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  1. La mejor razón para bailar la Macarena

    jueves, 24 de marzo de 2011

    Palomares estaba leyendo, más bien fingiendo que leía para evitar tener que hablar con Ramiro, no es que no quisiese hablar con su amigo, pero estaba demasiado ocupado pensando. Últimamente era todo lo que hacía, pensar, pensar y pensar y siempre en ella.
    Se preocupaba cuando no la veía, se preocupaba por si había dormido, por si comía bien, por si el bebé estaba bien...se preocupaba por todo, y su preocupación de ahora era saber si estaría bien; después de la fiesta de disfraces parecía bastante cansada y aunque era normal en su estado él quería saber que tal se encontraba pero no encontraba una excusa suficientemente creíble para pasarse por su camarote sin parecer un entrometido.
    Giró la página distraídamente para que su farsa pareciese más real y siguio con sus cábalas, en la fiesta la había visto cansada; cansada y triste. No era una tristeza devastadora pero cuando pensaba que nadie la miraba su sonrisa desaparecía y sus ojos se apagaban pero él siempre estaba mirándola cuando pasaba eso; y esa tarde no había sido diferente, mientras Piti y Estela pelaban la pava en una de las mesas del club él había visto como se retiraba hasta apoyarse en la pared y lo contemplaba todo con esa mirada triste que a él le dolía más que nada.
    Habían estado discutiendo de música y había reído, había bailado con Burbuja y había reído, Piti había contado alguno de sus chistes y había reído, Ainhoa se había sumado a la fiesta y había reído...pero desde que él se había apartado a coger algo de beber no había vuelto a ver esa sonrisa, apartada del mundo parecía pensar que nadie se preocupaba por ella y su máscara de alegría desaparecía. Necesitaba animarla y no sabía como, necesitaba dar con algo que hiciese que esa risa que para él era música fuese real; así que al ver a Burbuja una idea pasó por su cabeza, ella antes le había pedido que bailase y él se había excusado gracias a sus dos pies izquierdos, apuró lo que estaba bebiendo y se dijo a si mismo que si el ridículo era muy grande siempre podía echarle la culpa al alcohol, aunque lo que acabase de beber era solo coca-cola.
    Buscó a Burbuja y le comentó su idea, este emocionado cambió el disco y salió corriendo para reunirse con él; el cambio brusco de música hizo que todo el mundo se girase para ver que había pasado, incluyéndola a ella que había salido de su trance y como todo el mundo al girar la cabeza se encontró con una escena que él sabía nadie se esperaba: Él, Andres Palomares, el cura del barco, acompañado por Burbuja estaba encima de una mesa bailando la macarena.
    Todo el sentido del ridículo o las dudas que pudiese tener desaparecieron cuando Vilma, que se había acercado a la mesa, rompió a reír a carcajadas; se reía con ganas, tanto que lloraba y parecía querer decírles algo pero las continuas carcajadas no la dejaban hablar. Burbuja la había visto y le había ofrecido bailar con ellos, Vilma había parecido dudar un segundo pero había asentido con ganas; justo cuando él la había cogido de la mano para ayudarla a subir al banco y pasar de él a la mesa De la Cuadra había aparecido a voz en grito, así que todos habían puesto pies en polvorosa; y no había vuelto a verla.
    Cada vez que se acordaba le costaba no ponerse rojo, él bailando la macarena...pero había merecido la pena por verla reír; era su mejor amiga, su hermana y no quería verla triste por nada del mundo; y pensando en cosas que la ponían triste se acordó de Piti, aún no había vuelto a la habitación, así que o estaba con ella o estaba con Estela. Como siempre que pensaba en eso sintió un peso en el pecho no entendía como Piti podía ser tan poco consecuente con lo que sentía, sí fuese el quien tuviese la oportunidad de estar con Vilma, de ser el padre de su hijo, haría las cosas de una manera muy distinta; pero él no era quien estaba en esa situación, no le correspondía a él y lo sabía, pero eso no evitaba que cada vez que veía a Piti y Vilma y veía como él se iba con Estela algo se rompía en él al mismo tiempo que las ganas de romperle la cara a su amigo crecían.

    Palomares seguía muy ocupado con sus propias diatribas como para escuchar que habían llamado a la puerta, fue Ramiro quien contestó y al abrirse apareció Vilma, en pijama y con su almohada debajo del brazo:
    --- ¿Os importa si me quedo aquí hoy? Es que la verdad, no me apetece presenciar como esos dos ponen la lavadora...ya me entendeis--- Ramiro rió y extendió el brazo dándole a entender que pasase y se pusiese cómoda.
    --- ¡Padre! Que tenemos compañía, no seas maleducado --- Ante esa frase Palomares levantó la cabeza y se encontró con Vilma de pie en medio de la habitación.
    --- Ah...hola, no te había visto--- se levantó a toda prisa y consiguió golpearse contra la balda de arriba--- genial...parezco Piti.
    --- ¿Palomares estás bien? Pedazo golpe chaval....---comentó Vilma acercándose a él, soltó la almohada y le cogió la cabeza para mirar donde se había golpeado--- De esta sobrevives, tranquilo--- comentó sonriendo.
    --- No es nada--- le contestó su amigo sonrojado y sobándose la zona del impacto--- es que estaba entretenido con la lectura.
    --- Pues tienes el libro del revés--- comentó ella inocentemente. Palomares abrió la boca y paseó la vista entre el libro y ella intentando dar con una respuesta pero antes de que le diese tiempo Ramiro se echó a reir.
    --- Hombre si querias dormir haberlo dicho, que apagaba la luz ya.
    --- Ya pero...tú estabas leyendo, y se que te cuesta pillar el sueño--- dijo amoldándose a la excusa que Ramiro le había propuesto sin querer.
    --- Nah...no te preocupes, voy a dar una vuelta por cubierta, o lo mismo queda alguien en el club, ¿vienes Vilma?
    --- Gracias pero paso, estoy reventada tío.
    --- Vale, buenas noches ancianitos--- Ramiro cerró la puerta antes de que les diese tiempo a contestarle.Vilma rodó los ojos ante el comentario y habló:
    --- Ancianitos...lo quería ver yo, preñado y en un barco.
    --- Hablando de eso ¿cómo estás?--- por fin tenía la excusa, era ella la que había ido, así que ahora no era más que una conversación casual.
    --- Bien...tirandillo...--- añadió al ver que la miraba con suspicacia---cansada la verdad--- le dijo empezando a subir a la cama de Piti.
    --- Vilma ¿quieres dormir aquí?
    --- ¿Contigo?--- preguntó extrañada.
    --- ¡No mujer! En mi cama, es que esa estantería está muy mal puesta y aun te vas a dar un golpe--- contestó él del tirón.
    --- Ummm...bueno vale, te la cambio, al fin y al cabo ya te diste un golpe--- él se levantó y se cruzaron para intercambiar camas--- ¿seguro que no te importa?
    --- Seguro, ya bastante difícil se te va a hacer dormir en otra cama; me arriesgaré por tu seguridad---comentó para hacer la gracia, ella le sonrió y se metió en la cama.
    --- Vilma...¿seguro que estás bien?--- le preguntó el una vez que se había instalado.
    --- Que siiii, tranquilo Palomares. ¿Apagamos la luz?--- tras esa frase se dieron las buenas noches y cada uno se acomodó para dormir.

    Habían pasado cinco minutos, cinco minutos durante los cuales Palomares no consiguió dormir, seguía preocupado por ella pero no quería despertarla ya que necesitaba descansar así que se dedicó a mirar la estantería pensando si estaba allí puesta apropósito, descabezarse con ella era realmente fácil, como te levantases acelerado te la comías de lleno, y entonces se escuchó la voz de Vilma:
    --- Andrés...¿duermes?--- el aludido se levantó de golpe ante el llamado y tal y como había pensado su cabeza impactó contra la estantería con toda la fuerza del movimiento y dándose en el punto exacto del golpe anterior.
    --- ¡Joder!--- Alarmada por el golpe y el grito de después Vilma se incorporó y buscó a tientas la luz, pero no la encontró.
    --- ¿Estás bien? ¿Me levanto a encender la luz?
    --- No, no tranquila, estoy bien, solo fue...
    --- La estantería--- completo la frase por él.
    --- Puta estantería--- lo escuchó murmurar y sin poder contenerse estalló en carcajadas, los ojos de Palomares estaban acostumbrados a la oscuridad después del rato que había pasado y distinguió su silueta riendo en su cama.
    --- ¿Te hace gracia eh?--- le preguntó fingiendo ofenderse, aunque la risa lo delataba, y es que con esa era la segunda vez que la hacía reir ese día--- para la próxima no seré tan caballero.
    --- Es que...es...---Vilma hablaba entre carcajadas--- muy bueno--- respiró y soltó el aire para hablar con normalidad--- nunca te he oído decir un taco, y ahora van dos seguidos, es muy bueno--- no pudo evitarlo y volvió a reir. Palomares sonrió al ver como ella seguía intentado explicarse a través del ataque de risa, si golpearse contra la estantería conseguía que riese así el estaba dispuesto a volverse el patoso del barco.
    --- Me alegra divertirte.
    --- Lo siento--- ella intentó permanecer serie pero la risa se le escapaba--- ¿estás bien?
    --- Sí, solo fue un golpe, no se como Piti no se queda tonto, se da todas las mañanas.
    --- Es duro de mollera--- fue la respuesta de ella, tardó dos segundos en volver a reír.
    --- ¿Tanta gracia te hizo?
    --- ¡Sí! Es que nunca te había escuchado soltar un taco, van dos...cuidado que al tercero te pasa como a Pedro negando a Jesús y dejas la Iglesia--- la risa de ella era contagiosa.
    --- ¿Te me vas a poner bíblica?
    --- ¿Qué pasa? Yo no sabré dar misa pero a alguna tengo ido--- le contestó ofendida.
    --- Tranquila que no llegaremos al tercero ¿Qué querías?--- le preguntó después de reir, sin olvidar que lo había llamado.
    --- Ah...nada, es que no doy dormido, se me pasan muchas cosas por la cabeza.
    --- ¿Que cosas?--- mientras lo preguntaba giró en la cama para dejar los pies bajo la estantería y evitar nuevos percances.
    --- Buuf...no se, me da por pensar en todo--- sabía por su tono de voz que estaba ahí, dispuesto a escucharla como siempre, así que se tumbó de nuevo buscando las palabras para continuar--- mil chorradas, por ejemplo ¿te acuerdas de nuestra discusión de música? Pues me dio por pensar en el primer concierto al que fui, cosas así, cosas que no podrán ser más.
    --- Muse--- comentó él--- ese fue el primer concierto al que fui yo, me llevó mi hermano, a Madrid.
    --- ¿Me estás vacilando? Ese también fue mi primer concierto--- los dos rieron ante la coincidencia y siguieron hablando y hablando, como siempre salían mil y un temas, y nunca se cansaban de seguir averiguando cosas del otro. La conversación fluyó durante algo más de una hora, estaban hablando de su época en el seminario:
    --- La verdad es que había noches en las que me sentía bastante solo y no podía dormir, llegue incluso a levantarme a escondidas para llamar a casa---Palomares estaba perdido en sus recuerdos, pero incluso así se dio cuenta de que algo había pasado:

    --- ¿Vilma? ¿Qué pasa?--- ella no le contestó pero escuchó como lloraba--- Vilma...---esa vez el nombre abandonó su boca a modo de susurro, sin necesidad de encender la luz bajó de la cama y se acercó a ella, se sentó en su propia cama y le acarició el pelo--- ¿Vilma qué pasa?
    Vilma se levantó y se abrazó a él llorando, él no se sorprendió, sabía, más bien esperaba que en algún momento ella llegase a contarle que le pasaba, llevaba esperando todo el día por ese momento, así que la asió con fuerza y la dejó llorar sobre él, pasaron unos minutos hasta que Vilma se calmó:
    --- Lo siento, yo no suelo ser así---comentó secándose la cara con la manga, intentando borrar los rastros de las lágrimas.
    --- Vilma que soy yo, que lloré delante de ti en la enfermería al recordar a mi familia...y casi sollozo hoy cuando vi que teníamos fruta de desayuno--- Ella no pudo evitar sonreír ante eso y le recordó:
    --- Y también bailaste la macarena que no se te olvide.
    --- Y también baile la macarena--- corroboró él asintiendo--- así que conmigo no tienes que fingir, ni ocultarte ni nada, soy tu amigo, pensé que estaba claro--- Está vez fue ella la que asintió--- ¿Es por Piti y Estela?
    --- No, bueno sí, bueno...es que me siento sola Ándres. No tengo celos de lo que está pasando entre ellos ahora, estoy celosa del hecho de que ellos tienen a alguien y yo no.
    --- Tú no estás sola--- le contestó decidido.
    --- Sí, ya se lo que me dijo...que nunca me va a dejar sola y blablablabla, pero necesito a alguien de verdad, a alguien a quien yo le importe más que nada, alguien que lo deje todo por hacerme reír, alguien que sepa como me siento con solo mirarme...necesito...
    --- No estaba hablando de Piti---fue la respuesta de él, ante eso ella solo pudo abrazarlo de nuevo, el respondío de inmediato y es que no podía verla triste --- Me tienes a mí, pase lo que pase me tienes a mí, ya te lo dije, y no voy a irme a ningún sitio, tampoco es que pueda...--- Ante lo último ella bufó y lo golpeó--- Era broma, era broma --- se apresuró a añadir, ella se separó de él y lo miró:
    --- Lo siento, es que no se...¿si digo que me hace falta amor sueno muy cursi?--- preguntó mientras se tumbaba y lo arrastraba con ella.
    --- En absoluto, a todos nos hace falta pero no tiene porque ser el que tienen Piti y Estela, además...dudo mucho que eso sea amor.
    --- Ahí tienes razón, ¿entonces no estoy sola?
    --- No, te lo puedo asegurar, no estás sola; tienes amigos que lo dejarían todo por hacerte reír--- la parafraseó.
    --- Como tú.
    --- Como yo --- estaban tumbados de espaldas, apretujados en la cama pero ninguno hizo ademán de moverse.
    --- ¿Incluso aunque tuvieses que volver a bailar la macarena?--- preguntó más animada, él se giró para contestarle, pensando que no ella sabía cuanta verdad había en sus palabras:
    --- No se me ocurre mejor razón que hacerte sonreír para bailar la macarena --- gracias a la falta de luz Vilma no vio como sus pupilas se clavaban en las de ella y tampoco como él se sonrojaba al oírse.

    --- Gracias--- le dijo dejando un beso en su mejilla, se apoyó en su hombro y Palomares notó como su respiración se relajaba, estaba quedándose dormida. Sabía que debería volver a su cama, aunque técnicamente estaba en ella; sabía que como se quedase allí acabaría durmiendo con ella, pero bueno, no pasaba nada, solo eran amigos...como hermanos...y por fin la había animado, sería capaz de bailar por el pasillo a lo Back-street-boy si hacía falta o de golpearse con todo objeto que apareciese ante él si con ello conseguía que al final del día durmiese así de tranquila, se acurrucó a su lado y notó el calor de su cuerpo, Vilma giró un poco la cabeza y quedó a dos centímetros de su cara; su cuerpo...su respiración...su permufe...estaban haciendo que en él despertasen instintos que llevaban mucho tiempo dormidos, cuando se dio cuenta estaba inclinado a punto de besarla. Apartó la cara pero siguió allí tumbado a su lado, una sola palabra salió de sus labios, la tercera negación que ella había predicho en broma y que él había asegurado que no pasaría:
    --- Mierda.

    Al cabo de un rato Ramiro volvió de su paseo, se extrañó al ver a sus dos amigos dormidos en la misma cama, pero tampoco demasiado, al fin y al cabo todo el mundo sabía que se querían como si fuesen familia, además, Palomares no sería capaz de mirar a una mujer con otros ojos que no fuesen de amigo...equivocado, como en tantas otras cosas Ramiro se metió en su cama.

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