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  1. Creo en ti. Capítulo Tres

    lunes, 28 de febrero de 2011


    Palomares no pudo evitar sonreír al ver el tono en que le hacía la pregunta, esa era su Vilma, resuelta y decidida, levantándose después de haber cogido fuerzas para seguir adelante.
    --- No --- dijo besándola con lo iba a ser un beso fugaz para que viese que hablaba en serio, pero que acabo alargándose un par de minutos--- no tengo pensado dejarte escapar, pero estás empapada y eso no es bueno, ni para ti, ni para el bebé, así que lo mejor es que vayamos a cambiarnos y luego sigamos hablando.
    --- ¿Hablando eh? --- le contestó ella alzando una ceja y jugando con el pelo de su nuca.
    --- Bueno también hablando --- le concedío él con una sonrisa. En ese momento Vilma tuvo un escalofrío que no pudo disimular, así que la cogio de la mano y sin soltarla bajó las escaleras al comedor.

    Vilma no podía describir la felicidad que sentía en aquel momento, no hacía ni media hora que sentía como todo se iba a pique, y nunca mejor dicho ya que estaban en un barco y ahora, cogida a su mano se sentía segura, era absurdo, tan solo con ese pequeño detalle se sentía protegida, ella que nunca consentía que nadie se sintiese con el derecho a defenderla porque su orgullo se lo impedía, ahora solo sentía segura y reconfortada en sus brazos. No terminaba de creérselo, lo había admitido, más que eso, se lo había gritado, no pudo evitar que la sonrisa que ya estaba en su cara se hiciese más grande. Al cruzar al comedor una ráfaga de aire helado hizo que los dos se estremeciesen y ella se cogió a su brazo con las dos manos y se pegó a su cuerpo:
    --- Hay que joderse...les dices que se avecina tormenta y no son capaces de cerrar las ventanas, cuanto inútil suelto ---siseó muerta de frío.
    --- Espera aquí, voy a cerrar que con la que está cayendo aún se nos inunda el comedor. Vilma soltó su brazo dejando resbalar su mano por él y Palomares entrelazó sus dedos unos segundos mientras echaba a andar, Vilma no pudo contener una risa ante se propio pensamiento, les costaba separarse, incluso por dos minutos; necesitaban tocarse, tenerse cerca, cercionarse de que aquello era real y cuando vio como él se giraba para mirarla y sonreirle antes de seguir avanzando vio que su idea era verdad.
    Contenta giró y se dirigió a cerrar una ventana que quedaba cerca, se volvió y esperó abrazándose a si misma para intentar entrar en calor y por primera vez reparó en lo mojada que estaba y se fijó también en él, Andrés estaba empadado, de la cabeza a los pies, los pantalones de chandál que llevaba puestos estaban completamente encharcados, la camiseta blanca de tirantes estaba completamente pegada a su cuerpo, marcando cada uno de los músculos de su espalda, y su pelo chorreaba, Vilma se fijó en como una gota se escurría por su cuello y seguía cayendo por su espalda y no pudo evitar estremecerse, verlo así delante de ella, recordando los besos de hacía unos minutos...

    --- Espérame un segundo, que creo que se ha abierto una de las ventanas de la cocina --- le escuchó hablar y decidió aprovechar el momento para calmarse, cerró los ojos y respiro hondo, aunque eso no la ayudó en absoluto porque al cerrar los ojos seguía imaginándoselo; su propia ropa comenzaba a molestarla, se le pegaba al cuerpo y la notaba fría así que se desabrochó la chaqueta en un intento de notarse más liviana mientras trataba de pensar en cualquier cosa que no fuese él.
    Palomares salió de la cocina y la visión que se encontró ante él hizo que su cuerpo entrase en calor a pesar de la tiritona que tenía, Vilma estaba en mitad de la habitación con los ojos cerrados, sin darse cuenta de que él había vuelto, se había desabrochado la chaqueta y ahora podía ver como la camiseta se pegaba a ella dejándole saber el color de su sujetador y los pantalones tampoco lo estaban ayudando, estaban completamente pegados a su cuerpo, la única cosa que no le dejaba ver el cuerpo de Vilma a la perfección era su propia chaqueta. Imitándola sin saberlo cerró los ojos un segundo y respiro, más tranquilo o al menos lo suficiente como para volver a hablar dijo mientras se acercaba a la última ventana:
    --- Lo mejor será que nos demos una ducha, ¿verdad? Así entraremos en calor, porque sino vamos a coger un buen catarro y en tu estado no es muy recomendable; y a ver como le explicamos a la doctora que estabas fuera con este tiempo --- Palomares parloteaba para no volver su atención a Vilma, a su cuerpo más concretamente pero se dió cuenta de que ella no le contestaba, así que se dirigió a donde estaba --- ¿Vilma estás bien? ¿Cariño?

    Ante esa palabra ella reaccionó y abrió los ojos, se lo encontró a menos de un palmo de ella, estaba de frente a su pecho y se fijo como subía y bajaba acelerado, ese pecho contra el que había llorado hace unos minutos, lentamente subió la mirada y se encontró con los ojos de él que la estaban devorando y sin poder contenerse volvió a echar las manos a su cuello para hacerse con su boca una vez más mientras pegaba su cuerpo completamente a él; Palomares enterró una mano en su melena empadada y rodeo su cintura con un brazo llegando a levantarla, Vilma mordió su labio inferior y la reacción de él fue auparla y cogerla en brazos mientras ella enrrollaba las piernas en torno a él, una de sus manos recorrió toda su espalda para pararse en su trasero y acercarla más a su cuerpo si es que eso era posible. Palomares caminó hasta una de las mesas y la sentó en ella sin romper el beso en ningún momento, se acomodó entre sus piernas y su boca bajó a su cuello mientras una de sus manos recorría su pierna parando en su muslo , Vilma gimió ante el contacto y perdió las manos debajo de su camiseta, después de recorrer su torso sus dedos resbalaron por dentro de la goma del pantalón y ante eso él tembló de pies a cabeza y separó sus bocas durante un momento que ella aprovecho para tirar de la camiseta y quitársela.

    Los dos pararon durante un momento, lo único que se escuchaba eran sus respiraciones agitadas, se mirarón a los ojos y los dos vieron lo mismo un deseo y una pasión que no podían contener durante más tiempo; Vilma vió como él la miraba y notó todo su cuerpo arder, no hacía falta que la tocase, solo con la forma en que sus ojos se clavaban en ella era suficiente, le recorrio de arriba abajo y al fijarse en su pecho no pudo evitar morderse el labio, allí, sobre aquellos pectorales descansaba la cruz que siempre llevaba puesta,siempre se había extrañado de que un objeto así despertase en ella unos deseos tan poco puros, cuantas veces ella había fantaseado con tirar de ella para acercárselo y perderse en un beso apasionado...pero ahora ya no tenía que fantasear con ello, tenía derecho a hacerlo, y ese pensamiento hizo que una sonrisa pícara apareciese en su cara.
    Decidida estiró la mano, cogió la cadena y lo obligó a acercarse a ella , practicamente tirándoselo encima y presionando sus labios contra los de él en un beso casi furioso; la respuesta de Palomares fue inmediata, sus manos se perdieron bajo la camiseta de Vilma y mientras ella abandonaba su boca para lanzarse a su cuello él sacó las manos para despojarla de la chaqueta, sin perder un segundo volvió a llevarlas a la camiseta pero esta vez para quitarsela, Vilma a regañadientes se apartó de su cuello y soltó la cadena para permitir que la siguiese desnudando, acción que le mereció la pena cuando el se agachó a besar su cuello y pecho, repartiendo besos y mordiscos que la hicieron estremecerse mientras sus manos se perdían alborotando su pelo.
    Las manos de Palomares vacilaron al llegar a sus pantalones y Vilma llevó las suyas a la cintura de su chandál para animarlo a continuar, le miró y tiró de ellos para bajarselos, cosa que le resultó complicada debido a lo mojados que estaban, Palomares la soltó y se los quitó él mismo sin dejar de mirarla y antes de que el pudiese vacilar otra vez Vilma reanudó el ataque a su cuello, segura por lo que oía de que él lo disfrutaba y su mano una vez más se enrrolló en la cadena, ante eso Palomares solo pudo seguir adelante y pasar un brazó por su cintura para levantarla lo suficiente como para poder bajar sus pantalones con la otra.
    Buscó su boca y con un beso la obligó a separarse de su cuello, pero tan solo duro lo suficiente como para distraerla y poder ser el quien la recorriese y la explorase, a la vez que su boca bajaba por su pecho sus manos iban subiendo lentamente por sus piernas hasta posarse en su espalda, llegó a su estómago y sus besos se volvieron más calmados y dulces, como si solo fuese capaz de calmar aquel deseo para tratar al niño con delicadeza, Vilma sonrío y en ese momento algó maravilloso ocurrió: ante la suave caricia de él el niño reaccionó y dió un leve golpecito.

    --- Se ha movido--- Palomares lo dijo en voz baja, como si tuviese miedo de asustarlo si hablaba muy alto, se levantó sonríendo y al ver la cara de Vilma la sonrisa se ensanchó. Se había quedado petrificada, con una sonrisa en la cara y mirando a su estómago como si fuese lo más maravilloso del mundo.
    --- Hazlo otra vez, por favor--- su tono también era un leve susurro; él hizo lo que le pedía y se agachó para besar su barriga con sumo cuidado y otra vez, allí estaba, una leve patada, volvió a hacerlo y se volvió a repetir con más intesidad.
    --- ¡Se ha movido! ¡Se ha movido! --- gritó llena de alegría mientras tiraba de él para levantarlo y abrazarlo---Gracias pequeñajo--- le dijo a su estómago pasando la mano por encima--- Y gracias a ti también--- ese gracias lo acompaño de un beso; antes de que les diese tiempo a decir nada más se escuchó un golpe y unos pasos dirigirse acelerados a donde se encontraban.

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