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  1. Un gran problema

    miércoles, 23 de febrero de 2011

    Vale, tenía un problema, esto tenía que ser culpa de las hormonas pero no quitaba que llevase casi 40 minutos llorando desconsolada encerrada en el camarote, era el enésimo pañuelo que gastaba y no tenía pinta de ir a parar, y todo por una conversación con una niña de 5 años, lo único que Valeria le había preguntado era si el padre de su bebé estaba allí en el barco y ella no había podido evitar echarse a llorar.

    Su bebé no había sido fruto de un gran amor, más bien de una gran cagada pero eso ahora no importaba, estaba segura de tener a su niño, eso no lo dudaba, era lo otro lo que la preocupaba.
    No había gran historia, no había príncipe escondido, no había hombre que la fuese a coger de la mano cuando diese a luz, nadie que compartiese con ella esas primeras noches sin dormir, que le dijese que la quería y lo guapa que estaba cuando fuese un globo embarazado de 8 meses. Nadie a quien dedicarle una sonrisa de complicidad cuando su niño aprendiese a andar, nadie que fuese a ayudarla cuando dentro de muchos años tuviese que darle la charla...era una mujer joven, fuerte e indipendiente, se sabía capaz de cuidar de su bebé, eso no la asustaba, pero le dolía, no le hacía falta un hombre ni mucho menos, se jactaba de ser autosufiente, ¿por qué para ella no existía el amor?

    Y es que estaba sola, al menos en ese sentido...no había nadie que estuviese pendiente de sus pasos por si se mareaba, nadie que le sujetase el pelo cuando vomitaba, nadie que se quedase con ella en la enfermería cuando se ponía mal y la distrajese parloteando, nadie que pudiese haberse ido con ella al hospital mientras luchaba por la vida de su bebé. En definitiva, nadie que la cogiese de la mano para darle fuerza cuando la necesitaba.
    Nadie con quien compartir la emoción de las primeras ecografías, nadie para darle su postre cuando se le antojaba, nadie que le riñese por hacer cosas que al bebé no le convenían, nadie que fuese su otra mitad, su pareja, nadie dispuesto a luchar por ella y en quien ella pudiese pensar por las noches al quedarse dormida...y de repente pensando en todo eso que no tenía se dio cuenta de que sí que tenía un problema, pero no el que ella pensaba, era uno más grande; estaba equivocada, no había pasado esos momentos sola y según le puso cara a la persona que la acompañaba siempre supo que estaba metida en un lio, se sentó en la cama, y dijo en voz alta:
    --- La madre que me parió...estoy enamorada de Palomares.

    En ese momento petaron, así que se seco las lágrimas y se adecento, luego se enfrentaría a sus propios sentimientos...aunque de esta no la sacaba ni Dios pensó con amargura,cuando la puerta se abrió fue el mismo Palomares quien entró:
    --- ¿Estabas durmiendo? Entonces vuelvo más tarde, descansa.
    --- No, no tranquilo, entra. --- "Y justo viene él, que suerte la mía, y con lo guapo que está hoy...¿Pero en que estoy pensando?---Solo me había echado un rato, ya sabes, prescripción facultativa,jeje.
    --- Pero si te hace falta descansar vengo luego, no pasa nada, tu descansa hasta la cena, ya te aviso yo o te la traemos a la habitación...
    --- Palomares que estoy bien, dime, ¿qué querías? ---"cálmate, cálmate, no llevas Enamorada del cura escrito en la frente, es que se preocupa tanto...siempre está pendiente de mi, Vilma que te está hablando y tu aquí idiotizada"
    --- ¿Seguro? Bueno pues si estás bien ven conmigo, ya verás, espera, yo te ayudo a levantarte. --- Palomares sonreía como un niño en Navidad y Vilma se echó a reír al ver su emoción.
    --- ¿Y a ti que te pasa? ¿Construiste una catedral en la sala de máquinas y tengo el honor de ir a la primera misa?--- "Genial Vilma, no podías hacer un chiste peor, relájate o va a pensar que te pasa algo"
    --- No, esto es mejor. ---dijo él después de reir ante su comentario- Cierra los ojos y dame la mano.
    --- ¿Qué pasa?--- "Vilma respira, que no va a llevarte a declararte su amor a cubierta, la que está enagenada eres tú, no él, que está aquí tan tranquilo sin saber todas las barbaridades que se te están ocurriendo y que tienen que ver con la sala de máquinas. Malditas hormonas, podías no hacerle esto a mamá" pensó mientras se llevaba la mano a la barriga ya algo abultada.
    --- Venga Vilma, que no voy a tirarte por la borda. ¿Te acuerdas de que dijiste que no tenías una cuna?-- Vilma asintió y Palomares se acercó a ella mirándola directamente a los ojos---Pues ya veras que hemos hecho, pero tienes que cerrar los ojos y confiar en mi; seguro que a él tambien le hace ilusión y quiere venir ¿a que sí?---lo último lo dijo poniendo su mano encima de la de ella en su vientre.

    --- Claro que confió en ti--- se estaba perdiendo de mala manera en sus ojos, la manera en que la miraba era tan dulce, se preocupaba tanto por ella, y también por su hijo, claro que confiaba en él, demasiado...así que bajó la mirada e intentó esconderse en su coraza---pero más te vale que no tropiece o te ostio.
    --- Las hostias se supone que son mi especialidad ¿no?---Vilma no pudo evitar echarse a reír con ganas, cerró los ojos y se agarró a su mano, definitivamente tenía un problema muy grande.

  2. 1 comentarios:

    1. Paula dijo...

      La madre que me parió... estoy enamorada de Palomares.
      Nena como sigamos así esta frase la terminamos pronunciando todas xDxD

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