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  1. El aire que respiro

    domingo, 14 de agosto de 2011

    Para Ana, porque sin ella no seríamos ni la sombra de lo que somos, hay personas fundamentales, y ella lo es, sé que para mi y para todas


    Si alguien le hubiera dicho que él habría llegado a estar viviendo el momento que ahora vivía se habría reído en la cara de aquel que se lo hubiera dicho; él casándose, la frase de por si ya no tenía sentido, pero él queriendo casarse, intentando contener los nervios porque lo único que quería era salir allí que alguien dijese lo de: yo os declaro marido y mujer y besarla, besarla como si fuese la primera y la última vez, con los nervios del primer beso y la emoción como si fuese el ultimo; eso tenía todavía menos sentido.

    Era lo que quería, estaba seguro, porque se había enamorado de ella, irremediablemente, irrevocablemente, en contra de lo que siempre había pensando y jurado. Allí estaba, a menos de quince minutos de casarse con la que sabía que era la mujer de su vida, y a la mierda el fin del mundo, todo su mundo era ella; si el mundo había tenido que acabar para que ellos se encontrasen no le parecía un mal trato, podía sonar exagerado, ridículo, tonto incluso, pero era verdad, por primera vez en su vida era feliz, ella lo hacía feliz, y le daba igual todo lo demás, lo que la gente pensase, lo que dijesen, ciertas miradas que decían claramente: lo vuestro es un error, tú no puedes quererla.

    La gente no sabía nada, la gente no entendía lo que ella le había dado a su vida, su vida tenía sentido por ella, vivía por ella y aunque la gente pensase que él no sabía lo que era el amor sí que lo sabía, ella había acabado de explicarle lo que significaba esa palabra.

    Escuchó un golpe en la puerta y se giró para ver como Palomares entraba a la habitación con David en brazos:

    --- ¿Nervioso?--- preguntó su amigo con una sonrisa intentando sostener al niño que había empezado a andar no hacía mucho y quería bajarse de sus brazos para corretear por la habitación.

    --- Acojonado--- contestó Piti con un sonrisa nerviosa a la vez que revolvía el pelo del niño --- al menos se que no puede darse a la fuga, como no se escape a remo lo lleva jodido--- intentó que la broma sonase como siempre pero la voz lo traicionó, la verdad es que estaba nervioso, muy nervioso, él estaba completamente seguro de lo que sentía por ella, pero ¿y ella? Si ella se lo pensaba mejor en el último minuto no sabría como podría seguir adelante, antes de que sus pensamiento pudiesen seguir por esa Palomares habló de nuevo evitando que siguiese torturándose:

    --- Piti, tranquilo; te quiere, quiere casarse contigo--- vió como su amigo se agachaba para dejar al niño en la cama entretenido con un juguete que tenía allí y se volvía hacia él agarrándolo por los hombros--- mira desde el principio de este viaje hemos pasado muchas cosas juntos, buenas y malas--- Piti sonrió sabiendo a todo lo que su amigo se refería--- y mira como hemos acabado, ¿en algún momento pensaste que sería así? Estas cosas no se planean, no puedes racionalizarnas ni pensarlas, así que no lo hagas; tú la quieres y ella te quiere, eso es todo lo que importa. Va a estar ahí porque es dónde quiere estar, quiere compartir su vida contigo y eso oficialmente empieza hoy aunque ya lleveis más tiempo haciéndolo; hoy es un paso más, pero te quiere; si aguantó hasta ahora no creo que vaya a fugarse el día de la boda--- lo último lo añadió bromeando, intentando aliviar un poco la emoción que se había acumulado en la habitación--- veo como la miras, y como te mira ella, estás tonto por ella y te lo digo de verdad, ella siente lo mismo por ti.

    --- ¿Cómo la miro?

    --- Cómo si fuese lo único que quieres seguir mirando el resto de tu vida.

    --- Gracias tío--- Piti le sonrió y lo abrazó, durante mucho tiempo Piti no había logrado sobreponerse a la pérdida de su hermano y el mundo le había compensando poniendo a Andrés en su camino; realmente era como su hermano mayor, siempre estaba allí para él, era la voz de su conciencia, su apoyo, su amigo, no dudaba cuando tenía que echarle la bronca por algo pero era el primero en estar a su lado cuando las cosas iban mal; incluso en su peor momento había estado con él, practicamente no se hablaban cuando a él lo había paralizado la mierda de pececillo venenoso y Palomares no se había separado de su lado en la enfermería y no había sido una experiencia agradable, y desde luego tampoco había sido higiénica pero él no se había movido de su lado. Y ahora allí estaban después de toda la bronca, todas las discusiones, los gritos, estaba allí con él como siempre había estado, calmándolo antes de su gran momento, dándole su bendición; definitivamente el fin del mundo no había estado tan mal para él, habían pérdido la tierra sí, pero él había ganado una familia. Palomares le devolvió el abrazo sin necesidad de decir nada, sabía de sobra lo que significaba para Piti y viceversa, y sabía que se pondría nervioso en el último minuto, por eso había abandonado su puesto y había ido a hablar con él una última vez, en ese momento David balbuceó desde la cama y los dos se giraron hacia el niño.

    --- Ven conmigo enano--- dijo Piti cogiéndolo en brazos--- dame un abrazo tú para acabar de echarle cojones.

    --- ¡Piti!--- protestó su amigo entre risas.

    --- Mierda...ups...bueno, para acabar de darme valor.

    --- No te hace falta, el valor lo tienes de sobra porque teneis algo más importante, el amor.

    --- Siempre se saca alguna frase así de la manga--- le dijo al niño que reía entre sus brazos ante las muecas que le hacía--- ¿a que molan?

    --- Tú no cambias--- fue la respuesta de Andrés mientras negaba con la cabeza.

    --- Una cosa es que me case y la otra que me amuerme...tío faltan cinco minutos--- dijo sobresaltándose al mirar el reloj; Palomares rió de nuevo y cogió al niño de sus brazos:

    --- Nosotros nos vamos ya, que no pueden empezar sin nosotros, tú ponte bien la corbata y sube, que el novio no puede llegar más tarde que la novia, y si te pueden los nervios yo te soplo--- Piti le dio un beso al niño y se acercó corriendo al espejo a colocarse la corbata, cuando la puerta iba a cerrarse se giró y habló tragándose todo el orgullo de macho que siempre llevaba por bandera:

    --- Tío...que...te quiero un huevo ¿vale?--- Palomares le sonrió, una sonrisa sincera, con cariño y justo antes de tirar del pomo le dijo:

    --- Es que soy irresistible.

    --- ¡¡Pasas mucho tiempo conmigo!! --- fueron las últimas palabras que Andrés escuchó del novio antes de subir al comedor.


    Por fin había llegado el momento, allí estaba, de pie ante el altar, improvisado pero altar, el capitán del otro lado de la mesa preparado para oficiar la ceremonia y Andrés a su lado, dónde tenía que estar, en su sitio, como su padrino; Ainhoa llegó y se pusó en su lugar en la primera fila y asintió con la cabeza; Burbuja que estaba al fondo apretó un botón y la música empezó a sonar.

    --- Acuérdate de respirar--- le susurró Andrés.

    --- Respirar sí, respirar--- murmuró en respuesta.

    Los primeros en aparecer fueron Valeria y David, la niña ayudaba al pequeño a avanzar lentamente y cada uno llevaba uno de los anillos que habían logrado encontrar para la ocasión, no pudo evitar que una sonrisa al ver a su enano vestido de aquella guisa, antes no se había fijado en el pequeño traje que suponía que Salomé había hecho para él y que había conseguido no arrugar demasiado, avanzaba poco a poco, mordiéndose la lengua en señal de concentración y sus esfuerzos dieron sus frutos porque llegó hasta ellos sin tropezar ni una sola vez; Valeria se pusó junto a Ainhoa y Andrés se agachó para coger a David en brazos:

    --- Bien hecho pequeño--- escuchó que le decía y vió de refilón como cogía el anillo para evitar que el niño lo tirase, o peor, se lo tragase como ya había pasado una vez con una canica; todavía recordaba los gritos de Vilma, no pudo evitar una risa al recordar aquello y bajó la cabeza para tranquilizarse, cuando levantó la vista vió que ella ya había empezado a avanzar hacia ellos.

    Vilma estaba preciosa, no podía fijarse en ningún detalle pero lo que tenía claro es que resplandecía, avanzando hacía al altar con su barriga más que prominente pero preciosa igualmente y regalándole una sonrisa radiante, una sonrisa que le daba confianza, ella lo conocía como nadie y le guiñó un ojo mientras avanzaba consiguiendo que sonriese y se relajase, llegó a su lado y apretó su brazo, sin decirle nada más le dió un beso en la mejilla y se pusó al lado de Andrés, que la rodeó con el brazo libre dejando su mano en su barriga y le susurró antes de dejar un beso en su cabeza:

    --- Estás preciosa --- Vilma entrelazó su mano con la de él y Piti no pudo evitar sonreírles , ellos eran su familia, Vilma, Andrés, David y lo que fuera que viniese, que Vilma aseguraba que debía ser niña para compensar el número; pensó en todo lo que habían pasado los tres y su sonrisa se hizo aún más grande, puede que la amistad de otros no hubiese sobrevivido a semejante triángulo amoroso pero la de ellos sí, porque era mucho más, y eso había logrado que hoy estuviesen allí a su lado, en el día más importante de su vida; Andrés hizo una señal con la cabeza y Piti giró y se olvidó de ellos por completo sabiendo lo que iba a pasar ahora, no pudo evitar temblar en anticipación y escuchó a Vilma decirle:

    --- Venga poeta del morse, que no se diga --- con eso se relajó de nuevo y justo en ese momento apareció ella y nada más verla se quedó sin palabras; allí estaba caminando hacia él vestida de princesa y con aquella sonrisa que lo hacía sentirse una niña con las sonrisas temblorosas, aquella sonrisa que le había arreglado el corazón roto, aquella sonrisa que no cambiaba por ninguna, se había enamorado de Vilma sí, pero el amor de verdad había llegado a él con Ana.

    Estela, Vilma, Julia, Dulce...había hecho mucho el idiota, y en ocasiones había llegado a ser un verdadero cabrón con Ana, cuando la conoció inmediatamente se hicieron amigos, pero ella había pegado los platos rotos de otros en demasiadas ocasiones y lo peor había sido cuando se había negado a reconocer que estaba enamorado de ella, se había pasado mucho con ella, la había hecho llorar en demasiadas ocasiones y todo por egoísmo; Ana le había dicho muchas veces que lo único que ella quería era saber que sentía, porque si realmente ella era un juego más no iba a haber juego, que podría ser una amiga o algo más, pero que no iba a ser Estela. Cuantas broncas...cuantas discusiones...pero había sido Ana quien había curado su corazón roto, Ana lo había hecho creer en las historias de amor, Ana era la horma de su zapato; no había dejado que jugase con ella y aunque había hecho lo imposible por evitarlo se había enamorado a más no poder de ella.

    Todavía no podía creerse que le hubiese dicho que sí, menos aún que no se estuviese arrepintiendo de estar a punto de unir su vida a un idiota como él, su cabeza empezó a ir a mil por hora de nuevo pero entonces ella lo miró y Piti no pudo pensar en nada más que en ella.

    Ella y la manera en que lo hacía sentirse con tan sólo mirarlo, lo hacía como si no quisiese apartar la vista de él, Andrés tenía razón, él podría pasarse el resto de su vida tan sólo mirando a los ojos de Ana; cuando faltaba menos para que llegase sintió como su corazón se aceleraba hasta casi salírsele del pecho y recordó las palabras de Vilma cuando había bajado a hablar con él "¿Qué cómo me sentí cuando nos casamos? Pues no se como explicártelo tío... ¿sabes esa sensación cuando el corazón va a salirte por la boca y no das respirado pero sientes que si dejas de mirarlo entonces será cuando se te acabe el aire? No se, cuando me mira me corta la respiración y me da la vida y a veces no puedo evitar sonrojarme porque me hace sentir tanto que me desborda; así más o menos fue como me sentí; pero no era por la boda, era por él". Piti había entendido a Vilma a la perfección, el amor entre Andrés y Vilma se palpaba, se sentía, muchas veces los había envidiado por tener eso, era algo contra lo que él no había podido luchar, era imposible; pero ya le daba igual, porque él lo había encontrado, estaba seguro y ahora había acabado de confirmárselo a si mismo. Podía ser una cafre para muchas cosas y no fijarse en los pequeños detalles, pero ahora mismo no podría apartar los ojos de Ana aunque quisiese, por fin sentía lo que Andrés decía que sentía cuando miraba a Vilma y cuando vió a Ana sonrojarse ante su mirada y sonreírle más aún no solo entendió lo que Vilma le había dicho, ahora lo sentía, y sabía que Ana también, ya no tenía miedo a perderla.

    Faltaban dos pasos para que llegase cuando no pudo contenerse y se adelantó y la besó, Ana le devolvió el beso, dándole igual empezar por el final, echó las manos a su cuello flores incluídas y se besaron dándose todo en mitad del comedor, las risas de la gente inundaron el barco y Montero carraspeó para hacerse notar:

    --- Eso viene dentro de un rato.

    --- Lo siento--- dijo la novia tirando de la mano de Piti para acercarse a la mesa que servía de altar.

    --- Sí, yo también pero es que...estás preciosa, no hay quien se resista--- Piti seguía mirándola aunque su frase había sido para excusarse con el Capitán, ahora todo tenía sentido, mirarla era respirar, mirarla era ver su razón de vivir.


    Nota de la autora: se que este fic no está completamente centrado en los Vilmares, pero su amor es el telón de fondo en el que está construido y necesitaba escribirlo así para que fuera realmente un regalo especial para la persona a la que va dedicado; espero que no os haya importado demasiado. ^^


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