--- escúchame, si alguna vez esto se acaba --- Vilma hizo una mueca de desagrado ante la frase y no pudo evitar interrumpirlo otra vez.
    --- Pues vamos bien si nos pones fecha de caducidad...
    --- No es eso, la parte buena de que este algo chapado a la antigua es que yo soy de para siempres; lo que quiero decir es que si por lo que sea rompemos o pasamos por malas temporadas --- Vilma lo miraba con una ceja levantada--- vaya que...me refiero a que no quiero que nunca se te ocurra pensar que tu me obligaste a tomar ninguna decisión, que te sientas culpable por lo que yo he decidido hacer, aunque tu no me quisieses ya yo no podría seguir siendo sacerdote, al margen de nuestra relación, ¿entiendes lo que quiero decir?
    --- Empiezas a conocerme demasiado bien, y por primera vez eso no me asusta--- le dijo ella bajando la mirada, Andrés extendió una mano y cogió su barbilla para levantarle la cara:
    --- Tu eres la persona que mejor ha llegado a conocerme en toda mi vida, y tampoco me da miedo --- Vilma le sonrió en respuesta a sus palabras pero aprovechó que él había planteando una de las preguntas que ella no sabía como sacar y habló con voz triste:
    --- ¿Cómo estás seguro de que no te vas a arrepentir de esto? No soy fácil Andrés, tengo un caractér complicado, y hay mil cosas que pueden salirnos mal, y si lo hacen...¿quien te dice que no te vas a arrepentir de haberte jugado todo lo que tenías seguro por mi?
    --- Solo hay una cosa de la que me podría arrepentir: no haberme dejado quererte; fui cura y sé que no hay mayor pecado que ese.
    --- No suena muy a frase de seminario la verdad--- a ella no le paso inadvertido como se refería a su condición de sacerdote en pasado y no pudo evitar alegrarse nuevamente.
    --- Es que no lo es, la frase es de mi madre.
    --- Me habría caído bien tu madre--- Vilma suspiró y siguió hablando--- se que me lo dijiste ayer y me guardo todas tus palabras, pero es díficil creer que una persona como tu se enamore de un desastre como yo.
    --- Cariño escúchame--- Andrés se levantó del suelo y se sentó a su lado--- no se como explicarte que eres más de lo que nunca me atreví a soñar, ese carácter que tu dices no es fácil fue lo que hizo que me enamorase de ti, todos y cada uno de tus rasgos, hasta los que tu llamas defectos. No se me ocurre ninguna palabra mágica que te haga olvidar todo el daño que te han hecho y el dolor que has pasado para que esa inseguridad desaparezca, sólo puedo confiar en que la manera en que te miro cada vez que apareces y el hecho de que vaya a pasar el resto de mi vida contigo sean suficientes para conseguirlo.
    --- No hace falta que digas nada --- ella estaba sobrecogida por sus palabras--- eres lo único de lo que jamás desconfiaré, ni siquiera se porque tuve que sacar todo esto...lo siento, te lo dije ayer: creo en nosotros, es lo único en lo que he sido capaz de creer en mi vida.
    --- Tenías que decirlo porque no tienes porque guardártelo para ti, porque desde ayer mi trabajo es enfrentar tus miedos y no me puedo sentir mejor haciendolo.
    --- Cursi--- murmuró ella abrazándose a él, Andrés rodeo sus hombros con un brazo y dejó un beso en su cabeza, cualquier otro se habría tomado a mal su comentario pero él no, entendía que era su manera de no perderse en la emoción de la situación, y su abrazo lo decía más que cualquier otra cosa; ella se relajó entre sus brazos sabiendo que el había entendido su modo de responderle.

    Olvidaron que debían seguir hablando, y es que cuando estaban juntos todo se sentía bien, quedaban cosas por hablar pero se regalaron ese momento; ahí estaban entendiendose como nunca habían soñado que otra persona los entendiese, abriendose como jamás se habían atrevido, sosteniendose el uno al otro, cuando a él le hacía falta era ella quien tiraba de él y viceversa, Vilma no pudo evitar romper el silencio y hacerle saber algo que ella tenía muy claro:
    --- Eres una persona más fuerte de lo que crees, dices que yo te he dado la confianza pero tú eres lo bastante fuerte para sostenerme, y todavía más para conseguir que yo lo permita.
    --- Nos apoyamos el uno en el otro, al principio de este viaje si no hubiese sido por mantenerte en pie a ti me habría hundido yo; creo que a quien le tenemos que dar las gracias de estar aquí es a este--- mientras hablaba llevo una de las manos a su tripa y el bebé una vez más respondió al contacto dando una patada, haciendo que ellos sonriesen a la vez.
    --- Solo se mueve para ti, definitivamente va a salir a mi en terco.
    --- Te va a sonar egoísta pero me encanta --- mientras hablaba acarició la barriga de arriba a abajo consiguiendo que los golpecitos se repitiesen --- ¿no te molesta?
    --- No, es una sensación única --- Andrés apartó la mano para abrazarla con los dos brazos y Vilma dio un pequeño bote--- Vale, esa sí dolió, so bruto--- le dijo a su barriga--- devuélvele la mano que te reclama--- Andrés no pudo evitar sonreír más y devolvió su mano al lugar anterior.
    --- Os quiero.
    --- Y nosotros--- dijo ella girando la cabeza para esconderla en su cuello y dejar un beso allí; él aun tenía algo que decirle y tenía miedo de sacar el tema, no se sentía con derecho a hacerlo, pero le había prometido que ese día se dirían todo lo que podría ser un problema para ellos, aunque no sabía si el tenía derecho a alguno a sentirse mal por ese tema, antes de decidir que hacer ella lo interrumpio:
    --- Andrés...¿podemos quedarnos aquí un rato? Antes de salir a la relidad de: cura seguro de su fe tan solo es un amigo para la preñada.
    --- Claro que sí, todo el tiempo que quieras.
    --- ¿No tienes turno?
    --- De pesca con Ramiro, que De la Cuadra me ponga luego a limpiar letrinas y listo.
    --- Entonces vámonos.
    --- No , nos quedamos.
    --- ¿Quién es el cabezón ahora?
    --- Aprendí de ti --- ella le echó la lengua y se levantó.
    --- Vilma venga...Ramiro puede pescar solo un rato--- ella negó con la cabeza y extendió la mano para que él se levantase:
    --- No, tú tienes tareas que cumplir, y no voy a dejar que te escaquees, además necesito tumbarme un poco, me duele la espalda--- sonrió segura de haber ganado ya que él no le negaría su rato de reposo antes de su turno pero no se esperó lo que hizo:

    --- Mira tu que problema--- se levantó casi de un salto, cogió el mantel blanco que Salomé le había dado para poner sobre el altar, lo extendió en el suelo y se tumbó--- ¿Te sirve?--- Vilma rompió a reir y viendo aquella cama improvisada y la sonrisa con la estaba mirando no tuvo otro remedio que asentir y tumbarse a su lado riendo. Como había hecho la noche anterior se puso de lado y descansó la cabeza sobre su pecho y apoyó su mano en su corazón, él la rodeó con un brazo y mientras ella enrredaba sus piernas llevó su otra mano a su barriga. Pasaron un rato así, sin hacer nada más que disfrutar del hecho de la proximidad del otro, Andrés jugaba con su pelo y ella dibuja formas en su pecho.
    --- ¿Estás cómoda?--- preguntó preocupado.
    --- Mmmm---murmuró ella--- No puedo esperar a que podamos dormir así cada noche.
    --- Podemos robar un colchón y venirnos aquí cada noche a escondidas.
    --- Bobo--- le contestó ella, él aspiró el aroma de su pelo antes de contestarle.
    --- Yo tampoco puedo esperar a que seas lo primero que vea al despertarme.
    --- Piensa que durante unos meses te vas a despertar muy amenudo, y seguramente verás a una personaja ojerosa y de mala ostia por despertarse de madrugada--- Vilma quería hablar con él del bebé, sabía que él pensaba que no se había dado cuenta, pero había visto su cara de dolor cuando Piti se había referido a si mismo como padre de su hijo, y es que nadie más que ella sabía que Andrés se había ofrecido como padre del bebé. Quería hablarlo con él pero le debía a Piti hablar con él primero, era un tema complicado, además no sabía si lo que Ándres había dicho seguía en pie, aunque lo que le contestó la hizo pensar que sí:
    --- Lo dicho, no puedo esperar a que seas lo primero que vea al despertarme, incluso 3 veces en el mismo día --- lo dijo y volvió a dejar un beso en su cabeza--- y a que sea él quien nos despierte.
    --- Berreando a grito pelado y reclamando atención inmediata.
    --- Y ver como tu le sonries por más cansada que estes --- En ese momento se escuchó como alguien intentaba abrir la puerta y Vilma se incorporó asustada.
    --- Mierda.
    --- Tranquila, está cerrada--- susurró él sentándose y acariciándole la espalda.
    --- Bufff menos mal.
    --- Palomares ¿estás ahí? Me manda Ramiro que dice que teneis turno de pesca juntos--- era Piti el que hablaba del otro lado de la puerta.
    --- Ya sabía yo que este no era capaz de pescar solito.
    --- ¡Ya voy Piti!---gritó Palomares ya que su amigo seguía llamando, se puso de pie y ayudo a su novia a levantarse y recogió el mantel --- ¿nos queda algo por hablar? Porque le pido que me cubra y me quedo contigo.
    --- No te preocupes, creo que lo importante lo pillamos los dos ¿no? Por muy difícil que nos lo pongan y se nos ocurra la gilipollez que se nos ocurra, lo superaremos juntos y según tus propias palabras, estaremos juntos siempre, ¿qué te parece el resumen?--- le dijo sonriendo.
    --- Siempre--- fue lo único que dijo de besarla--- ¡Que ya voy!---gritó pasados unos segundos ante la insistencia de Piti; Vilma tiró de la tela de su camiseta y lo besó de nuevo a modo de despedida.
    --- Creo que quiere hablar contigo, la caga a lo grande, pero sabe cuando tiene que disculparse. Vete, anda. Yo voy a aprovechar y hablar con Julia--- le dijo guiñándole un ojo. Él rió y le dio un beso en la frente antes de ir a la puerta; abrió y salió fuera para que Piti no viese que ella se quedaba en la capilla.

    --- Oye Palomares...siento lo del comedor, si hubiese dejado mis manazas quietas nada de esto estaría pasando --- Piti miraba al suelo nervioso.
    --- No te preocupes hombre, no sabías como se lo iba a tomar Gamboa.
    --- Ya, pero tengo que aprender a ser más considerado, eres mi mejor amigo ¿y si tenías una pivita por ahí que?
    --- Que no te preocupes no pasa nada.--- A la mañana se había molestado con él, pero su amigo no sabía todo lo que había pasado entre Vilma y él, y ahora no podía contárselo así que no era justo que Piti se siguiese sintiendo mal por todo aquello.
    --- Entonces ¿amigos?---preguntó el moreno extendiendo la mano y mirándolo sin atreverse a sonreír del todo.
    --- Mira que eres tonto--- le respondió abrazándolo y palmeandole la espalda, los dos echaron a andar hacia cubierta y Vilma que lo había visto todo no pudo evitar emocionarse al verlos.
    --- Oye que si ligas yo no tengo problema, si te lo estás planteando tengo unos truquitos maestros...---escuchó que decía Piti.
    --- Piti no empieces.
    --- Vale, vale, pero si cambias de idea...
    Se echó a reír al ver que Piti no cambiaba por mucho tiempo que llevasen en el barco y que Andrés le contestaba en el mismo tono exasperado del primer día, menudo par estaban hechos...esperó a que se perdiesen por el pasillo y ella puso camino a la enfermería, pensando como plantearle sus dudas a Julia sin descubrirse demasiado; estaba llegando cuando se cruzó con Estela.
    --- ¡Hola!---saludó como si nada--- ¿a dónde vas?
    --- A donde no te importa --- contestó Vilma de manera seca.
    --- Eii...¿Vilma que te pasa conmigo?
    --- ¿Qué me pasa contigo? ¿A ti te parece normal lo que le hiciste a A..Palomares?--- cambió nombre por apellido en el último momento.
    --- Vilma no lo he hecho a mala fe, y se que a él no le molesta, Dios...
    --- ¿Dios Estela?--- no sabía que la enfadaba más, la fachada inocente o el hecho de que creyese tener derecho a decidir por Andrés--- Que creas en él vale, pero no me irás a decir que respetas sus mandamientos, porque llevas jodido lo de llegar Virgen al matrimonio--- Sin girarse a mirarla siguió su camino teniendo claro en quien podía confiar en aquello y en quien no.

    En cubierta y sin que ella lo supiese algo parecido estaba pasando; Andrés y Piti llegaron bromeando y riendo y el rubio se acercó a las cañas donde ya estaba Ramiro.
    --- ¿Qué pasa? Como no me puse de tu parte ibas a pasar de mi.
    --- No digas tonterías,se me pasó la hora, nada más.
    --- Seguro...Palomares ¿lo qué dijiste en el comedor era verdad?--- Piti miraba la escena asombrado, Ramiro tenía sus cosas, pero se estaba pasando.
    --- Ya lo dije, ¿necesitas que te lo firme para que sea oficial?--- el tono de Palomares fue el mismo que Ramiro había usado con él, cortante.
    --- Solo espero que tengas en cuenta que lo que haces no te afecta solo a ti.
    --- Ramiro no digas tonterías tío--- Piti se metió en la conversación intentando relajar el ambiente entre sus dos amigos--- antes las cosas se fueron de madre, si este se echa novia bien por él, aunque va a necesitar un par de consejitos nuestros ¿eh? Que eso tiene que estar dormido ya...
    --- No es ninguna tontería Piti--- le dijo Ramiro girándose a mirarlo--- que tu no sepas tomarte nada en serio no significa que los demás hagamos lo mismo.
    --- No las pagues con él ,tu problema es conmigo.
    --- ¿Tengo un problema contigo? Pensé que no había motivos para que discutiesemos--- Palomares y Ramiro estaban frente a frente y la tensión podía cortarse con un cuchillo, la puerta del puente de mando se abrió y De la Cuadra gritó:
    --- ¡El cojo! Gamboa quiere que lo ayudes en el aula, larga para abajo y que el tonto del chicle se quede con el cura --- Ramiro soltó las cosas y se fue.
    --- Este tío esta tonto...nada Padre, si se echa usted novia tendrá que contar solo con mis consejos y mantenerlo en la oscuridad a ojos de este--- Palomares rió la broma de Piti pensando que su amigo no sabía cuanta razón había en sus palabras.

  3. Creo en ti. Capítulo Ocho

    martes, 22 de marzo de 2011


    Habían hecho falta dos tisanas para calmar a Vilma, en la cocina Ainhoa, Salomé y ella analizaban la situación una y otra vez, pero por mucho que lo hacían Vilma no le encontraba el sentido, era demasiado pensó, por fin cuando encontraba la felicidad se la arrancaban de las manos. Esa misma mañana lo tenía todo, y ahora colgaba en mitad de un limbo en ninguna parte. Recordó los ojos de Andrés mirándola mientras se iba con el Capitán, tenía que explicarle porque lo había hecho, tenía que decírselo antes de que él pensase lo que no era; pero había tenido que irse con Montero y ella no sabía que estaba pasando, ni que estarían hablando, no sabía si seguía teniendo novio o estaba sola otra vez. No sabía nada, pero lo único que sabía es que necesitaba explicarle porque le había dicho que callase, tenía que hablar con él ya, porque recordar el dolor en sus ojos le dolía a ella. Se levantó y salió por la puerta dejando a la cocinera y su amiga a mitad de conversación, no les había dicho nada pero sabía que lo sospechaban, sino fuese por Ainhoa que la había ayudado a controlarse todo el mundo lo sabría ya, y sabía que su amiga quería consolarla, pero no era delante de ella donde iba a romperse, lo necesitaba a él, necesitaba hablar con él, necesitaba saber si seguían juntos.
    Llegó enfrente del camarote del Capitán pero no se atrevió a llamar, no quería interrumpirlos, aunque ella debería estar presente en esa conversación, ¿o ya no? A lo mejor ya no había problema que solucionar, puede que Andrés hubiese finiquitado todo. Tenía miedo, pero algo le decía que no debía tenerlo, lo había visto levantarse decidido a contestar al Capitán, sabía que iba a decirlo; apretó su cruz entre las manos buscando tranquilizarse, esperando que su gesto no lo hubiese mandado todo a la mierda.
    Toda la situación pasó por su cabeza una vez más: como de la nada había surgido toda la polémica, de un simple comentario de Piti...tenía ganas de asesinarlo pero sabía que la culpa no era suya. Aún ahora no sabía como había sido capaz de controlarse y no soltar más barbaridades de las que había soltado; bueno había sido por él, con el paso de los meses había aprendido a conocerlo y sabía que si él no había hablado era porque había esperado a que Gamboa acabase para rebatir sus argumentos uno por uno, y ahí contraatacaría él, con sus razonamientos calmados y su lógica; pero había visto como iba perdiendo la calma y por primera vez en su vida se había controlado ella, para intentar contenerlo a él. Recordó el puñetazo a Gamboa y no pudo evitar sonreír un momento, no era de las peores cosas que había oído en su vida, pero todo lo que tenía que ver con su bebé la afectaba más y nunca la habían defendido así, por eso no pudo evitar esa pequeña sonrisa. Aunque sabía que era lo que Gamboa quería, provocarlo para tener algo con lo que seguir tirando del hilo.

    No entendía a ese tío, lo único que buscaba era su propio bien, nunca lo había tragado y menos desde su ruptura con Ainhoa, le había gritado, la había puesto de vuelta y media y no dudaba de que había estado a nada de pegarle. No le gustaba como trataba a la gente, como si fuese superior a ellos, como si pudiese ordenarles, se veía en su manera de dirigirse a Burbuja cosa que la ponía enferma, y en mil cosas más, ese tío pasaba por encima de todo y de todos, no sabían que hubiese llegado a matar a nadie, pero no le había importado tener que jugar con vidas ajenas, y eso si lo sabían. Cada día hacía cosas más raras y ella no estaba dispuesta a poner a Andrés en su punto de mira, no entendía porqué pero la había tomado con él, por eso le había dicho que dijese que no. Encontrarían el modo de arreglarlo, pero para eso necesitaba hablar con él. Y esa puta puerta seguía sin abrirse; se llevó la mano al estómago y cogió fuerzas para petar.
    En ese mismo momento se abrió la puerta y a punto estuvo de golpear la cara del Capitán en vez de la madera.
    --- Vilma, justo a usted iba a buscarla. Pase. Yo vengo ahora que tengo que hablar con De la Cuadra un momento, pero usted pase --- Hizo lo que le decía y vio a Andrés sentado en uno de las sillas junto al escritorio, tenía apoyados los codos en las rodillas y la cabeza escondida entre las manos. Al cerrarse la puerta él siguió sin levantar la cabeza y Vilma sintió que el mundo se caía bajo sus pies. Sabía que estaba allí y no era capaz de mirarla. No sabía que había pasado desde que había dejado el comedor, pero tenía que explicarse ante cualquier idea que se hubiese podido formar en su cabeza; tenía que dejarle explicar el porqué de su negativa. Se quedó mirándolo, queriendo saber que se habían dicho en aquel camarote, sin saber que él estaba repasando aquellos momentos antes de mirarla.

    Cuando el Capitán echó a andar Palomares no sabía como iba a salir de esa, ni tampoco para que quería hablar con él a solas, lo único que él quería era hablar con Vilma, preguntarle porqué le había dicho que no dijese nada sobre su relación, suponía que era por no crear más conflicto del que había, más bien quería suponerlo, ¿pero si ella prefería que no siguiesen juntos? ¿Qué iba a hacer si ella prefería dejarlo? No llevaban ni un día juntos y todo eran problemas ya, y aun por encima tenía que ser por su condición de sacerdote...sabía que era algo que a ella le dolía y la culpa era de él, por haberse agarrado a ello en vez de reconocer lo que sentía por ella al principio, pero es que él ni siquiera se consideraba sacerdote ya. Era un hombre, un hombre como los demás, un hombre enamorado, y lo único que le preocupaba era saber como se encontraba su novia, si seguía queriendo estar con él o si la situción la había superado; era algo que no le echaría en cara, su embarazo no era fácil y la situación en la que todos se encontraban menos, sumarle a eso una relación prohibida por el resto de la tripulación ya era demasiado; pero a él le daba todo igual, todo menos ella. Renunciar a Dios sí, renunciar a Vilma era algo que nunca haría. ¿Por qué Gamboa tenía que haberse metido?

    Y al recordar a Gamboa le hirvió la sangre, él nunca había sido violento, pero de buena gana seguiría pateandolo en el comedor, esa manera de dirigirse a Vilma, como había intentando agarrarla, era algo que no estaba dispuesto a consentir. Iba a estar pendiente de cada uno de sus movimientos y más valia que no intentase acercarse a ella, porque sino no respondería de sus actos. Como su pareja o no, no iba a tocarla. Su mente divagaba entre el miedo a los motivos de Vilma y la rabia que sentía hacia Gamboa, él y el resto de la tripulación no eran nadie para juzgar que podía hacer él con su vida, e iba a dejárselo claro al Capitán, puede que a lo largo de su vida no hubiese sido muy valiente o muy decidido, pero ya no se trataba solo de él, y desde que había empezado ese viaje había cambiado, iba a luchar por lo que quería. No pudo pensar más porque se encontró de pie ante el escritorio del Capitán que ya había tomado asiento y lo estaba invintando a hacer lo mismo.
    --- Y bien...¿está más calmado?--- preguntó Montero una vez que se sentó.
    --- Si señor, siento haber perdido los papeles de esa manera, pero no podía permitir que se dirigiese así a Vilma--- aunque su tono era calmado tenía los puños crispados y ese detalle no pasó desapercibido para el tripulante del Estrella Polar,
    --- No se preocupe, yo también he tenido mis más y mis menos con Gamboa, y por eso mismo se que tipo de persona es. Palomares...voy a ser completamente sincero con usted, pero para eso necesito que usted sea completamente sincero conmigo, ¿de acuerdo?--- Palomares asintió y Montero continuo hablando--- ¿Mantiene usted una relación con alguien?
    --- Sí--- la palabras salió clara y directa de su boca, y lo dijo mirándolo directamente a los ojos--- y le diré tambien que ya no me consideró a mi mismo sacerdote, esta misma mañana iba a venir a hablar con usted del tema, pero los acontencimientos se han acelerado, por lo que parece--- Montero cogió aire antes de hablar:
    --- De acuerdo...tal y como dije en el comedor eso es algo que única y exclusivamente le concierne a usted, bueno a usted y a ella, y me alegro mucho por los dos. Pero la situación es bastante complicada...Palomares...dado que ya no es sacerdote, apelo a su palabra para confiar en que esto no saldrá de aquí--- dijo con una sonrisa triste.
    --- Tiene mi palabra Capitán, ¿es por Gamboa verdad?--- el hombre asintió con la cabeza antes de seguir contándole:

    --- Ernesto Gamboa no es precisamente un buen hombre, aunque creo que ya ha dado muestras de ello, pero en este caso hablamos de algo más que de su integridad y su peculiar estilo de la justicia. Tenemos motivos para creer que él fue quien asesinó a Martinez, y tambien que es quien se encuentra detrás de todas las irregularidades y problemas acontecidos ultimamente; incluso creemos que ha llegado a sabotear el barco en ocasiones. El problema es que no tenemos pruebas de ello, nos deshicimos del cuerpo de Martínez antes de que confirmar ninguna prueba y la nota de suicidio contradice nuestra versión, pero tanto Julia como Ulises vieron marcas de estrangulamiento --- Palomares siguió escuchando atentamente y horrorizado la explicación del Capitán, que detalle por detalle fue contándole todas y cada una de las fechorías que Gamboa había llevado a cabo y porqué creían que era él el responsable--- Después de todo esto entenderá porque estamos completamente seguros de que es un hombre peligroso. El problema es que se ha ganado el favor de buena parte de la tripulación, sabe manipular como él que más; eres amigo de mi hija,sabes que incluso estuvo saliendo con ella--- añadio tuteándolo--- así que no podemos arremeter contra él sin encontrar algo sólido que demuestre que tenemos razón. Así nos arriesgarriamos a un motín, una revuelta o a algo peor incluso.
    ---Entiendo todo esto Capitán, ¿pero por qué ha cargado contra mi? ¿Qué le importa a él lo que yo haga con mi vida?
    --- Más que importarle lo que hagas tú Andrés, creo que ha encontrado en ti otra manera de enfrentarse a mi. Él sabía que me daría igual si continuabas siendo sacerdote o no, y tú eres consciente, la gente se ha agarrado a la fe con fuerza, tienes más poder de lo que crees en este barco. ¿Recuerdas cuando querían obligarme a que te permitise levantar la capilla de nuevo?--- preguntó sonriendo vagamente ante el recuerdo.
    --- Entonces lo que Gamboa pretende es seguir utilizando ese miedo para manipular a la gente. Pero yo no soy necesario para mantener la fe, la fe es algo que cada uno aclaramos individualmente con Dios.
    --- Lo sé pero...
    --- Pero el miedo es el arma más potente para conseguir controlar la voluntad de la gente, y conseguir él lo que quiere.
    --- Exacto, y lo que quiere desde el principio es hacerse con el mando del Estrella; no se que pretende hacer después pero creo que no hace falta que te diga que ninguno estaríamos seguros si fuese el quien estuviese a cargo.Y si yo te dejo colgar los hábitos ahora, le daré una buena excusa para conseguir lo que quiere, incluso cuando yo no tengo derecho a tomar esa decisión; además ya lo escuchaste, no dudaría en ir a por vosotros; y ya ves que tienes motivos más que suficientes para pensar que es en serio.
    --- ¿Me está pidiendo que rompa mi relación? Eso es algo que no voy a hacer, he pasado por encima de Dios, no me va a detener Gamboa Capitán--- su voz no admitía discusión.
    --- No, no se me ocurriría, te estoy pidiendo tiempo, tiempo antes de que lo hagais público, tiempo para encontrar algo sólido contra Gamboa y desenmascararlo, una vez que esté desacreditado todo será más fácil para todos, y creo que encontrareis mucha menos resistencia.
    --- ¿Cuánto tiempo?
    --- No lo sé, unos meses, al menos hasta Navidad, esas fechas van a ser muy importantes para todo el mundo y tu figura como sacerdote practicamente indispensable, y estoy seguro de que él hará incapie en ello.
    --- Y pensar que antes tenía que arrastrarlos a todos a misa...--- murmuró Palomares haciendo reir al Capitán.
    --- Se que lo que te pido no es fácil, y no puedo obligarte a hacerlo --- Palomares se quitó las gafas y se pasó la mano por la cara, volvió a ponérselas y habló:

    --- Voy a decirle que si, pero ni por usted ni por mi, no es mi seguridad la que me preocupa, yo estoy dispuesto a seguir con este paripé unos meses, fingiré seguir siendo sacerdote para que no se acerque a ella pero no soy el único al que tiene que planteárselo Capitán, no puedo tomar esta decisión yo solo --- Montero le sonrió y se levantó:
    --- Muchas gracias Andrés, tienes razón, quedaté aquí, yo iré a buscarla es lo mejor.
    --- Si es que quiere venir...--- comentó el aludido desplomándose en la silla.
    --- ¿Qué has dicho?
    --- Nada...antes le conteste que sí, pero para ser completamente sinceros tal y como me pidio, no estoy completamente seguro de seguir teniendola--- Montero se fijó en su cara, todo el aplomo y la decisión con la que había defendido su relación se habían ido, ahora lo único que veía en el chico era miedo a haber perdido a su novia, le apretó el hombro antes de seguir su camino y Palomares habló de nuevo:
    --- Capitán no le he dicho a quien tiene que ir a buscar.
    --- A Vilma, no hace falta que lo digas, yo también habría defendido así a mi mujer; y todavía recuerdo el motín que armó por ella--- Palomares le sonrió y escondió la cara entre las manos, le parecía egoísta rezar pero no sabía que haría si Vilma no aparecía en ese despacho, lo había matado verla decirle que no...y ahora todo lo que el Capitán le había dicho, Gamboa, la muerte de Martínez, las sospechas...¿cómo se lo iba a explicar a ella? ¿Estaría dispuesta a lo que el Capitán proponía? Si no lo estaba, él asumiría el riesgo, pero le preocupaba lo que Gamboa podría hacerle, había sido capaz de matar a Martínez, había atacado a Ulises, a Piti...tantas cosas, su cabeza le daba vueltas a todo, pero por encima de cualquier pensamiento estaba su gran temor ¿Aún lo querría Vilma?, entonces escuchó al Capitán abrir la puerta y la escuchó pasar, pero tenía miedo a mirarla, a mirarla y que fuese la última vez en que podría mirarla así.

    --- Andrés...--- comenzó Vilma con un hilo de voz --- Andrés mírame --- al no obtener respuesta se acercó un paso más --- Andrés lo siento, yo...es que no quería que Gamboa fuese contra ti, ya se que estoy obsesionada con este tío, pero tenía miedo de que te hiciese daño. Lo...lo siento--- se le estaba rompiendo la voz y le costaba hablar, así que lo hizo rápido y del tirón --- Si no quieres estar conmigo lo entiendo, son demasiados problemas lo sé, como si no tuvieses suficiente con el bombo ajeno ahora todo el mundo carga contra ti, y tú no eres una persona que se meta en problemas; está bien de verdad, lo entenderé, la vida es demasiado jodida como para que algo acabe bien, entiendo que no quieras --- en ese momento ya estaba llorando sin poder evitarlo y bajó la mirada, y es que el hecho de que no la mirase estaba pudiendo con ella, a cualquier otro ya le habría gritado y mandado a la mierda pero a él no era capaz; estaba allí de pie, le temblaban las manos y le temblaba la voz, pero prefería eso a que se instalase el silencio --- si no...--- en ese momento Andrés la miró y la vió allí, nerviosa y desesperada intentado explicarse, y su propio miedo e inseguridad desaparecieron, ya no importaba como se sintiese él, importaba ella, se levantó rapidamente, tanto que tiró la silla al suelo. Vilma se sobresaltó al escuchar el ruido pero siguió hablando, aunque ni ella entendía muy bien que estaba diciendo, y de pronto se encontró entre sus brazos.

    --- Cariño, cariño, para--- al no conseguir que se callase levantó su rostro y la besó con fuerza, Vilma actuó por impulso, como si evitando que el beso acabase fuese a evitar cualquier mala noticia que fuese a salir de su boca después, se cogió a él desesperada, le dolían las manos de la fuerza con las que se habían cerrado en torno a su cuello y su espalda pero no le importaba; Andrés dejó salir su propia desesperación también, el miedo a que ella lo dejase lo suplió buscando el contacto de sus cuerpos y sus bocas, se dejó agachar por ella y mantuvo su agarre firme y sólido, sus manos parecían soldadas al cuerpo de ella, lo único que se movían eran sus bocas, ambos las habían abierto al instante dándose completo acceso el uno al otro, sus lenguas se tanteaban y se enrredaban;no había manera de que se separasen en ese momento, necesitaban sentirse; notó una lágrima de Vilma en su propia piel y eso le dio la fuerza necesaria para apartarse de ella:
    --- Nunca, escúchame bien--- le dijo sujetándole la cara con las dos manos obligándola a mirarlo a los ojos tal y como ella había hecho hacía un rato con él--- nunca voy a dejarte, lo único que quiero en este mundo es a ti, a ti, por encima de todos y de todo, me da igual el resto, me da igual lo que piensen. Para mi nada ha cambiado desde ayer a la noche, sigo sintiendo todo lo que te dije y lo seguiré haciendo, era lo que iba a decir en ese comedor.
    --- Lo sé --- consiguió hablar Vilma--- y siento haberte dicho que no lo hicieses, pero de verdad, no creí que fuese buena idea decirlo en ese momento. Con toda la que estaban liando, me parecía echarle leña al fuego, pero cuando vi como me mirabas....yo quiero estar contigo, no lo dudes, pase lo que pase, y si tenemos que ir ahora y gritárselo a Gamboa a la cara, o engancharnos con el Capitán, lo que sea, lo haré. Pero me pareció lo lógico, no quería ver como Gamboa te devolvía el golpe o como esos gilipollas se nos echaban encima diciendo esa sarta de idioteces.
    --- No sabes la razón que tenias --- le dijo acariciandole el pelo y entrelazando sus dedos al notar que ella agarraba su otra mano, la condujo a la cama de Valeria y se sentaron alli, ella cruzó las piernas y se sentó sobre ellas viendo que él iba a explicarle todo lo que se había perdido, Andrés se sentó frente a ella y empezó a contarle todo lo que el Capitán le había dicho sin soltar sus manos en ningún momento.

    Cuando él acabo de contarle todo, Vilma sintió como se le revolvía el estómago, se levantó y entró al baño del camarote corriendo, a Andrés no le llevo más de dos segundos entender que pasaba y al momento la siguió, se agachó a su lado y le apartó el pelo de la cara mientras con su otra mano frotaba su espalda; una vez que pasaron las arcadas Vilma se levantó cogiendo su mano y apretándonla, se acercó a la pileta y habló después de enjuagarse la boca:
    --- Ya nos dan de comer mucho y voy yo y lo vomito...
    --- ¿Estás bien?--- le preguntó acercándose a ella, necesitaba estar cerca de ella, sentirla cerca para asegurarse de que estaba bien, su instinto de protección sobre ella se había vuelto mayor, si es que aquello era posible. Ella asintió y se dejó abrazar, apoyó las manos y la cabeza en su torso y dejó que crease un muro con sus brazos en torno a ella, no había lugar en el mundo en que se sintiese más querida y segura.
    --- No estoy dispuesta a que te utilice de esa manera, no voy a permitírselo, siempre me dio mala espina, siempre...desde que me lo encontré en el puerto.
    --- Entonces ¿qué quieres que hagamos?--- Vilma tenía la cara escondida en su pecho y así le era imposible mirarla, se obligó a si mismo a olvidarlo y a disfrutar de aquel abrazo, si era el último que compartían quería recordar cada segundo.
    --- No voy a permitir que el idiota de Gamboa nos separe, el niño y tú sois lo mejor que nunca he tenido, yo te quiero --- mientras lo decía levantó la cabeza--- cura o no cura, difícil o fácil, en este puñetero barco o en tierra. Te quiero --- Andrés se agachó y rozó sus labios con los de ella, Vilma recordó en aquel instante su preocupación cuando fue a buscarlo, que él pensase que no lo quería y aunque ya le había dicho que era así necesitaba dejárselo claro, así que movió sus brazos y a la vez que correspondía el beso le devolvió el abrazo, y lo mantuvo una vez que sus bocas se separaron.
    --- Estoy contigo, vamos a hacer lo que dijo el Capitán, me jode tener que ocultarnos porque se que no estamos haciendo nada malo, pero no voy a dejar que vayan a por ti, así que...vivamos en pecado--- añadió intentando distender la situación. Andrés había apoyado su cabeza en la de ella y escuchó como dejaba escapar un suspiro --- ¿Qué pasa?
    --- Tenía tanto miedo a que no quisieses...--- habló mientras acunaba su cara entre las manos.
    --- ¿Tú tenías miedo?--- lo interrumpió--- yo estaba cagada, desde que te vi salir de ese comedor, y ahora mientras ibas hablando tenía miedo de que al final me dijeses que lo mejor era olvidarnos de todo. Cuando me dijiste cúal había sido tu respuesta no me lo creía...
    --- Creo que vamos a tener que hablar seriamente--- le contestó sonriendo--- porque no se como dejarte claro que yo sin ti ya no soy nada.
    --- Mira quien habla--- fue la respuesta de Vilma. Justo en ese momento Montero volvió y se extrañó al no verlos allí.

    --- ¿Ándres? ¿Vilma?--- Los dos salieron del baño cogidos de la mano y fue ella la que habló:
    --- Nauseas lo siento...estar embarazada no es tan bonito como lo pintan --- El Capitán le sonrió y volvió a sentarse mientras ellos hacían lo propio.
    --- ¿Se encuentra mejor? ¿Quiere una infusión?
    --- Estoy bien gracias, pero vamos a lo importante ¿no?--- Una vez más el Capitán sonrió, esta vez ante el carácter directo de la chica.
    --- ¿Andrés le ha contado lo que le he dicho?--- Ante el asentimiendo de los dos siguió hablando--- ¿Y usted que piensa al respecto?
    --- Pienso que es lo único que podemos hacer, Gamboa no nos ha dejado otra opción--- su tono volvía a ser de enfado al recordar a Gamboa.
    --- ¿Entonces están dispuestos a llevar su relación en secreto?
    --- Si Ándres está seguro yo estoy dispuesta --- Palomares estaba a punto de hablar también pero se giró en cuanto la escuchó, y es que conocía el tono con el que acababa de hablar, inseguridad; y se le olvidó que estaban delante del Capitán.
    --- Vilma, estoy seguro, y la única razón por la que no subo a ese comedor y grito que estoy enamorado de ti es porque no quiero que te hagan daño. Si se tratase solo de mi, me daría igual que se supiese que no quiero ser sacerdote, pero hablamos de ti, no voy a dejar que nadie te haga daño, que os hagan daño. Os protegeré como mejor pueda, lo haría con mi vida, y si tengo que hacerlo llevando un alzacuellos lo haré, y si tengo que enfrentarme a Gamboa lo haré --- los ojos de Vilma se habían llenado de lágrimas y lo cortó antes de que siguise hablando.
    --- Al Capitán y a mi nos ha quedado claro --- dijo mirándolo llena de amor.
    --- Disculpe Capitán--- Andrés lo miró azorado pero sin soltar la mano de Vilma que había cogido al empezar a hablar.
    --- No se preocupen, bueno pues lo mejor será que nos retiremos, yo tengo que subir al puente de mando antes de que me echen en falta y creo que ustedes tienen cosas de las que hablar.
    Los tres se levantaron y al salir al pasillo Montero añadió:
    --- Cualquier cosa que necesiten no duden en acudir a mi, y una vez más, gracias a los dos --- Ambos le respondieron dándole a él las gracias, puso camino al puente de mando pero no pudo evitar girarse a mirarlos, se los veía tan enamorados, Andrés miró a ambos lados del pasillo y viendo que no había nadie, puesto que todos debían de estar en sus turnos, pasó el brazo por sus hombros, ella le correspondió agarrándose a su mano y mientras echaban a andar la escuchó preguntar:
    --- ¿Y ahora qué?
    --- Ahora tú y yo vamos a buscar algún sitio para acabar de hablar tranquilos, a solas, y juntos --- Doblaron la esquina y no escuchó más aunque podía asegurar por la manera en que había acabado la frase que ella lo había besado.