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  1. El motor que mueve el mundo

    domingo, 14 de agosto de 2011

    Para Argen, que siempre nos regala un mundo maravilloso con las imágenes que crea para nosotras, espero que esto te guste


    Se movían despacio, intentando no hacer ruido porque como alguien se despertase todo su plan se iría al traste, no podían permitir que nadie supiese lo que iban a hacer si es que querían que todo les saliese bien, por eso estaban a las cuatro de la mañana recorriendo los pasillos como una versión moderna y mucho más silenciosa de Telma y Louise.

    Ainhoa tropezó y Vilma se giró mandándole guardar silencio con un dedo en los labios, no era posible que ella con cinco meses de embarazo fuese mucho más ágil que su amiga; esta la miró como disculpándose y siguieron avanzando hasta que llegaron a la bodega que estaban buscando, Noa sacó del bolsillo el juego de llaves que le había quitado a su padre del cajón del escritorio y fue probando hasta que dio con la que abría la puerta, una vez que estuvieron dentro se apresuró a cerrar y echar la llave por si a alguien se le ocurría bajar por allí, no era muy probable pero mejor prevenir que curar como decían por ahí.

    --- Noa, ¿a quien se le va a ocurrir bajar a estas horas?--- preguntó Vilma rodando los ojos.

    --- Nunca se sabe, ya nos estamos jugando bastante por estar aquí, así que mejor asegurarnos el que no nos pillen.

    --- Serás angustias...--- murmuró mientras avanzaba intentando dar con aquello que habían bajado a buscar.

    --- Aún por encima--- le murmuró en respuesta, Vilma se giró y volvió a la altura de su amiga para dejar un sonoro beso en su mejilla:

    --- Guapa, más que guapa, que no podría hacer esto sin tu ayuda.

    --- Serás pelota--- contestó Noa riendo --- aunque no se muy bien porque te estoy ayudando a hacer esto.

    --- Pues porque eres mi amiga, vaya pregunta.

    --- Eso lo sé, lo que no tengo claro es el porqué de que estemos haciéndolo.

    --- Es que no te lo he dicho--- respondió la rubia girándose y lanzándole una sonrisa de oreja a oreja.

    --- ¿No me digas? Intentaba averiguarlo--- respondió su amiga.

    --- Y ha sido un buen intento, eso te lo reconozco.

    --- Eres imposible--- comentó Noa --- Sherlock, aquí lo tienes--- dijo señalando una caja con la mano.


    Vilma se acercó desde el otro lado de la bodega y empezó a dar vueltas en torno a la caja intentando dar con la mejor manera de abrirla sin que se notase demasiado. Noa se apartó y volvió con un juego de palancas; Julia había tenido la idea de que se grabasen todos en vídeo para dejar testimonio de lo que estaban viviendo, de sus vidas, de todo lo que recordaban, de lo que quisiesen; aunque preferían no decirlo sabían que era muy posible que cuando llegasen a tierra algunos no siguiesen con vida, eso si conseguían llegar a tierra; el vídeo sería una manera de que más adelante los que llegasen supiesen lo que habían pasado sus antepasados, o una prueba de sus vidas si ninguno sobrevivía a aquel viaje y alguien encontraba el barco.

    Al principio había gente que no parecía muy dispuesta a hacerlo, pero al final y dejando claro que aquello no se abriría hasta dentro de muchos años todos habían acabando por dar el brazo a torcer, y cuando la grabación había finalizado el disco había sido guardado con un portátil en una de las cajas de seguridad en las que había estado el material científico. Nadie excepto el capitán y la doctora tenían la llave de aquella bodega lo que les aseguraba a todos que nadie tendría acceso al vídeo.

    Claro que no habían contado con la posibilidad de que Vilma se pusiese prácticamente histérica y le rogase una y otra vez a Ainhoa que la ayudase a entrar en la bodega para poder borrar su video, al principio no había ni querido oír hablar del tema, pero al ver el estado de nervios en el que se encontraba su amiga y tras asegurarle que lo único que quería era borrar su video había acabado por robar las llaves y bajar con ella para ayudarla, lo que todavía no sabía era que había dicho Vilma para necesitar borrarlo.

    --- Noa, se que me estoy pasando un huevo pero...¿te importaría grabarme una vez que borremos mi video?

    --- Claro que no--- contestó Ainhoa --- pero ¿para que quieres borrarte y grabarte de nuevo?

    Vilma sabía que después de todo lo que su amiga estaba haciendo por ella lo mínimo que le debía era una respuesta sincera, así que tomó aire y sin mirarla le respondió:

    --- Necesito borrar algo que dije, porque no puedo dejar que se vea, ni ahora, ni dentro de 20 años ni nunca, pero necesito grabarme porque...porque si no sobrevivo al parto quiero que el bebé tenga algo para recordarme.

    Ainhoa dejó caer la palanca y corrió a abrazar a su amiga:

    --- Vilma, no va a pasarte nada, aunque sea por que eres demasiado cabezota como para morirte; y si te pasase algo te prometo que el bebé te conocerá, ni Piti, ni Palomares ni yo permitiríamos que no llegase a conocerte; pero lo va a hacer de primera mano--- Vilma se sorbió las lágrimas para evitar echarse a llorar y le devolvió el abrazo a su amiga antes de contestarle:

    --- Vale, vale, pero ¿cómo era? Mejor prevenir que curar ¿no? Pues eso, yo solo hago lo que me dices que haga.

    --- ¿Ya te comenté que eras imposible verdad?--- preguntó Ainhoa volviendo a forcejear con la caja--- ¿al menos podré ver que es lo que quieres borrar?

    --- Ni de coña--- contestó Vilma tajante.

    --- Pero mujer, que yo no voy a decírselo a nadie.

    --- Si me fió, pero mejor nos evitamos el problema, no vayamos a liarla con los vídeos.

    --- Me lo merezco como pago a mis servicios--- siguió insistiendo Noa--- aunque sea la parte en la que cuentas maravillas sobre mi, ¿por qué hay una parte así verdad?

    --- Sí, y también una en la que comento que me enamoré de De la Cuadra--- bromeó Vilma--- olvídate, no vas a ver nada.

    --- Si total voy a grabarte, es lo mismo.

    --- Que no; vas a ver lo que digo, no lo que he dicho.

    --- De acuerdo, de acuerdo, pero esta te la cobro--- dijo Ainhoa zanjando la discusión a la vez que la caja cedía por fin.

    Sacaron el material de dentro y lo montaron con cuidado, una vez que tuvieron todo preparado se sentaron en el suelo frente al ordenador y metieron el disco dentro, Vilma le bajó el volumen por si acaso el vídeo empezaba a reproducirse sin avisar antes, ya que por nada del mundo quería escuchar aquello que sus compañeros habían dicho dando por supuesto que nadie lo escucharía hasta al menos 25 años después.

    Se encontraron con que el archivo estaba dividido por carpetas, cada una de ellas tenía el nombre de un miembro de la tripulación lo que les haría aquello más fácil y así no correrían el riesgo de estropear algo. Vilma marcó su archivo y en ese momento Ainhoa hizo que diese un bote hablando justo en su oído:

    --- ¿Estás segura?

    --- ¡Joder Noa! Que me infartas. Sí, estoy segura, esto no puede verlo nadie, jamás de los jamases.

    --- Pero si lo has dicho será por algo.

    --- Porque estaba tonta --- fue la respuesta que obtuvo.

    --- Vilma, en serio --- el tono de Ainhoa se puso serio --- ese vídeo iba de abrirse, de contar tu experiencia, de decir todo aquello que te guardabas dentro y que no querrías que quedase en el olvido para siempre; lo que esté ahí grabado será algo que hayas dicho desde el corazón y esa es la Vilma que tú hijo tiene derecho a ver dentro de muchos años en ese vídeo. Y me refiero a verlo contigo al lado mientras te recrimina que le prohíbas decir tacos ya que seguramente habrás soltado unos cuantos.

    --- Noa--- Vilma la miró a los ojos y la cogió de la mano intentado que entendiese la magnitud de lo que le estaba diciendo --- no puedo dejar ese video ahí ¿vale? Si lo dejo ahí aunque se abrá dentro de 25 años puedo hacerle mucho daño a alguien, y de hecho, tú y yo estamos aquí, alguien más puede hacerlo y no puedo permitirme que se sepa.

    --- Está bien, lo siento--- le respondió apretando la mano que le había dado --- borremos ese video.


    En ese momento escucharon un ruido que venía de los pasillos y Noa se apresuró a apagar las luces para que no las descubriesen, Vilma bajó la pantalla del ordenador lo suficiente como para que la luz no se filtrase al otro lado del ojo de buey y las dos se quedaron muy quietas esperando a que quien fuese que estaba dando vueltas a aquellas horas se fuese de allí; pasaron unos cuantos minutos hasta que por fin el ruido de los pasos se alejó.

    --- Menos mal--- susurró Vilma cabreada --- ¿qué pasa? ¿tenemos todos insomnio?

    --- Eso parece, mejor dejo la luz apagada, por si vuelven.

    --- Mejor será --- dijo la rubia mientras se sentaba teniendo cuidado ya que sus movimientos empezaban a ralentizarse con el embarazo, Noa le extendió un brazo para ayudarla y con el otro subió de nuevo la tapa del ordenador y sin querer le dio al botón que mantenía el volumen anulado haciendo que la voz de su amiga sonase en la bodega.

    --- Lo siento, lo siento, debimos de darle antes sin querer--- mientras hablaba se apresuró a ayudarla para poder volver sus manos al teclado pero no fue lo suficientemente rápida y la Vilma que las miraba desde la pantalla del ordenador y que estaba ya a mitad de discurso dijo algo que le llamó la atención:

    Otra persona que siempre tendrás ahí, es tu tía Noa, que espero sinceramente te haya dado muchos primos y primas con los que jugar y espero de corazón que sus apellidos sean Garmendia Montero, porque no se exactamente que le está pasando ahora a tu tía, pero espero poder llegar a ayudarla para solucionarlo, porque se merece ser feliz, y su felicidad es Ulises, pero bueno, eso no es un tema para hablar ahora

    Vilma presionó el botón para parar la grabación y miró a su amiga:

    --- Noa, lo siento mucho, se que...

    --- No --- la interrumpió esta--- ahora no puedo decirte más y por favor no me preguntes, pero yo también espero darle un par de primos con esos apellidos.

    La rubia vio como era su amiga la que ahora contenía las lágrimas y sin querer hacerle más daño se limitó a darle un beso en la mejilla de nuevo y a rodearla con un brazo.

    --- Distraéme, por favor --- le pidió --- cuéntame algo, lo que sea.

    --- Mañana voy a decirle a Piti que lo quiero a él, ya lleva demasiado meses esperando--- soltó Vilma a la desesperada intentando que Noa dejase de pensar en Ulises.

    --- ¿Qué vas a hacer el qué? --- preguntó Noa casi gritando, definitivamente aquello había conseguido distraerla, volvió a oírse algo y las dos giraron su cabeza instintivamente.

    --- ¿Pero se puede saber quien narices anda dando vueltas?--- preguntó Vilma mientras se levantaba para acercarse a la puerta e intentar ver algo. Cuando llegó vio una sombra que se perdía ya escaleras arriba así que volvió junto a su amiga --- bórralo anda--- le pidió mientras volvía a sentarse. Ainhoa asintió pero en vez de cerrar el video le subió la voz sin querer.

    --- Definitivamente no se como controlaste el barco aquel día--- siseó Vilma --- eres nefasta.

    Su amiga se encogió de hombros e iba a hablar cuando la Vilma de la pantalla volvió a llamar su atención:


    Aunque si tengo que darte un consejo nunca te enamores de un cura, jamás, o no...hazlo, porque a mi es lo mejor que me ha pasado nunca”

    Antes de que a su yo del pasado le diese tiempo a decir algo más Vilma presiono el botón que hacía que el disco saliese del ordenador:

    --- Joder--- murmuró cogiéndolo con las dos manos, como si el ocultarlo de la vista de Noa fuese a hacer que esta olvidase lo que acababa de oír.

    --- ¿Lo mejor que te ha pasado es enamorarte de Palomares? --- le preguntó atónita --- ¿Lo mejor que te ha pasado es enamorarte de Palomares pero vas a decirle a Piti que lo quieres? ¿Estás tonta?

    --- No, soy consecuente --- le dijo toda llena de razón --- el es cura, yo estoy embarazada, él es solo un amigo, yo lo quería como algo más, pero ya no.

    --- Vilma, esto lo grabaste ayer. Ayer. Tú, doña no me precipito, y ahora tengo que creerme que de ayer a hoy has dejado de sentirlo.

    --- Tú hiciste lo mismo, así que no me digas que no puede ser--- sabía que aquello había sido un golpe bajo y que le había hecho mucho daño a su amiga, pero se sentía acorralada y necesitaba dejar aquel tema. Vio como Ainhoa se levantaba y tuvo miedo de que se fuese de allí enfadada pero lo que hizo fue acercarse a ella y sacarle el disco de las manos.

    --- Sí, yo lo hice, por eso sé que es imposible --- le dijo volviendo a su posición anterior y devolviendo el cd al interior del ordenador.

    --- ¿Qué haces? --- preguntó Vilma nerviosa.

    --- Ver si hay alguna manera de evitar que te jodas la vida --- con eso Ainhoa se calló y buscó el archivo de Palomares, ignoró las protestas de Vilma y lo abrió; su amiga se apartó hasta llegar a la otra punta de la bodega diciendo que aquello no estaba bien y que no deberían estar escuchando aquello con las manos en los oídos consiguiendo así no distinguir las palabras que Palomares había dejado grabadas para la posteridad ya que el sonido no era muy alto; la hija del capitán la ignoró y fue saltando partes del vídeo hasta que llegó a una que pareció interesarle, lo rebobinó y lo paró mientras se giraba hacia su amiga:

    --- Escucha eso, luego cabréate conmigo, dime que tengo menos moral que Estela, lo que te de la gana, pero escucha eso.

    Escuchando el tono de voz con el que se dirigía a ella la rubia no tuvo más remedio que acercarse un poco más y dejar caer las manos, además no podía negar que quería escuchar aquello que Ainhoa creía tan importante; al ver que Vilma consentía en escuchar su amiga le dio de nuevo al botón para ponerlo en marcha.


    Y ahora hablemos de tu madre; es la mujer más maravillosa del mundo, lo único bueno que ha traído consigo el fin del mundo es la oportunidad de compartir la vida con ella. Es una mujer extraordinaria, cuando me subí a este barco esperaba vivir una aventura, no tan grande como en la que todos hemos acabado envueltos pero si una aventura de verdad; esperaba conocerme más a mi mismo, adquirir más experiencia, hacer buenos amigos, pero jamás me había imaginado que iba a encontrar el amor. Eso es lo que tu madre ha significado para mi, conocer el amor verdadero.

    Seguramente cuando veas esto te extrañará porque tú tienes un padre maravilloso que no soy yo, pero no he podido evitarlo, me he enamorado de tu madre y también de ti como si tuviese el derecho a hacerlo, y realmente no lo tengo, por eso lo mantengo en silencio. Pero que no lo diga no significa que lo haga con el fin de olvidarla, sé que eso es algo que jamás podré hacer. Y para ser completamente sinceros, no quiero hacerlo; puede que vaya a contentarme con estar en un segundo plano, con ser su amigo, su confidente, tu tío favorito en vez del amor, la pareja y el padre que querría ser, pero no voy a renunciar al sentimiento; ya es tan parte de mi, la tengo clavada tan adentro que sería como renunciar a una parte de mi mismo.

    Lo siento, no quería extenderme tanto en eso, supongo que no será cómodo escucharlo, pero cuando veas esto serás lo bastante mayor como para entenderlo creo, conocerás perfectamente a tu madre y entenderás que me haya sido imposible no enamorarme de ella.

    Pero lo que yo quería decirte con todo esto es que puede que cuando estés viendo este vídeo el mundo haya cambiado por completo, y no se parezca en nada en absoluto al que yo conocí, pero de lo que estoy seguro es que de el motor que lo seguirá moviendo es el amor. El amor es lo que nos mantiene vivos a nosotros ahora, porque si no nos lanzaríamos unos sobre otros dejando que primase sobre lo demás el instinto de supervivencia; el amor que tu madre te tiene es lo logró que se levantase después del golpe que supuso para todos el accidente del acelerador, porque tú le importaste más que nada; el amor que yo siento por ella es lo que ha evitado que me volviese loco en esta situación, incluso cuando no podía ni sospechar que era eso lo que sentía por ella. El amor que alguien a quien yo quiero como un hermano siente por ella es lo que hace que pueda retirarme tranquilo, porque sé que la amará suficiente por los dos, y a ti también. Yo soy cura, no tengo permitido quererla pero lo hago, y por eso mismo voy a dejar que la quiera quien debe.

    Todo eso es lo que hace el amor, por eso te digo que es el motor que mueve el mundo; así que si voy a decirte algo con lo que te vayas a quedar que sea esto: quiero que seas feliz, que te enamores, que vivas, porque el sentimiento de amar a alguien es lo más grande que uno puede tener, y yo había renunciado a ello, gracias a Dios tu madre apareció y lo solucionó; no te lo niegues nunca, porque te estarás negando a vivir.

    Ah, una cosa más, este de aquí eres tú, supongo que te hará ilusión ver una ecografía que te enseñe como eras cuando todos estábamos grabando estas palabras, y con la mano en esta ecografía tu madre me hizo jurarle que te cuidaría y que procuraría que no la olvidases si ella nos faltaba, aunque yo estoy seguro de que no será así; tú y yo sabemos que es una mujer demasiado fuerte.

    Y ahora lo dejo ya, que seguramente tu padre y tu madre tengan que decirte cosas maravillosas y yo estoy robándoles su tiempo, te quiero muchísimo, pero supongo que eso es algo que ya sabrás”


    Cuando el vídeo se paró Vilma se dio cuenta de que estaba llorando, las lágrimas caían por su cara unas detrás de otras desde hacia un buen rato; Palomares le había hablado a su hijo, le había dedicado aquellas palabras preciosas y eso era una pequeña parte, porque parecía que llevaba un buen rato hablándole en el vídeo, pero no le hacía falta oír más, además aquello formaba parte de una conversación privada entre ellos. Palomares la quería, estaba enamorado de ella y parecía pensar que ella a él no, pero Palomares la quería; el beso había sido algo, las pajaritas habían sido algo, no se sentía solo como su amigo, la quería. Decían que una imagen valía más que mil palabras y ella lo tenía todo, aquel discurso salido del corazón y la imagen de Andrés sosteniendo la ecografía de su hijo, hablando de ella con aquella mirada tranquila y serena que la enamoraba.

    Después del accidente el tema de su complicado triángulo amoroso había quedado aparcado, ella había evitado por completo hablarlo con Piti y había asumido que si Palomares no lo hablaba con ella era por sus mismas razones; ella no sabía como decirle a Piti que no y Andrés no sabía como decírselo a ella, pero por lo visto estaba más que equivocada.

    Se llevó la mano a la tripa y dijo en voz alta:

    --- Me quiere.

    --- Sí, te quiere --- habló Ainhoa de nuevo haciendo que recordase que no estaba sola en la bodega --- así que hazme el favor y no hagas lo mismo que yo, ya nos llega con un corazón roto.

    Las palabras de su amiga le dieron en que pensar y asintió con la cabeza:

    --- Vamos a recoger y a la cama, que es muy tarde y puede que pronto se levante alguien.

    --- ¿Y tu vídeo?

    --- Ya vendremos mañana.

    Después de haber recogido todo y haberse asegurado de que su paso por allí era imposible de detectar volvieron a su camarote. Vilma seguía pensando en todo lo que Andrés le había dicho a su bebé, no entendía como habían llegado a ese punto pero tampoco le importaba, lo único que parecía tener importancia ahora eran sus palabras; sus palabras y el hecho de que la ecografía que creía pérdida no lo estaba en absoluto, estaba a punto de llegar a la puerta cuando una frase resonó en su cabeza “no te lo niegues nunca, porque te estarás negando a vivir”, se paró en seco y le dijo a Noa:

    --- Voy a...

    --- Vete --- interfirió su amiga--- no te dejes perderlo --- añadió decidida pero con la mirada triste, Vilma sabía que tenía que hablar con ella, conseguir devolverle de alguna manera todo lo Noa había hecho esa noche, pero tendría que empezar a pensarlo mañana porque en ese momento sus pies ya estaban camino del camarote de los chicos. Estaba intentando abrir la puerta sin hacer mucho alboroto y escuchó unos pasos que venían del baño, se giró y lo vio venir; estaba medio adormilado, con el pelo revuelto y el pijama arrugado, estaba claro que se había despertado para ir al baño, cuando la vio en su puerta los ojos se le abrieron de golpe y pareció despejar un poco.

    --- Vilma--- le dijo mientras se acercaba a ella --- ¿te encuentras bien? ¿necesitáis algo?

    --- Calla --- le dijo tapándole la boca con su mano --- yo soy de esas que suelen meter la pata y cagarla, y hoy he hecho algo que no debía pero no voy a pedirte perdón por ello --- la cara de Andrés delataba que estaba completamente perdido --- Noa y yo bajamos a las bodegas.

    --- ¿Erais vosotras? --- habló él a través de su mano.

    --- ¿Fuiste tú el que hizo ruido? Casi nos matas del susto.

    --- Lo siento, estaba intentando encontrar algo más de leche para el bebé, pero no encontré nada y como escuché ruido me volví a la cama--- confesó él sin darse cuenta debido a la falta de claridad.

    --- ¿Estabas buscando leche?--- preguntó ella con una sonrisa, Andrés despejó del todo al darse cuenta de lo que había dicho y enrojeció esperando la reprimenda pero lejos de eso la sonrisa de Vilma se hizo más grande aún--- Bueno, lo que yo quería decirte es que Noa y yo bajamos a borrar mi video, porque decía cosas que pensaba que jamás querría que nadie escuchase pero al final no ha sido así. El caso es que se que no debería, pero he visto tu conversación padre-hijo y no podía aguantar un momento sin decirte que tú eres el motor que mueve mi mundo.

    Los ojos de Andrés se abrieron como platos al comprender lo que le estaba diciendo; había visto su vídeo, sintió que iba a morir de vergüenza cuando cayó en la cuenta de como se había referido a él, lo había llamado conversación padre-hijo, le había dicho que él era el motor que movía su mundo. Vilma pudo ver como la compresión se iba haciendo un hueco en el cerebro de Andrés y lo confirmó cuando vio una sonrisa aparecer en su cara.

    --- Entonces ¿qué me dices? Yo te permito quererme, y no querría renunciar, porque me han dicho que renunciar al amor es renunciar a la vida.

    Andrés no le contestó, apartó la mano que ella aún mantenía en su boca y entrelazó sus dedos para al final dejarla caer, llevó esa misma mano a su cara y la izquierda a su cintura, acarició su barriga durante un segundo pero dejó que la mano resbalase hasta su espalda, la miró a los ojos y sin borrar la sonrisa de su cara se inclinó y la besó. Su primer beso en el comedor había sido lo mejor de su vida hasta aquel momento, aquella vez se había apartado asustado y avergonzado por dejarse llevar, pero ahora no habría nada que consiguiese separarlo de ella, Vilma llevó las manos a su cuello y profundizó el beso; él se separó de ella durante un segundo, antes de volver a dejar que bajase su cabeza al encuentro de la suya, dispuesto a estar allí perdiéndose en ella hasta que saliese el sol, para decirle algo que hizo que Vilma riese antes de besarlo de nuevo:

    --- Me han enseñado a predicar con el ejemplo.


  2. Para Ana, porque sin ella no seríamos ni la sombra de lo que somos, hay personas fundamentales, y ella lo es, sé que para mi y para todas


    Si alguien le hubiera dicho que él habría llegado a estar viviendo el momento que ahora vivía se habría reído en la cara de aquel que se lo hubiera dicho; él casándose, la frase de por si ya no tenía sentido, pero él queriendo casarse, intentando contener los nervios porque lo único que quería era salir allí que alguien dijese lo de: yo os declaro marido y mujer y besarla, besarla como si fuese la primera y la última vez, con los nervios del primer beso y la emoción como si fuese el ultimo; eso tenía todavía menos sentido.

    Era lo que quería, estaba seguro, porque se había enamorado de ella, irremediablemente, irrevocablemente, en contra de lo que siempre había pensando y jurado. Allí estaba, a menos de quince minutos de casarse con la que sabía que era la mujer de su vida, y a la mierda el fin del mundo, todo su mundo era ella; si el mundo había tenido que acabar para que ellos se encontrasen no le parecía un mal trato, podía sonar exagerado, ridículo, tonto incluso, pero era verdad, por primera vez en su vida era feliz, ella lo hacía feliz, y le daba igual todo lo demás, lo que la gente pensase, lo que dijesen, ciertas miradas que decían claramente: lo vuestro es un error, tú no puedes quererla.

    La gente no sabía nada, la gente no entendía lo que ella le había dado a su vida, su vida tenía sentido por ella, vivía por ella y aunque la gente pensase que él no sabía lo que era el amor sí que lo sabía, ella había acabado de explicarle lo que significaba esa palabra.

    Escuchó un golpe en la puerta y se giró para ver como Palomares entraba a la habitación con David en brazos:

    --- ¿Nervioso?--- preguntó su amigo con una sonrisa intentando sostener al niño que había empezado a andar no hacía mucho y quería bajarse de sus brazos para corretear por la habitación.

    --- Acojonado--- contestó Piti con un sonrisa nerviosa a la vez que revolvía el pelo del niño --- al menos se que no puede darse a la fuga, como no se escape a remo lo lleva jodido--- intentó que la broma sonase como siempre pero la voz lo traicionó, la verdad es que estaba nervioso, muy nervioso, él estaba completamente seguro de lo que sentía por ella, pero ¿y ella? Si ella se lo pensaba mejor en el último minuto no sabría como podría seguir adelante, antes de que sus pensamiento pudiesen seguir por esa Palomares habló de nuevo evitando que siguiese torturándose:

    --- Piti, tranquilo; te quiere, quiere casarse contigo--- vió como su amigo se agachaba para dejar al niño en la cama entretenido con un juguete que tenía allí y se volvía hacia él agarrándolo por los hombros--- mira desde el principio de este viaje hemos pasado muchas cosas juntos, buenas y malas--- Piti sonrió sabiendo a todo lo que su amigo se refería--- y mira como hemos acabado, ¿en algún momento pensaste que sería así? Estas cosas no se planean, no puedes racionalizarnas ni pensarlas, así que no lo hagas; tú la quieres y ella te quiere, eso es todo lo que importa. Va a estar ahí porque es dónde quiere estar, quiere compartir su vida contigo y eso oficialmente empieza hoy aunque ya lleveis más tiempo haciéndolo; hoy es un paso más, pero te quiere; si aguantó hasta ahora no creo que vaya a fugarse el día de la boda--- lo último lo añadió bromeando, intentando aliviar un poco la emoción que se había acumulado en la habitación--- veo como la miras, y como te mira ella, estás tonto por ella y te lo digo de verdad, ella siente lo mismo por ti.

    --- ¿Cómo la miro?

    --- Cómo si fuese lo único que quieres seguir mirando el resto de tu vida.

    --- Gracias tío--- Piti le sonrió y lo abrazó, durante mucho tiempo Piti no había logrado sobreponerse a la pérdida de su hermano y el mundo le había compensando poniendo a Andrés en su camino; realmente era como su hermano mayor, siempre estaba allí para él, era la voz de su conciencia, su apoyo, su amigo, no dudaba cuando tenía que echarle la bronca por algo pero era el primero en estar a su lado cuando las cosas iban mal; incluso en su peor momento había estado con él, practicamente no se hablaban cuando a él lo había paralizado la mierda de pececillo venenoso y Palomares no se había separado de su lado en la enfermería y no había sido una experiencia agradable, y desde luego tampoco había sido higiénica pero él no se había movido de su lado. Y ahora allí estaban después de toda la bronca, todas las discusiones, los gritos, estaba allí con él como siempre había estado, calmándolo antes de su gran momento, dándole su bendición; definitivamente el fin del mundo no había estado tan mal para él, habían pérdido la tierra sí, pero él había ganado una familia. Palomares le devolvió el abrazo sin necesidad de decir nada, sabía de sobra lo que significaba para Piti y viceversa, y sabía que se pondría nervioso en el último minuto, por eso había abandonado su puesto y había ido a hablar con él una última vez, en ese momento David balbuceó desde la cama y los dos se giraron hacia el niño.

    --- Ven conmigo enano--- dijo Piti cogiéndolo en brazos--- dame un abrazo tú para acabar de echarle cojones.

    --- ¡Piti!--- protestó su amigo entre risas.

    --- Mierda...ups...bueno, para acabar de darme valor.

    --- No te hace falta, el valor lo tienes de sobra porque teneis algo más importante, el amor.

    --- Siempre se saca alguna frase así de la manga--- le dijo al niño que reía entre sus brazos ante las muecas que le hacía--- ¿a que molan?

    --- Tú no cambias--- fue la respuesta de Andrés mientras negaba con la cabeza.

    --- Una cosa es que me case y la otra que me amuerme...tío faltan cinco minutos--- dijo sobresaltándose al mirar el reloj; Palomares rió de nuevo y cogió al niño de sus brazos:

    --- Nosotros nos vamos ya, que no pueden empezar sin nosotros, tú ponte bien la corbata y sube, que el novio no puede llegar más tarde que la novia, y si te pueden los nervios yo te soplo--- Piti le dio un beso al niño y se acercó corriendo al espejo a colocarse la corbata, cuando la puerta iba a cerrarse se giró y habló tragándose todo el orgullo de macho que siempre llevaba por bandera:

    --- Tío...que...te quiero un huevo ¿vale?--- Palomares le sonrió, una sonrisa sincera, con cariño y justo antes de tirar del pomo le dijo:

    --- Es que soy irresistible.

    --- ¡¡Pasas mucho tiempo conmigo!! --- fueron las últimas palabras que Andrés escuchó del novio antes de subir al comedor.


    Por fin había llegado el momento, allí estaba, de pie ante el altar, improvisado pero altar, el capitán del otro lado de la mesa preparado para oficiar la ceremonia y Andrés a su lado, dónde tenía que estar, en su sitio, como su padrino; Ainhoa llegó y se pusó en su lugar en la primera fila y asintió con la cabeza; Burbuja que estaba al fondo apretó un botón y la música empezó a sonar.

    --- Acuérdate de respirar--- le susurró Andrés.

    --- Respirar sí, respirar--- murmuró en respuesta.

    Los primeros en aparecer fueron Valeria y David, la niña ayudaba al pequeño a avanzar lentamente y cada uno llevaba uno de los anillos que habían logrado encontrar para la ocasión, no pudo evitar que una sonrisa al ver a su enano vestido de aquella guisa, antes no se había fijado en el pequeño traje que suponía que Salomé había hecho para él y que había conseguido no arrugar demasiado, avanzaba poco a poco, mordiéndose la lengua en señal de concentración y sus esfuerzos dieron sus frutos porque llegó hasta ellos sin tropezar ni una sola vez; Valeria se pusó junto a Ainhoa y Andrés se agachó para coger a David en brazos:

    --- Bien hecho pequeño--- escuchó que le decía y vió de refilón como cogía el anillo para evitar que el niño lo tirase, o peor, se lo tragase como ya había pasado una vez con una canica; todavía recordaba los gritos de Vilma, no pudo evitar una risa al recordar aquello y bajó la cabeza para tranquilizarse, cuando levantó la vista vió que ella ya había empezado a avanzar hacia ellos.

    Vilma estaba preciosa, no podía fijarse en ningún detalle pero lo que tenía claro es que resplandecía, avanzando hacía al altar con su barriga más que prominente pero preciosa igualmente y regalándole una sonrisa radiante, una sonrisa que le daba confianza, ella lo conocía como nadie y le guiñó un ojo mientras avanzaba consiguiendo que sonriese y se relajase, llegó a su lado y apretó su brazo, sin decirle nada más le dió un beso en la mejilla y se pusó al lado de Andrés, que la rodeó con el brazo libre dejando su mano en su barriga y le susurró antes de dejar un beso en su cabeza:

    --- Estás preciosa --- Vilma entrelazó su mano con la de él y Piti no pudo evitar sonreírles , ellos eran su familia, Vilma, Andrés, David y lo que fuera que viniese, que Vilma aseguraba que debía ser niña para compensar el número; pensó en todo lo que habían pasado los tres y su sonrisa se hizo aún más grande, puede que la amistad de otros no hubiese sobrevivido a semejante triángulo amoroso pero la de ellos sí, porque era mucho más, y eso había logrado que hoy estuviesen allí a su lado, en el día más importante de su vida; Andrés hizo una señal con la cabeza y Piti giró y se olvidó de ellos por completo sabiendo lo que iba a pasar ahora, no pudo evitar temblar en anticipación y escuchó a Vilma decirle:

    --- Venga poeta del morse, que no se diga --- con eso se relajó de nuevo y justo en ese momento apareció ella y nada más verla se quedó sin palabras; allí estaba caminando hacia él vestida de princesa y con aquella sonrisa que lo hacía sentirse una niña con las sonrisas temblorosas, aquella sonrisa que le había arreglado el corazón roto, aquella sonrisa que no cambiaba por ninguna, se había enamorado de Vilma sí, pero el amor de verdad había llegado a él con Ana.

    Estela, Vilma, Julia, Dulce...había hecho mucho el idiota, y en ocasiones había llegado a ser un verdadero cabrón con Ana, cuando la conoció inmediatamente se hicieron amigos, pero ella había pegado los platos rotos de otros en demasiadas ocasiones y lo peor había sido cuando se había negado a reconocer que estaba enamorado de ella, se había pasado mucho con ella, la había hecho llorar en demasiadas ocasiones y todo por egoísmo; Ana le había dicho muchas veces que lo único que ella quería era saber que sentía, porque si realmente ella era un juego más no iba a haber juego, que podría ser una amiga o algo más, pero que no iba a ser Estela. Cuantas broncas...cuantas discusiones...pero había sido Ana quien había curado su corazón roto, Ana lo había hecho creer en las historias de amor, Ana era la horma de su zapato; no había dejado que jugase con ella y aunque había hecho lo imposible por evitarlo se había enamorado a más no poder de ella.

    Todavía no podía creerse que le hubiese dicho que sí, menos aún que no se estuviese arrepintiendo de estar a punto de unir su vida a un idiota como él, su cabeza empezó a ir a mil por hora de nuevo pero entonces ella lo miró y Piti no pudo pensar en nada más que en ella.

    Ella y la manera en que lo hacía sentirse con tan sólo mirarlo, lo hacía como si no quisiese apartar la vista de él, Andrés tenía razón, él podría pasarse el resto de su vida tan sólo mirando a los ojos de Ana; cuando faltaba menos para que llegase sintió como su corazón se aceleraba hasta casi salírsele del pecho y recordó las palabras de Vilma cuando había bajado a hablar con él "¿Qué cómo me sentí cuando nos casamos? Pues no se como explicártelo tío... ¿sabes esa sensación cuando el corazón va a salirte por la boca y no das respirado pero sientes que si dejas de mirarlo entonces será cuando se te acabe el aire? No se, cuando me mira me corta la respiración y me da la vida y a veces no puedo evitar sonrojarme porque me hace sentir tanto que me desborda; así más o menos fue como me sentí; pero no era por la boda, era por él". Piti había entendido a Vilma a la perfección, el amor entre Andrés y Vilma se palpaba, se sentía, muchas veces los había envidiado por tener eso, era algo contra lo que él no había podido luchar, era imposible; pero ya le daba igual, porque él lo había encontrado, estaba seguro y ahora había acabado de confirmárselo a si mismo. Podía ser una cafre para muchas cosas y no fijarse en los pequeños detalles, pero ahora mismo no podría apartar los ojos de Ana aunque quisiese, por fin sentía lo que Andrés decía que sentía cuando miraba a Vilma y cuando vió a Ana sonrojarse ante su mirada y sonreírle más aún no solo entendió lo que Vilma le había dicho, ahora lo sentía, y sabía que Ana también, ya no tenía miedo a perderla.

    Faltaban dos pasos para que llegase cuando no pudo contenerse y se adelantó y la besó, Ana le devolvió el beso, dándole igual empezar por el final, echó las manos a su cuello flores incluídas y se besaron dándose todo en mitad del comedor, las risas de la gente inundaron el barco y Montero carraspeó para hacerse notar:

    --- Eso viene dentro de un rato.

    --- Lo siento--- dijo la novia tirando de la mano de Piti para acercarse a la mesa que servía de altar.

    --- Sí, yo también pero es que...estás preciosa, no hay quien se resista--- Piti seguía mirándola aunque su frase había sido para excusarse con el Capitán, ahora todo tenía sentido, mirarla era respirar, mirarla era ver su razón de vivir.


    Nota de la autora: se que este fic no está completamente centrado en los Vilmares, pero su amor es el telón de fondo en el que está construido y necesitaba escribirlo así para que fuera realmente un regalo especial para la persona a la que va dedicado; espero que no os haya importado demasiado. ^^


  3. Para Argenya, porque sabe, que siempre tendrá un lugar en mi corazón.

    What have I done?
    I wish I could run,
    away from this ship going under


    ¿Qué había hecho? ¿La había besado? Había besado a una mujer.
    Después de tantos años, cuando ya creía que el corazón no le mostraba ese tipo de sentimientos. Después de tanto tiempo, se dejaba llevar por sus emociones. Pero, ¿adonde lo llevaban?
    Deseaba poder escapar, salir de ese barco, volver a ser el que era, pero eso ya no era posible. Porque en el mundo ya no había nada más. Nada más que ella.

    Just trying to help
    Hurt everyone else
    Now I feel the weight of the world is on my shoulders


    Tratando de ayudarla, tratando de conseguir que ella fuese feliz, había descuidado a los demás. Había sentido como todo el mundo iba abandonando su fe. Todos se olvidaban de lo realmente importante. Él mismo se estaba olvidando. Ahora, sentía realmente que el peso del mundo sobre sus hombros.

    What can you do when your good isn’t good enough
    And all that you touch tumbles down?


    ¿Que podría hacer para lograrlo?, ¿que podría hacer para volver a Dios, si ni él mismo podía reconocerse? Todo lo que pretendía, todo lo que intentaba hacer, para nada servía, porque todo le hacía pensar en ella.

    Cause my best intentions
    Keep making a mess of things,
    I just wanna fix it somehow


    ¿Cómo arreglarlo? Si eso era imposible… Arreglarlo, significaba olvidarla.

    But how many times will it take?
    Oh, how many times will it take for me to get it right, to get it right?


    Olvidarla.
    ¿Cuánto le llevaría? ¿Cuánto le llevaría arrancarla de su mente y de su corazón? ¿Acaso podría?

    Can I start again, with my faith shaken?
    Cause I can’t go back and undo this


    ¿Podría empezar otra vez? ¿Podría volver a sentir esa fe? Después de dejar de amarla, ¿Podría realmente ayudar a la gente?

    I just have to stay and face mistakes,
    But if I get stronger and wiser, I’ll get through this


    Eso es lo que debía hacer, si. Enfrentaría sus errores, sus sentimientos. Podría superarlo.

    What can you do when you’re good isn’t good enough?
    And all that you touch tumbles down?
    Cause my best intentions keep making a mess of things,
    I just wanna fix it somehow
    But how many times will it take?
    Oh, how many times will it take for me to get it right?


    Si, debía superarlo. Debía olvidarla. Pero, que hacer, si no podía conseguilo. ¿Cuánto tiempo le llevaría? ¿Cuánto le costaría arrancarla de sus pensamientos, para poder hacer lo correcto? Porque él la ama, realmente la ama, aunque ella no lo sepa.

    So I throw up my fists, throw a punch in the air,
    And accept the truth that sometimes life isn’t fair!


    Porque no comprendía como Él había podido ponerla en su camino. ¿Acaso debía seguirlo? ¿Acaso era ese el camino correcto? Después de tanto tiempo… la vida no era justa. No con él.

    Yeah, I’ll send down a wish.
    Yeah, I’ll send up a prayer
    And then finally someone will see how much I care


    Porque comprende que no puede olvidarla, no podría separarse de ella por mucho que lo intentase. Por eso, le pide a Él que lo ayude, porque quiere hacer lo correcto, pero no puede. A pesar de todo.

    “Padre, te ruego que no me abandones, ayúdame”

    What can you do when you’re good isn’t good enough?
    And all that you touch tumbles down?
    Cause my best intentions keep making a mess of things,
    I just wanna fix it somehow
    But how many times will it take?
    Oh, how many times will it take for me to get it right?


    ¿Qué hacer, cuando no es fácil olvidarla? ¿Qué podría hacer para reconducir su camino? Él sólo desea arreglarlo, hacer lo correcto, pero, ¿Cuánto tiempo le llevará? ¿Cuánto? Dios mio, ¿cuánto soportará hasta arrancarla completamente de su corazón? Para poder hacer lo correcto, para poder hacerlo bien.

  4. El color del amor

    sábado, 23 de julio de 2011

    Para Noe, espero que lo disfrute al menos un poquito :)


    Aquella mañana las nauseas habían impedido a Vilma acudir al reparto de turnos, por lo que no sabía qué tareas le habían asignado para aquel día. No le había pasado desapercibido el hecho de que últimamente las tareas que le tocaba realizar eran menos duras que antes ni tampoco era ajena a las conversaciones que sabía que Piti y Palomares habían mantenido con el capitán Montero para librarla de los peores trabajos debido a su estado. A pesar de que lo agradecía porque sabía que sólo estaban preocupados por ella, no paraba de repetirles que estaba embarazada, no inválida, y que de momento su estado le permitía llevar una vida completamente normal, si es que a lo que se había convertido su vida se lo podía calificar de normal. Tenía veintidós años, estaba embarazada y formaba parte de la cincuentena de personas que había sobrevivido a un cataclismo a bordo de un barco. Era de locos.
    Dejando de lado todos esos pensamientos siguió su camino por el pasillo en dirección al camarote de los chicos, no encontraba a Ainhoa por ningún lado y necesitaba saber cuáles eran sus turnos antes de que Montero se arrepintiese de hacerle el favor de ayudarla. Pensó que Palomares o Piti estarían en su camarote, o incluso Ramiro, pero al tocar la puerta con los nudillos nadie respondió, así que la abrió y entró. En efecto, el camarote estaba vacío. No pudo evitar que una sonrisa curvara sus labios al ver que la cama de Piti estaba deshecha, cubierta por algunas prendas de ropa dejadas allí de forma desperdigada, y sin embargo la cama de Palomares estaba pulcramente ordenada, sin una arruga en la colcha. Eran tan diferentes... y sin embargo la complementaban tan bien. A pesar de las tonterías que podían llegar a hacer, como jugarse la paternidad de su bebé en una timba de dados, se sentía muy afortunada de tenerlos a su lado.
    Era la primera vez que estaba sola en ese camarote y podía contemplarlo sin prisas, sin que nadie la molestara o le preguntase qué estaba haciendo, de modo que se acercó a la cama de Piti y se sentó en ella, apartando un poco la ropa. Al mirar la estantería que reposaba sobre la cama del chico no pudo evitar que su risa llenase la estancia recordando los golpes que se había dado Piti en la cabeza con esa balda de madera, parecía que estaba ahí colocada justo para eso. Decidió echar un vistazo a lo que había ahí colocado, dándose cuenta de que era una pequeña representación del mundo de su amigo, y cogió un pequeño balón de color rojo y blanco. A Piti le encantaba el fútbol, y más de una vez le había hablado a su todavía pequeña barriga diciendo que su bebé sería un gran futbolista, y que ahora que el mundo había acabado él sería el nuevo Kun Agüero. Al lado del balón había un marco de fotos que mostraba tres caras aparentemente sonrientes, pero que escondía mucho más si te fijabas detenidamente; los labios de Piti y de sus padres estaban curvados hacia arriba, pero la sonrisa no les llegaba a los ojos. Probablemente ella fuese la única persona de ese barco que sabía por todo lo que había pasado el chico tras la muerte de su hermano, y sintió que una brisa cálida le rodeaba el corazón. Piti escondía mucho más de lo que podía llegar a mostrar, y a medida que ella iba conociendo esas facetas ocultas estaba más segura de que era una persona maravillosa.
    Entonces algo le llamó la atención y su vista se posó en el cuaderno que utilizaba para ir a clase. Era de color rojo. Ese color representaba tantas cosas para ella... y definía muy bien a Piti. El color rojo representaba el optimismo, ese optimismo que había embargado a Piti cuando descubrieron que el mundo se había ido al garete y lo había empujado a organizar citas de diez minutos. Puede que pareciese una tontería, pero decía mucho de él. Al fin y al cabo, como ya había dicho en otro momento, Piti era ese corcho que flota en medio de un naufragio. Pero el rojo también significaba sin ninguna duda la atracción y el deseo.
    Ella había besado a Piti en la boca para demostrarle a Estela cómo se comportaban los tíos, pero en el fondo sabía que había algo más. Había juntado los labios con los suyos y había dejado que su lengua se introdujese en su boca durante unos segundos, saboreando aquella sensación con los ojos cerrados y sabiendo que él no se lo esperaba. Se había sentido poderosa por un momento, y eso le había gustado, no podía negar que se sentía atraída por Piti. Cuando se habían bañado juntos le había dicho que lo veía como un hermano, o incluso como una mascota, pero el vello de la piel no se te eriza cuando tu hermano pasa por tu lado rozándote el brazo ni disfrutas cuando tu lengua se entrelaza con la suya. Sabía que si estuviera con Piti mantendrían una relación muy pasional, y eso no la molestaba en absoluto. Piti era el tipo de chico por el que siempre se había sentido atraída. El color rojo también era un símbolo de coraje y valentía, y Vilma sabía que Piti le había tenido que echar narices para declarársele de aquella forma. Piti no había estado enamorado en su vida hasta que la había conocido a ella. Era el Don Juan del morse, ¿no? Acostumbrado a conquistar a unas y a otras, pero a no quedarse con ninguna. Y ahora había llegado ella, con su mala leche y su bombo, y él se había atrevido a decirle que la quería, que estaba enamorado de ella. Amor. El rojo también es el color del amor.
    Ella no había dicho nada ante su declaración. Pensaba que las pajaritas se las había dejado él, que eran una muestra más de lo que sentía por ella, y al descubrir que no era así se había sentido decepcionada. Decepcionada por darse cuenta de que aquello no era obra de Piti. Dos días atrás él le había pedido una respuesta, le había preguntado si lo quería, y ella no le había contestado todavía. No sabía qué decirle, y sabía que él merecía una respuesta sincera ante todo. El color rojo simbolizaba la impaciencia, la ansiedad de Piti por saber si su amor era correspondido o no. Tenía que responderle, no quería perder a Piti y sabía que en el fondo él le gustaba. No podía dejar pasar una oportunidad así, ¿no? Sabía que con el tiempo lograría quererlo, que se enamoraría de él, sobre todo sabiendo que el chico estaba dispuesto a cuidar de su bebé y que ya lo sentía como su hijo. Intentó aclarar sus ideas, cogió un bolígrafo que había sobre la mesilla y abrió el cuaderno hasta encontrar una hoja vacía. Comenzó a garabatear unas palabras, pero cuando no llevaba más de dos líneas su mano frenó en seco al no saber cómo continuar. Vilma levantó la mirada pensativa, y entonces sus ojos se posaron en algo: el cuaderno amarillo que descansaba en la mesilla de Palomares. Dudó durante unos segundos, pero al final se levantó dejando el cuaderno abierto sobre la cama de Piti y se sentó en la cama de Palomares, cogiendo la libreta amarilla. Era curioso; si el rojo representaba muy bien a Piti, el amarillo era un color perfecto para Palomares.
    El amarillo simbolizaba la decisión que había mostrado el cura cuando hizo caso omiso a las órdenes de Montero y construyó su capilla, o aquella vez que había desafiado a De la Cuadra para que le devolviese su Biblia. Una persona que se había atrevido a dejar toda su vida para convertirse en sacerdote sin duda era una persona decidida. Era todo lo contrario a ella, que ni siquiera había sido capaz de terminar su respuesta a Piti segundos antes... y sabía por qué. Sentía que aquello no tenía que ver sólo con ella y con Piti, también tenía que ver con Palomares, con sus pajaritas, con su preocupación por ella y por su hijo. Se sentía obligada a decidir. Cuando descubrió que Piti no le había estado enviando esas pajaritas se había sentido decepcionada, sí, pero el averiguar que el que se las había dejado era Palomares la había pillado desprevenida. No hubiera esperado ni por un segundo que fuese él, ella nunca se hubiese planteado una cosa así porque, bueno, él era cura. ¿Cómo puedes esperar que un cura muestre tales sentimientos por ti?
    Sin embargo, lo que más le preocupaba no eran los sentimientos que él mostraba por ella, eran los sentimientos que ella tenía en su interior. Le daba miedo (miedo, una emoción representada por el amarillo, qué casualidad) pensar que podía sentirse... atraída por él. Piti era una opción mucho más fácil de considerar, porque a pesar de las tonterías que podía llegar a hacer era casi lo natural, ¿no? Él se había ofrecido a ser el padre de su hijo y ella lo había aceptado, era como si el siguiente paso estuviese obligado, como si estar juntos fuera lo más lógico. Palomares era la opción difícil, porque ni siquiera debería considerarlo una opción. Él le había entregado su vida a Dios, ¿quién era ella para sentirse con derecho a quitársela? Abrió con cuidado el cuaderno que tenía en las manos y encontró lo que seguía recibiendo religiosamente todos los días en su taquilla, entre sus libros o bajo la almohada: una pajarita de papel con el inconfundible mensaje de Palomares. La tenía ahí preparada para dejársela de nuevo cuando tuviese la oportunidad, con sus bordes amarillos como las hojas de aquel cuaderno. Amarillo, el color de la energía, del sol, de la alegría. Siempre que Vilma encontraba una nueva pajarita sonreía, daba igual que tuviese decenas acumuladas en su camarote, ella siempre sonreía y se sentía alegre aunque fuesen unos escasos segundos.
    Vilma cerró el cuaderno de Palomares y lo dejó sobre la colcha, dispuesta a volver a la cama de Piti para terminar de responder a sus sentimientos, pero sus ojos se fijaron en un papel que sobresalía de la Biblia que había en la mesilla. Cuando lo cogió y descubrió qué era el estómago le dio un vuelco. El papel estaba manoseado, como si el chico lo hubiese tenido entre las manos muchas veces para observarlo, y lo había guardado en algo tan valioso para él como lo era su Biblia, por la que había desafiado al primer oficial. Volvió a mirar hacia la cama de Piti, y entonces dejó el papel sobre la Biblia y se acercó al cuaderno rojo del moreno, arrancó la página en la que había empezado a escribir y se la guardó en un bolsillo, para después cerrar el cuaderno. No era capaz de decirle que sí a Piti, había estado a punto de hacerlo pero no había podido. Vilma salió del camarote dejando atrás, sobre la Biblia, la ecografía de su bebé, aquella ecografía clandestina que Palomares le había hecho días atrás. Tal vez el color del amor no tenía por qué ser el rojo.



  5. ¿Y si te digo que te quiero? II

    viernes, 24 de junio de 2011


    Nota: La autoría de este fic se atribuye a Lau


    Argen, para ti, porque te has ganado un lugarcito especial en mi corazon y porque quiero que el proximo año estemos aqui celebrando; no solo que nos empiezan a salir arrugas sino que hemos hecho de algo tan simple como post en un foro, toda una comunidad de amigas y tu eres una parte especial de esta COOKIE FAMILY


    - Pero le has dicho que si?
    Ahí estaba ella, en el borde de su litera, Ainhoa la miraba, era la tercera vez que le hacia esa pregunta.
    - Que si, que le he dicho que si. – Habían pasado poco más de dos semanas desde que la misma Ainhoa, en aquel mismo lugar, había sido testigo de un repentino ataque de llanto de Vilma. Aquel día estuvieron solas en el camarote por horas, cuando entraron Vilma rompió a llorar, había sido un llanto profundo, desesperado, mezcla de rabia, tristeza y del más puro dolor, podía romper el alma de cualquiera que lo presenciara, lágrimas corriendo por su rostro, los sollozos, después de mucho tiempo en el que Ainhoa ya no sabía qué hacer para calmarla, el llanto de Vilma había cesado, las lágrimas seguían saliendo una tras de otra humedeciendo su rostro, pero ya no gritaba ni le faltaba el aire, Ainhoa estuvo ahí mucho tiempo, a su lado, pasándole la mano entre el cabello desgreñado y sin hacer preguntas. Quizás era consciente de todo lo que le había pasado y desde su propia experiencia la compadecía, quizás solo esperaba que algún día Vilma reuniera el valor para contarle de ese amor prohibido que aunque pareciera un cuento de hadas, solo había ocurrido en su cabeza, el no la quería, nunca la quiso, al menos no de la manera que ella esperaba, que ella había deseado, que había imagina, soñado, ella era tan importante en su vida como lo podía ser cualquier otra persona de ese barco, era su alma pura quien lo llevaba a volcarse así con la gente, a dar todo de sí, y no un supuesto amor que desde luego se había inventado ella sola, que nunca había existido más allá de su cabeza
    - Pero, pensaba que no le querías.
    - Claro que le quiero
    - Ya, pero, como una mascota, no creo que ese sea el cariño que se le tiene a alguien a quien tomas como tu pareja. Piénsatelo bien Vilma, si le quieres yo encantada, te apoyaría la primera, sabes que siempre lo he hecho, pero sería muy jodido que un día te dieras cuenta de que te estás equivocando. Créeme, no quieres despertarte una mañana y verte al lado de un hombre al que no amas, sin saber cómo salir de esa situación y a punto de asumir que va a ser así siempre.
    - Ainhoa – Vilma tomo las manos de Ainhoa entre las suyas y con toda la seguridad que creía tener le dijo- Entiendo que te preocupes y que no quieras que me pase lo mismo que a ti, pero no tienes de que preocuparte, Piti no es un asesino psicópata y yo no me estoy equivocando.

    Convencer a alguien más de que estaba tomando la decisión correcta le hacía sentir más segura, si el resto de la gente era capaz de creerle ella podría llegar a hacerlo, era extraño como se sentía, no estaba triste, había estado triste durante mucho tiempo pero ahora se sentía bien, estaba tranquila, no moría de ganas de estar con Piti pero al menos sabía que su compañía le haría bien, las ultimas semanas estar con Piti se había vuelto más y más cómodo. El había dejado de preguntarle si lo quería y ella había empezado a preguntarse si en el fondo no era él lo que estaba buscando. Se reían mucho juntos, planeaban un futuro con el bebe, Piti incluso había pensado en un par de nombres, él quería que fuera niña, había hablado del pasado y habían empezado a conocerse mejor, Piti había tenido una historia muy diferente a la que cualquiera hubiera llegado a imaginar, una historia bastante triste, llegaba a ser incluso admirable que después de todo lo que había pasado siguiera siendo ese Piti sonriente que conocía. Una tarde cualquiera le dijo que la quería, por un segundo ella dudó otra vez, luego, sin que se diera cuenta, le respondió, le dijo que ella también lo quería. Sonrieron y él la beso, fue un beso brusco y repentino, se sintió raro, duro todo el tiempo que Piti tardó en recorrer su espalda, la tierra, si todavía hubiera tierra, no se abrió bajo sus pies, fue sencillo, pero al separarse supo lo que quería, quería ver a Piti feliz. Aquel beso lo había hecho más feliz de lo que nunca antes lo había visto. Él lo merecía, personas como él merecían esa felicidad y si ella podía dársela era injusto que se la negara. A partir de ese día ella lo haría feliz.

    - Entonces, sois pareja?
    - Humm si, supongo que sí–
    - Supones que si?
    - Si bueno, le dije que lo quería y... nos besamos
    - Os besasteis?
    - Shhhh!!!!! No grites, si nos besamos
    - Y qué tal?
    - No sé, normal
    - Pero como de normal?
    - Ay Ainhoa no lo se fue… fue un beso, li…lindo, fue lindo
    - Lindo? ya… Vilma tú estás segura de…
    - Que si, que ya se, y ya te dije que lo estoy
    - Vilma – Desde la puerta de su camarote Piti la llamaba, se veía nervioso lo que en realidad encontraba bastante tierno. Se puso de pie sin mirar a Ainhoa, no quería encontrarse con su mirada y saber que la juzgaba, ella no era capaz de entenderla, sabía que no se estaba equivocando, ya lo había hecho antes eligiendo el camino que su corazón marcaba, no podía equivocarse otra vez. Cuando estuvo bien cerca, Piti le tomo la mano y le planto otro beso, tan de repente que se hicieron daño, chocaron las cabezas con fuerza y sin querer ella le lastimo el labio, se rieron juntos de su tontería y luego poco a poco se fueron acercando hasta que sus labios se encontraron en un beso. Otra vez era un beso raro, Piti tenía un extraño sabor a medicina, pensó en preguntarle pero le pareció inoportuno y muy falta de tacto, sentía como la gente pasaba detrás de ellos y a lo lejos podía oír los gritos de Salomé, gritaba alto pero no parecía molesta, probablemente era con Burbuja, siempre discutían pero en el fondo sabía que no podía molestarse con él. Piti seguía besándola, había empezado a abrazarla, ahora sentía las risas de las chicas que pasaban cerca, casi podía jurar que una de ella era Estela pero le costaba trabajo ver bien ya que intentaba mantener los ojos cerrados, pensó en cuando se había peleado con Estela en las duchas, ya no podía recordar por qué había sido, pero le hizo gracia pensar en aquel repentino ataque que la hizo tirar de los pelos a su amiga. Seguían besándose, aquel beso ya se le hacia eterno pero no quería ser ella quien lo terminara, su mente volvió a viajar a aquel día, el día en que había visto a Piti y a Estela salir de la misma habitación cuando recién terminaban de darlo todo, otra vez hizo un esfuerzo por no reír al recordar la escena, al recordar la manera en que Palomares intentaba normalizar la situación, de repente le vino de golpe el recuerdo de aquel otro beso, aquel que duro solo dos segundos, se separo de Piti como si hubiera recibido una descarga de electricidad.
    - Qué pasó? Te... te hice daño? – Piti se vea asustado, evidentemente él había esperado que aquel beso durara mucho mas mientras a ella ya le faltaba el aire.
    - No, no, no fue nada, yo…
    - Chicos, chicos, el capitán nos espera en el comedor, parece que ha aparecido un barco y hay gente dentro. – Era Ramiro, había aparecido de la nada y había salvado el culo de Vilma, aunque a menudo Vilma se acordaba de todos sus muertos en ese momento no podía hacer otra cosa que adorarlo, de haber podido hasta lo besaba por haber llegado en el momento exacto.

    Tan rápido como sus pies se lo permitieron llegaron al comedor, el capitán hablaba con De la Cuadra y Ulises, Julia se veía nerviosa y miraba de reojo a Gamboa, nadie podía culparla, cualquiera podía sospechar que todo tipo de anomalía podía ser tramado por él, aun no sabían nada de su extraña reaparición. Vilma echó un vistazo a su alrededor. Ainhoa había corrido hasta llegar cerca de Ulises, todavía no le había dicho a nadie por qué habían roto pero no sería Vilma quien le preguntara, Ainhoa había respetado su silencio sin hacer preguntas así que ella respetaría el suyo. El bullicio que reinaba en el salón era ensordecedor pero así y todo pudo notar la ausencia de alguien. Palomares no se veía entre la gente, empezó a pasar la vista entre todas las caras aunque sabía que si él hubiera estado allí ya lo habría visto. También faltaba Burbuja, lo supo en el momento en que ambos entraron, venían de cubierta y sin hacer escala fueron directo al encuentro de Montero. Un poco de charla entre ellos y el capitán se dirigió a la tripulación haciendo que todos dejaran de hablar.
    - Como ya sabréis hemos detectado un barco a menos de dos millas del Estrellas Polar. Se trata de una embarcación pesquera y me acaban de informar que desde aquí se ve que hay al menos cuatro personas en su interior. Estamos intentando contactar con ellos. No sabemos quiénes son ni cuáles son sus intenciones, no nos arriesgaremos a acercarnos demasiado a menos que hablemos con alguno de sus tripulantes. – Palomares estaba a la espalda del capitán, habría jurado que muy fugazmente había pasado la vista por encima de ella un par de veces, claro, como no lo iba a jurar, después de dos semanas seguía encontrando señales absurdas, señales que no existían pero ella se empañaba en encontrar
    - Que se supone que hagamos nosotros? – desde su espalda era Piti quien hablaba, casi se había sorprendido de que estuviera ahí, tan cerca de ella.
    - No hay mucho que puedan hacer de momento, pero podría necesitar a alguno de ustedes en cubierta, vayan usted y Capdevila.
    - y yo capitán? – Palomares pregunto algo sorprendido, parecía que hasta ahora había sido él el contacto entre el puesto de mando y la cubierta.
    - A usted lo necesito conmigo, Palomares.
    Piti se despidió con un beso rápido prometiéndole que volvería sano y salvo, todos empezaron a moverse de repente cada uno a un sitio diferente, el comedor parecía estar más lleno que nunca, no podía identificar ninguno de los rostros que le rodeaban, todos pasaban demasiado rápido, hacían que pareciera que el barco daba vueltas. A lo lejos le pareció ver que Palomares la miraba a los ojos, otra vez divagando seguramente, sin embargo era extraño como por mucho que se esforzaba no podía enfocar su cara, los párpados le pesaban, ya no era consciente del peso de su cuerpo.

    Despertó con un fuerte dolor en la cabeza, una luz focal la obligaba a mantener los ojos cerrados. Estaba sobre una superficie rígida, algo incomoda. Se imagino en el suelo del comedor, claro, se había desmayado, el dolor de cabeza probablemente producto del impacto con la madera del suelo; ya no se sentía el bullicio, al parecer todos se habían ido, pero, cuánto tiempo llevaba ahí tirada? y manda huevos que nadie pudiera recogerla. Intentó moverse y sintió como una mano la sujetaba, una mano cálida, hasta que al fin alguien se había dignado a ayudarla, se quedó tranquila esperando que ese alguien le levantara en peso, si tan solo esa incómoda luz la dejara abrir los ojos, podría ver el rostro de quien quiera que fuera esa persona. La mano no se movió, nadie la estaba levantando de ningún sitio; pero qué coño estaba pasando ahí?
    - Se está despertando- Sintió la voz de Julia, se sentían lejos, no podía ser dueña de la mano. De pronto esa mano se convirtió en dos manos que sujetaron la suya, una sombra se alzó sobre ella opacando la luz focal que la cegaba y pudo ver un rostro.
    - Palomares?
    - Está volviendo en si- Palomares se dirigió a Julia mientras sonreía
    - Pues nada, no hay de qué preocuparse entonces, no es para extrañarse que se haya desmayado con la falta de comida y vitaminas necesarias para un embarazo. – Julia se acercó más a ella, le pasó la mano por la cara y se volvió a dirigir a Palomares
    - Quédate con ella un rato más, si la ves desorientada o cualquier cosa me avisas, ya sabes donde estaré.
    Ya con más claridad vio a Julia salir por la puerta de la enfermería, donde después de mucho analizar se dio cuenta de que estaba. Dedicó un par de segundos a pensar en que juraría que la camilla no era tan dura para luego darse cuenta de que por primera vez en dos semanas se había quedado sola con Palomares.
    - qué pasó? – le preguntó
    - Te desmayaste en el comedor, Julia y yo te trajimos aquí, Julia te sacó sangre aunque dice que no debe ser nada grave; estuviste inconsciente unos diez minutos. Ya mandé que avisaran a Piti, debe estar al llegar – Claro, seguramente estaba deseando que llegara Piti.
    - Y como terminó cayéndote el marrón a ti? el de traerme aquí? – Casi sonó a una agresión o un insulto, sentía la necesidad de herirlo.
    - No es ninguna molestia para mí esto, me preocupo por ti, quise ayudarte – Claro, su puñetera buena fe una vez más haciendo justicia.
    - Pues ya puedes irte – se sentó en la camilla con trabajo lista para ponerse de pie
    - Qué haces? – Al mismo tiempo él se puso de pie y la retuvo obligándola a acostarse otra vez. – Julia dice que tienes que quedarte aquí, al menos hasta que ella regrese.
    - Es que no hace falta, ya estoy mejor, tú tendrás otras cosas que hacer digo yo – estaba soltando toda su mala leche, alzando la voz sin molestarse en mostrase agradecida por su preocupación.
    - Vilma, si lo que te molesta es que me quede contigo Piti ya está en camino, él te cuidará y…
    - Si ya sé que Piti me cuidará, así tú tendrás el camino libre para irte y yo ya no seré un problema para ti. Es que deberías irte ya, venga, vete.
    - Vilma que dice? Tú nunca has sido un problema para mí, lo sabes bien, y deja ya de moverte que no es bueno para el bebe. – Vilma se tiró de la camilla y lo hizo retroceder, Palomares se veía bastante asustado, ella tenía ganas de golpearlo.
    - Mi hijo y yo estamos perfectamente, así que tranquilo que ya le digo yo a tu jefe que estás haciendo muy bien tu trabajo. – levantarse tan repentinamente desde luego no le había hecho bien, se sentía mareada otra vez.
    - Estas bien? – Palomares notó su malestar e intentó poner la mano sobre el vientre de Vilma
    - Perfectamente
    - Vilma, sabes que me preocupo por ti.
    - Y yo te odio Palomares, odio que estés aquí conmigo, ahora y que hayas estado siempre. Odio tu presencia, tu olor, tu mirada, tus buenas intenciones. Odio la idea de odiarte porque eso significa que sigo pensando en ti. – Ahí estaba, llorando otra vez, habían pasado dos semanas, dos días, dos horas y dos segundos desde que ellos dos habían estado a dos centímetros de distancia con dos intenciones completamente distintas. El seguía ahí, mirándola a los ojos sin decir nada, mientras dentro de ella aumentaban las ganas de romper con todo, de gritar con fuerza, de pegarle. Alzo la mano le pegó en el pecho, lo hizo una vez y lo repitió, una y otra vez chocaba el puño cerrado contra el pecho de Palomares sin que el dijera ni una sola palabra. Entre sollozos Vilma se dejó caer entre sus brazos, él la sujetó y la abrazó con mucha fuerza para que callera al suelo, ella lloró en su pecho aguantándose de su cuello, lloró todo el tiempo que quiso con miedo de que al separarse él se alejara de ella y lo hiciera para siempre. Palomares empezó a pasar su mano por el pelo de Vilma, con suavidad, levantó el rostro de ella sujetándolo con sus manos, y la besó. Su estómago dio un vuelco al sentir el roce de los labios de él. Era un beso suave, lento, no podía sentir nada a su alrededor, era como si esta vez el mundo hubiera desaparecido del todo y no quedara nadie más fuera. El corazón latía con mucha fuerza, lo abrazaba muy fuerte, como si quisiera que sus cuerpos se volvieran uno solo. se sentía viva, increíblemente viva. Cuando él se separó le pareció que le arrancaba un pedazo de sí misma. ahora tenía miedo, miedo de lo que le podía decir, de que todo hubiera acabado ahí, justo cuando sentía que acaba de empezar. Palomares sonreía, la miraba a los ojos y sentía su respiración sobre ella. Se fue acercando a su oído lentamente y le susurró:
    - “y si te digo que te quiero?”

  6. Siempre la segunda opción

    jueves, 2 de junio de 2011

    Nota: La autoría de este fic se atribuye a Luanndie.

    Estela

    Think of me in the depths of your despair

    Tal vez Estela no era muy lista pero sabía un par de cosas. Sabía que había miradas que dicen mucho más que una larga conversación. Sabía que el mal humor de Piti era directamente proporcional al número de sonrisas entre Vilma y Palomares. Sabía que cada vez que aparecía una pajarita en la taquilla de Vilma ella conseguía sexo. Pero sobre todo sabía que el amor lo cambia todo.

    Al principio había sido divertido. Un par de escapadas al cuarto de las calderas con Piti, algún revolcón en un camarote poco transitado, nunca nada serio, nunca nada de lo que preocuparse. Era sexo entre amigos, dos personas que necesitaban satisfacer sus necesidades básicas en el fin del mundo. ¿Nada raro no? Sólo que sí lo era.

    Estela lo supo enseguida, aquella vez, después del primer polvo. Durante su pelea en las duchas con Vilma se dio cuenta de que no quería ceder a Piti. No era sólo el sexo, eran las risas, eran las estúpidas bromas sobre las necesidades de un semental, eran las conversaciones serias en mitad de la noche, eran los abrazos en el momento adecuado, era Piti. Pero también se dio cuenta de que no tendría más remedio. Piti escogió a Vilma, fue a por ella en la pelea, fue a ella a quien le susurró que iba a estar allí siempre y fue a ella a quien abrazó hasta que se calmó. Mientras tanto, Estela se tenía que conformar con un cura que tenía el corazón tan roto como ella.

    Pero ella era una chica fuerte y tenía paciencia así que, cuando llegó a la soledad de su habitación, cogió los pedazos de su corazón, les puso un poco de celo y ocultó las fracturas detrás de una falsa sonrisa. Piti siempre volvía ¿no? Eso tenía que significar algo. 

    Así que convencida de que esta vez estaba besando a la rana adecuada se resignó a esperar. Esto no es la Edad Media, los príncipes no juran amor eterno antes de un par de polvos, y Piti estaba muy lejos de conformarse con menos, por lo que Estela pensó que si no podía llegar al sexo a través del amor, llegaría al amor a través del sexo. Al fin y al cabo el orden de los factores no altera el producto. 

    El problema es que los príncipes sí podían enamorarse de la princesa sin ni siquiera tocarla y Piti no sólo se conformaba con un beso sino que también estaba dispuesto a cargar con un niño que no era suyo. Por eso, cuando Vilma le contó que Piti se le había declarado no se preocupó en fingir que tenía el corazón roto, simplemente se limitó a oír su historia mientras pensaba como demonios iba a reconstruir su corazón de nuevo en un mundo donde se había acabado el superglue.

    Ahora Piti y Vilma están juntos. Eso no significa menos sexo, en realidad significa más sexo pero también más dolor. Antes era divertido, ahora sólo hay rabia, tristeza y frustración en unos encuentros donde se intercambia de todo menos sentimientos. Estela había perfeccionado tanto la técnica que casi podía presentir cuando iba a embestirla Piti preso de una imperiosa necesidad de calmar sus ansias como fuera. Justo ahora, estaba siendo testigo de un abrazo demasiado largo entre Vilma y Palomares, la excusa daba igual, la consecuencia, una cita en la sala de las calderas con Piti en menos de una hora. No habría preliminares, ni juegos, simplemente desesperación y ciertos movimientos rítmicos y acompasados. Esta vez, no se preocuparía por recoger los restos de su corazón destrozado del suelo. Resultaba muy complicado diferenciarlos de los de Piti.



    Vilma

    There´s a fire starting in my heart

    Nunca pensé que estaría haciendo esto. No es mucho mi estilo ya sabes, lo mío es más cerrar los ojos, apretar fuerte los dientes y volver a embestir al mundo con más ganas. Supongo que alguien me habló acerca de poner la otra mejilla y me afectó más de lo pensaba. En realidad, todo me afecta más de lo que pensaba, Aihnoa dice que son las hormonas, yo creo tiene más que ver con el hecho de caminar con un corazón en carne viva, preparado y dispuesto para ser destrozado al más mínimo toque.

    Yo siempre he sido sensible ¿sabes? Pero rápidamente aprendí que llorar ante cada golpe no iba a solucionar nada, por eso decidí poner un muro, un muro muy alto y fuerte alrededor de mi corazón. Si nadie llegaba a tocarlo, no sufriría. No es una idea tan descabellada. El problema es que hay gente que sabe cómo saltar ese muro aunque tú no quieras, aunque dobles la guardia y contrates a más vigilantes, al final alguien siempre se cuela por alguna rendija y llega hasta ti. La primera vez que pasó conseguí un bombo, la segunda me enamoré de un cura. Por lo que a mí respecta, sería más sencillo tirar mi corazón por la borda y ver como se lo come algún pez mutante. Desde luego sería mucho menos doloroso.

    En realidad yo creo que todo es una broma retorcida del destino. Cuanto más me esfuerzo yo por mantenerme de una pieza, más se esfuerza él por hacerme caer y mantenerme apretada contra el suelo para que no pueda levantarme. Pero tú me conoces, no soy de las que se rinde fácilmente, así que me vuelvo a levantar y sigo adelante, pensando que si consigo aguantar un día más todo será más fácil, el dolor se hará más llevadero, sólo que es mentira. El dolor es cada vez peor y la necesidad de tenerlo me quema.

    Por eso, ingenua de mí, cuando Piti se me declaró pensé que era una señal del cielo, un mensaje diciéndome, no puedes tener lo que quieres pero al menos te mando un bombero. Así lo veía yo, como alguien que me ayudaría a sobrellevar mis miserias. No podría ser totalmente feliz, pero al menos no sería totalmente desgraciada. Estaba dispuesta a aceptar el trato, de verdad, pero como siempre el destino me jugó una mala pasada. Piti no era un bombero, no era una crema contra las quemaduras, por no ser, no era ni la mísera pasta de dientes que te echas cuando te salpica el aceite hirviendo. En realidad Piti era líquido inflamable, cuando yo ardía por Palomares, él solo conseguía que me quemara más rápido. Un par de besos para intentar olvidar los labios que no tengo, una par de caricias para olvidar las manos que no me tocan y en segundos me he convertido en cenizas. Una mujer arde de deseo hasta convertirse en ceniza por el hombre que no puede tener. Sería un buen titular si… bueno, si todavía existieran los periódicos.

    Yo creo que él se da cuenta. Me refiero a Piti. Supongo que no es muy difícil saber que algo va mal cuando tu novia te besa con tantas ganas como destripa la pesca del día. Pero es que no puedo evitarlo, besar a Piti es como las matemáticas algo que tienes que hacer pero que deseas que pase lo más rápido posible para poder dedicarte a lo que realmente te interesa. Estamos atrapados, él queriéndome a mí y yo queriendo a otro, parece la historia de una maldita telenovela. Aunque si mi vida tiene que ser una telenovela podría ser el pájaro espino. Al menos en esa el cura tenía un amor desbordante por la tal Maggie, mientras yo tengo que conformarme con imaginar cómo sería corromper al último cura de la tierra. Y créeme, lo imagino a menudo. Con todo lujo de detalles.

    Sabes, a veces también lloro. No sé muy bien por qué, si por mí, por Piti, por Palomares o por todos nosotros que estamos condenados a sobrevivir en este barco mientras se nos acaba la comida y la esperanza. En esos momentos se me pasa por la cabeza que tal vez el haber sobrevivido fue un castigo y no un premio pero luego veo la sonrisa de Andrés y el corazón me late tan rápido que parece que se va a romper y pienso que si querer a ese hombre va a llevarme al infierno, que vayan abriendo las puertas que me tiro en caída libre.

    Como te decía al principio nunca pensé que estaría haciendo esto, ya sabes hablar contigo, con Dios, pero como ves estoy desesperada. Y todo este discurso no es sino para ablandarte un poquito el corazón. Yo sé que no puedes hacer que Andrés me quiera. Eres algo así como el genio de Aladdín, puedes hacerlo todo menos revivir a los muertos e influenciar en los sentimientos humanos. Pero yo no voy a pedirte eso, la verdad no creo que me merezca a alguien tan bueno como él. Lo que yo quiero simplemente es tu permiso para un último beso, uno de verdad, uno que no sea por accidente o del que luego nos arrepintamos. Uno de esos que cambian tu vida y te marcan para siempre, un beso que sea mi tabla salvavidas y al que pueda aferrarme el resto de mi vida, con el que pueda decirle todo lo que no puedo explicarle con palabras. ¿Que por qué quiero tu permiso? Porque no me gustaría que por mi culpa se condenara la última alma pura que nos queda.


    Piti

    You had my heart inside of your hand 



    Todos pensaban que Piti era una especie de cromañón, el eslabón perdido en la evolución, demasiado simple incluso para ser hombre. Si ellos supieran la cantidad de sentimientos y pensamientos que se arremolinaban en su interior se lo pensarían dos veces antes de llamarle simple, porque lo que sentía era de todo menos simple:

    Ira

    La notaba corriéndole por la venas. Su sangre ardía y los dedos le cosquilleaban con el deseo de golpear algo. Simplemente de pensarlo, de recordarlo, sus dientes rechinaban y sus músculos se tensaban. Apenas veía por dónde iba pero después de 3 meses no había ni un solo lugar en el barco que no conociera a la perfección. No importaba que la ira le cegara, no necesitaba ver para saber a dónde se estaba dirigiendo.

    Desesperación 
     
    Mientras caminaba con paso rápido y decidido pensaba que en realidad era como luchar contra la corriente, tú nadas y nadas pero eres incapaz de avanzar. Al final cuando tu cuerpo ya no puede más te dejas ir, mientras el agua te arrastra y acabas hundiéndote miserablemente. Sin duda Piti conocía esa sensación. Tal vez no era un pensador pero no le importaba esforzarse y pelear por aquello que quería. Pero esta vez, no importaba cuan duro peleara, cuantas veces lo intentara, cuanto empeño le pusiera, siempre se mantenía en la misma posición. Allí de pie, viendo a Vilma y Palomares quererse en silencio mientras él era el invitado no deseado en esa fiesta.

    Deseo 
     
    Cuando llegó por fin a su destino, se lanzó sobre Estela con instinto animal. Ella ya estaba allí, ella siempre estaba allí. Preparada y dispuesta para hacerle olvidar por unos minutos donde estaban, quiénes eran y qué era aquello que deseaban tan desesperadamente y no podían tener. No era bonito, no era romántico, no era ni siquiera amistoso. En realidad tenía más que ver con la desesperación y la soledad y tal vez, con cierto punto autodestructivo propio de aquellas personas que no tienen nada que perder pero tampoco nada que ganar.

    Frustración 
     
    La ilusión sólo duraba unos segundos. Piti se esforzaba por mantener los ojos cerrados y obviar los pequeños detalles, como el olor de su piel o el sabor de su boca, que le recordaban que no era ella a quien quería, que esa con la que estaba era demasiado alta, con algunas curvas de más y menos rubia de lo que le gustaría. 

    Decepción 
     
    Siempre era amargo ese momento, cuando el engaño desaparecía. Normalmente venía acompañado con un par de besos rápidos con sabor a fracaso. Sus manos, su boca, su respiración incluso sus latidos se ralentizaban como si le costara trabajo seguir viviendo tras darse cuenta de que nada tenía sentido. Sabía que Estela también lo notaba, podía ver en sus ojos el reflejo de los suyos, el reflejo de la decepción al saber que esta vez tampoco tendrían lo que tanto ansiaban.

    Dolor 
     
    Mientras Estela termina de vestirse, Piti lo siente. Es como un tortazo, como un jarro de agua fría en mitad de la noche. Es algo que te sorprende y te deja desconcertado. Es un dolor fuerte y opresivo en la mitad del pecho que casi le impide respirar. Cuando eso ocurre a Piti le gustaría quedarse allí, sentado en el suelo contra una pared, encogido sobre sí mismo mientras espera que el dolor se vaya. Pero sabe que no puede hacerlo, si se dejara caer sabe que nunca tendría fuerzas para volver a levantarse.

    Odio 
     
    Al salir por la puerta, Estela se despide sin decir una palabra y se marcha cabizbaja. En ese momento es cuando siente odio, odio por Palomares y todo lo que le está robando, odio por Vilma que no es capaz de quererlo, odio por lo que él y Estela hacen a escondidas, odio por todo el dolor que está causando, odio por no poder odiar.

    Sin duda, Piti siente muchas cosas, la única que ya no es capaz de sentir es 

    Amor


    Palomares

    The scars of your love remind me of us,
    they keep me thinking that we almost had it all 

    Ser un cura en el fin del mundo no es sencillo. La gente viene a ti esperando que tú puedas guiarlos, decirle la palabra adecuada que les devuelva un poco de esperanza, pero no siempre es fácil. Si él llega a dudar de su fe ¿cómo va a pedirle a los demás que la mantengan? En el seminario no lo prepararon para esto, en realidad Palomares cree que nada lo habría preparado para esto, sea lo que sea. Así que Palomares se siente creativo e intenta solucionar los problemas uno a uno y lo mejor que puede, muchas veces olvidándose el alzacuellos.

    Por eso a veces se siente como un filósofo:

    -La vida es dura y retorcida. ¿Cómo si no puedes explicar que nosotros seamos los únicos seres humanos vivos en toda la faz de la tierra? ¿Pero sabes qué? A pesar de todo merece la pena, y la gente de este barco lo demuestra cada día porque aunque apenas tengamos comida, todo lo que hayamos conocido haya desparecido y nuestro futuro sea cada día un poco más negro, tenemos algo que hace que todo el esfuerzo merezca la pena, tenemos algo que nos anima a levantarnos cada día y a tener esperanza, tenemos amor.

    Otras veces como un juez de la moralidad:

    -No hay nada de malo en querer a alguien. El amor es el sentimiento más puro que puede tener un ser humano, nos impulsa a ser mejores, a esforzarnos un poquito más, a llegar un poco más lejos. El amor es lo que mueve el mundo así que ¿cómo puede ser malo algo que sigue haciendo girar a este planeta a pesar de todos los desastres? No, no hay nada de malo en querer a alguien. 

    Algunas como un psicólogo sin demasiadas respuestas:

    -La gente cree que lo más difícil es no saber lo que quieres, notar como la incertidumbre te paraliza y te impide seguir avanzando, como si alguien con un mando gigante le hubiera dado al pause a tu vida sin avisarte. Pero la gente se equivoca, lo más difícil no es saber lo que quieres, sino saberlo y no poder conseguirlo nunca. Puede ser que no lo merezcas, que no hayas luchado suficiente, que alguien se te haya adelantado, que los riesgos sean demasiado altos… pueden ser tantas cosas que al final no es ninguna. Lo único importante y lo que recordarás todas las noches es que no tienes aquello que quieres y nunca lo tendrás y contra eso no se puede luchar.

    Muchas veces como un anciano intentando adoctrinar a los jóvenes:

    -Puedes odiar muchas cosas, puedes odiar el mar, los camarotes, el barco, al resto de tus compañeros, el hecho de que no volveremos a ver una montaña, tal vez, en toda nuestra vida, que todos los que conocíamos han muerto, que la vida nunca volverá a ser igual… Puedes odiar a Dios, y puedes odiarte a ti, puedes odiarlo todo. Estás en tu derecho. No voy a negarte que a veces yo también siento odio porque las cosas no salen como a mí me gustarían pero ¿sabes qué? Odiar ocupa demasiado tiempo y demasiado espacio en el corazón. Odiar te impide ver que todavía hay cosas que merecen una sonrisa y que al final del día cada uno ha hecho lo que ha podido con lo que ha tenido. No se nos puede pedir más. No necesitamos más.

    Y unas pocas veces, siente que está dando un mal consejo:

    -Todo el mundo comete errores. Lo importante Vilma, es que Piti te hace feliz, que va a ser un buen padre para tu hijo y que va a estar ahí para ti no importa qué. Creo que eso es más de lo que cualquiera de nosotros querríamos.

    Pero siempre, siempre, siente que se está traicionando un poco.