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  1. Por casualidad, parte 3

    viernes, 15 de abril de 2011

    Cuando Andrés y Carlos llegaron a casa, el pequeño de los Palomares no podía estar más sorprendido por la idea de su hermano, rayaba lo cursi pero por lo que sabía de Vilma era una genialidad, cuando abrieron la puerta Miguel y Rubén saltaron sobre ellos:
    --- ¿Qué pasó? Cuéntanos --- Rubén fue el primero en llegar a la puerta.
    --- ¿Qué te dijo? ¿No te mandaría a la mierda?--- apostilló Miguel asomando la cabeza por detrás de él.
    --- ¿Pero que haces aquí que no estás con ella?--- dijo una voz femenina.
    --- ¡Mamá! ¿Tú tambien?--- preguntó Andrés negando con la cabeza.
    --- Hijo que quieres que te diga...que años después llegue una chica y por fin consiga que yo tenga razón...que tu no tenías nada de economista, y menos de cura.
    --- Pero si tan convencidos estabais de que me estaba equivocando ¿por qué nadie me dijo nada?
    --- Hijo, era tu decisión, nadie podía decirte que hacer; pero menos mal que apareció Vilma, ahora si que estás centrado, se te nota que es lo que quieres hacer de verdad con tu vida.
    --- Ejem--- dijo Carlos--- ¿cómo que nadie te dijo que estabas metiendo la pata? Porque yo me escuché decirlo varias veces.
    --- A ti no te escucha nadie canijo, asúmelo--- le soltó Miguel, ya cuando habían llegado todos a la cocina--- ¿podemos ir a lo importante?
    --- Necesito el númeo de Bea, ¿lo tienes?--- preguntó Andrés mirando a Rubén.
    --- Sí, pero cuentanos antes o no hay número.
    --- Bueno yo me voy a la compra y os dejo con vuestras cosas--- dijo la matriarca--- pero al menos luego quiero saber si tengo nuera.
    Un coro de "Adiós mamá" la acompañó hasta la puerta y pudo escuchar las últimas palabras de sus hijos antes de salir:
    --- ¡No me jodas! Lento, te dije que eras un lento--- escuchó gritar a Miguel.
    --- Pero te quieres callar que aún no acabó--- lo rependrió Carlos.
    --- Es que esta me caía bien jo--- añadió cruzándose de brazos como un niño pequeño.
    --- Si te callas acabo de contarte--- le dijo Andrés; su madre cerró la puerta y los dejo allí en la cocina, ya se enteraría más tarde de que había pasado con Andrés y esa chica, lo que ella tenía claro es que si hacía que su hijo sonriese así la quería en la familia.

    El jueves después de comer Vilma no pudo aguantar más, tanto como le gustaba el silencio de Bea respecto al tema Andrés sabía que era raro que su hermana no hubiese abierto la boca para abroncarla, preguntar más detalles o intentar consolarla, así que mientras recogían la mesa sacó el tema:
    --- Bea, no me entiendas mal, me encanta que no me estes taladrando la cabeza pero ¿te pasa algo para no sacar el tema?
    --- ¿Qué tema?--- preguntó su hermana metiendo la cabeza en la nevera a la vez que guardaba el agua para que Vilma no la viese sonreír.
    --- ¿Qué tema va a ser?
    --- Ahh...Andrés--- el tono de indiferencia que tenía que adoptar le estaba costando más que nada en su vida--- para que voy a seguir con el tema, si tu ya lo diste por zanjado--- Vilma estaba lejos de saber que Bea había sido la que había echado a sus padres de casa esa tarde y que era parte de todo lo que estaba a punto de pasar.
    --- Oye mejor, por mi mejor, así no se me queda tu voz resonando en la cabeza--- le dijo sacando la lengua y pensando realmente que le venía bien porque así pensaba en él un poco menos, siempre llegaba a lo mismo: maldito Andrés por hacer que lo quisiera, maldita ella por cobarde.
    --- ¿Qué es eso?--- escuchó que preguntaba Bea desde el salón.
    --- ¿Lo q..?--- dejó la pregunta a medias al escuchar una leve música de fondo que empezó a oirse a todo volumen justo antes de llegar al estribillo; conocía esa canción, era Can't take my eyes off you, la versión de Muse por supuesto; dejó los vasos en el fregadero y llegó al salón corriendo.
    --- ¿De dónde...?--- vió a Bea pegada a la venta y dando saltitos emocionada.
    --- Ven a ver, ven a ver, ven a ver--- le dijo tirando de ella y pegándola contra el cristal; no podía ser, allí debajo, con los brazos cruzados y apoyados en el capó de coche, mirando para su ventana estaba Andrés, con una sonrisa de oreja a oreja.
    --- ¿Se puede saber qué hace?--- se preguntó Vilma en voz baja, empezó a ponerse como un tomate al ver que los vecinos iban asomándose a las ventanas para ver que pasaba en la calle.
    --- Decirte que quiere ser Papa, ¿tu qué crees?--- le contestó Bea a la vez que se ponía a cantar con la canción; Vilma abrió la ventana y gritó para hacerse oír por encima de la música:
    --- ¿Se puede saber qué haces?
    --- Avergonzarte--- le dijo bajando la música un poco para que pudiese oírlo pero dejándola a un volumen que seguía llegando a toda la calle--- es la mejor manera que se me ocurrió para que no te negases a hablar conmigo, y ya que estoy te voy adelantando parte de lo que voy a decirte --- Vilma boqueó sin saber que contestar y que Bea siguiese a su lado cantando no la ayudaba a pensar.
    --- Baja la música y deja de hacer el tonto.
    --- No pienso irme, y te aviso, la canción va a repetirse hasta que bajes--- Vilma no sabía que era peor, que la conociese tanto en tan poco tiempo, que en el fondo le gustase lo que estaba haciendo, o la manera en que su corazón se había acelerado al oír la canción, cuando había confirmado que era él pensó que iba a salírsele del pecho.
    --- Ya voy, pero baja eso--- cerró la ventana y miró a su hermana, que seguía cantándole, como si estuviese loca.
    --- You're just to good to be true, he can't take his eyes off youuuuu--- fue lo último que escuchó de Bea antes de cerrar la puerta de un portazo y bajar corriendo.
    --- Ya estoy aquí, baja eso que nos está mirando media calle--- Andrés le sonrió y bajó el volumen de la música sin llegar a apagarlo, en ese momento un chico que ella ni siquiera había visto se adelanto y estrechó su mano:
    --- Jose Miguel Palomares, encantado de conocerte.
    --- ¿Se puede saber de dónde sales Miguel?--- preguntó Andrés molesto, se giró ante el gesto de su hermano y se encontró con que sus tres hermanos habían llegado hasta allí en el coche de su madre--- no me lo puedo creer.
    --- Hola Vilma--- saludó Rubén.
    --- Yo soy Carlos--- saludó el pequeño con la mano.
    --- ¿También os trajisteis al gato? No me lo puedo creer...
    --- Eh, ¿la primera vez en tu vida que haces una de estas y nos lo ibamos a perder? Realmente no podías esperar que no te siguiesemos.
    --- Eh subid y dejadlos tranquilos--- gritó Bea asomada a la ventana. Andrés estaba a punto de matar a sus hermanos y los tres lo pudieron ver en su cara así que murmuraron unas disculpas atropelladas y subieron a casa de los Llorente.

    --- Lo siento--- dijo rascándose el cuello, había estado calmado hasta la aparición de aquellos tres, pero ahora los nervios volvían a apoderarse de él--- no sabía que venía con séquito.
    --- No te preocupes, yo tengo a Bea, te entiendo--- Vilma estaba más nerviosa que él, ¿por qué había ido a buscarla? La canción la hacía pensar una cosa, pero hacia casi una semana del concierto y no estaba segura de nada.
    --- Emmm, bueno...--- Andrés no sabía por donde empezar, la vió morderse el lado nerviosa y vio también como era incapaz de sostenerle la mirada, eso le devolvió el valor que había perdido, se aclaró la garganta y empezó a hablar--- Siento no haber venido antes, tenía que haber venido a buscarte el mismo sábado pero quería hacer las cosas bien. Más bien no debería haber dejado que te marchases así el viernes, lo siento mucho.
    --- No pasa nada, no me debías nada--- Vilma lo miró y puedo ver esa sonrisa ladeada de la que se había prendado el viernes antes de que le contestase.
    --- ¿Vuelvo a subir el volumen?--- se acercó a ella y cogió sus manos--- no vengo porque te deba nada, vengo a ver si aún tengo la oportunidad de que me lo des todo. No vine antes porque quería arreglarlo todo para que no pensases que me obligabas a hacer algo; cuando llegué a casa el viernes no pude dormir, no podía pensar en nada que no fueses tú; yo pensaba que estaba seguro de mi decisión pero no era así.
    No quiero ser cura, te quiero a ti--- Vilma iba a hablar pero él llevó una mano a sus labios para callarla--- déjame acabar por favor; voy a volver a presentarme y luego tu me dices si todavía llegué a tiempo, espero que sí, porque sino no me lo voy a perdonar--- añadió nervioso--- Soy Andrés Palomares, todo lo que te dije el viernes es verdad, excepto que vaya a ingresar en el seminario. Estaba estudiando ADE antes de mi viaje a Honduras, y aunque es verdad que me ha hecho ver la vida de otra manera no había entendido bien lo que quería hacer con ella; pero este viernes lo entendí todo; hablé con mi familia porque aunque no necesitaba su permiso ya sabes que me gusta saber lo que piensen, después de saber que tenía su apoyo hice todo lo que tenía que hacer. Fui al seminario, hablé con el que iba a ser mi profesor y le expliqué la situación, lo entendió perfectamente y me dio su bendición; después fui a la facultad de medicina a matricularme, y gracias a Dios todavía quedaban plazas en las vacantes de septiembre.
    Así que aquí me tienes: Andrés Palomares, estudiante de primero de medicina, por primera vez seguro de a donde está dirigiendo sus pasos, hombre libre para quererte y deseoso de no haber llegado tarde a por la mujer de su vida--- acabó extendiendole la mano.
    --- ¿Estás seguro?--- preguntó ella temerosa.
    --- Vilma, te lo acabo de decir; no me ha pasado nada mejor que tú, como si no fueses suficiente tú por ti misma me serviste para ver lo que realmente quería hacer con mi vida. Si me dices que no, que no sea porque piensas que me has obligado a cambiar de idea por favor, ¿qué dices?--- seguía con la mano extendida y empezaba a tener miedo, todo lo que le había dicho era verdad y ahora solo podía esperar a que ella le dijese que sí. Vilma cogió aire y lo soltó; tenía miedo sí, podía salirles bien o mal, podían pasar tantas cosas, pero sabía que quería descubrirlo con él, porque tal y como le pasaba desde la primera vez que la había mirado, sabía que era completamente sincero con ella y aquella manera de mirarla...

    --- Vilma Llorente--- le dijo estrechando su mano--- estudiante de segundo de bachillerato, yo no suelo estar segura de nada pero sí lo estoy de que sea a donde sea que vayan mis pasos, quiero que sea contigo, mujer tremendamente borde pero eso ya lo sabes, hubieses llegado cuando hubieses llegado a mi nunca habría sido tarde --- Los dos se sonrieron y se quedaron mirando el uno al otro durante un segundo, Andrés soltó su mano y la llevó temeroso a su cintura mientras se acercaba para cubrir la distancia que quedaba entre ellos, Vilma le sonrió y llevó las manos a su nuca como había hecho el viernes, como siempre la sonrisa de ella le dio el valor que le hacía falta y la pegó a su cuerpo a la vez que estrellaba sus labios contra los suyos.
    Esta vez no esperaron, no quedaba rastro de la timidez de su primer beso, la semana de angustia y preocupación que los dos habían pasado desapareció en el momento en que se tocaron, solo querían más del otro, llenar esa espera, volver a encontrarse el uno al otro; sus manos parecían reclamar al otro como suyo, Vilma estaba de puntillas intentando pegarse tanto a su cuerpo como podía, Andrés se había inclinado para besarla e intentaba abrazarla contra él todo lo que era posible, si hubiesen sido capaces de prestar atención a algo que no fuese el otro habrían oído a sus hermanos silvar y aplaudir desde la ventana. Se separaron un segundo para coger aire, y se miraron a los ojos, Andrés acarició su mejilla y ella pasó la mano por su pelo; estaban a punto de volver a besarse y las piernas de Vilma fallaron por llevar tanto tiempo en puntillas, Andrés no se lo pensó, rodeo su cintura con fuerza y la levantó en brazos, Vilma se echó a reír y enrredo sus piernas a su cintura mientras lo besaba.
    --- ¿Y tu ibas para cura?--- gritó Miguel desde la ventana--- de menudo pecado nos hemos librado.
    --- Se me había olvido que teníamos publico--- le dijo él sonrrojándose un poco.
    --- ¿Te importa?--- respondió ella pasando los dedos por su cuello.
    --- En absoluto--- le contestó antes de besarla otra vez.
    --- ¡Ehhh! Que os estamos viendo, y algún que otro vecino seguro que aun queda en las ventanas.
    --- Miguel quieres dejarlos.
    --- Eso digo yo--- secundó Bea--- con lo monos que están.
    --- A este lo que le pasa es que quiere saber si ganó la apuesta --- le dijo Carlos.
    --- ¿Qué apuesta?--- preguntó Bea sin apartarse todavía de la ventana.
    --- Quien besaba a quien--- explicó Rubén--- decía que Andrés al final iba a rajarse y le tocaría a tu hermana llevar la situación.
    --- Y seguro que se rajó vaya--- siguieron discutiendo hasta que un grito desde abajo acabó con la discusión.
    --- ¡Me ha besado él!--- dijo Vilma separándose de él un segundo, sintió a Andrés sonreír contra sus labios y escuchó como arriba la discusión se reanudaba, pero a ella no podía importarle menos, todos sus sentidos, toda su atención, toda ella era solo para Andrés.

    Vilma estaba sentada en la cama acabando de ponerse las botas, había pensando en robarle a Bea las de tacón pero con la que estaba cayendo iría más cómoda así, además le encantaba que Andrés se agachase para besarla o que la ayudase a ponerse de puntillas, "Anda que no te ha vuelto idiota ni nada" pensó acabando de calzarse, pero le daba igual, era feliz y era todo lo que le importaba, habían pasado meses desde aquel día en que había aparecido a la puerta de su casa a buscarla y habían tenido momentos buenos y malos, pero no podía alegrarse más de haber ido a aquel concierto, de que él no hubiese ingresado en el seminario, de que la hubiese obligado a hablar con él...escuchó sonar su teléfono y dejó de recordar para contestar, sabía quien era y sonrió antes de contestar:
    --- ¡Hola! ¿Vienes a buscarme o te salgo a algún sitio?
    --- Estoy llegando a tu casa, además tengo yo tu paraguas y hoy te va a hacer falta--- Vilma se dio un golpe en la frente, era verdad, se lo había dejado en su coche.
    --- Es verdad, ¿dónde tendría yo la cabeza para dejarme el paraguas?
    --- A mi no me eches la culpa---rió él--- escucha, ¿seguro que no te importa ir con ellos al cine?
    --- Para nada, sabes que me llevo genial con Carlos y Paola también me cae muy bien, y a ti te tengo muy visto--- desde el principio se había llevado bien con el hermano pequeño de Andrés y cuando él empezó la facultad fue la primera en darse cuenta de lo que le pasaba con Paola, la chica se le había metido dentro desde el primer minuto, era ella la que había jugado a la celestina, así que aquella salida doble era la confirmación de su triunfo; ver a aquellos dos juntos era ver que estaban hecho el uno para el otro y así ella sentía que estaba en paz con Carlos que era quien más había ayudado a Andrés.
    --- Cariño te estoy oyendo pensar.
    --- Bueno, el caso es que yo tenía razón y ese par hacían buena pareja; además escogimos nosotras la película.
    --- Pues baja, que estoy llegando, ah y los dos sabemos que lo de que me tienes muy visto es mentira --- añadió haciéndose el ofendido.
    --- Ya voy--- le contestó ella riendo y colgando el teléfono.

    Vilma escuchó como se abría el portal así que se dio prisa para bajar las escaleras, no se cansaba de como la miraba cada vez que la veía llegar ni de como reaccionaba a sus besos "Idiota enamorada" pensó divertida, pero al llegar al portal no vió a Andrés, era Raúl el que estaba en el portal, era amigo del chico del quinto así que no era raro verlo allí, pero no se habían encontrado desde verano.
    --- Hola--- lo saludó al pasar por su lado, desde que Andrés había llegado a su vida todo el dolor y la pena que Raúl habían provocado habían desaparecido, había sido su primer amor eso no podía negarlo, pero no había sido ni de lejos lo que sentía por Andrés, a él lo amaba y eso fue lo que consiguió que saludase a Raúl tranquila después de todo.
    --- Vilma cuanto tiempo sin verte--- él se acercó a darle dos besos pero ella se apartó.
    --- Estaba siendo educada, no te emociones.
    --- Mujer, se que llevamos tiempo sin hablarnos pero tampoco es para que te pongas así.
    --- No llevamos tiempo sin hablarnos, no nos hablamos, ¿o se te olvidó? Porque fuiste tu el que metió la pata.
    --- Bueno sí...fue una cagada, pero ya pasó no vas a estar enfadada contigo toda la vida, ¿no nena?
    --- Vuelve a llamarme así y te arrancó la lengua--- le contestó--- cagadas llevas haciéndolas desde que tenemos doce, acostarte con una de mis mejores amigas y que yo me tuviese que enterar por mi madre es joderla a lo grande
    --- Vale sí, pero sabes que no fue nada, tu y yo llevamos años así, me vas a decir ahora que se acabó por el noviecito ese que te echaste, no te va a durar y lo sabes, acabarás volviendo conmigo, siempre lo haces.
    Vilma tuvo que contenerse para no pegarle un bofetón, pedazo de gilipollas prepotente y egocéntrico, y pensar que ella...menos mal que se le había pasado.
    --- Mira Raúl...--- en ese momento escuchó la puerta del portal cerrarse y vio que había llegado Andrés --- Hola--- lo saludó, sin querer su cara se relajó y sonrió al verlo.
    --- Hola, ¿nos vamos ya o...?
    --- No, no --- le dijo mientras iba hacia él--- nos vamos, esto ya está más que acabado--- dijo segura sin tan siquiera mirar a Raúl, le daba pena que tantos años acabasen así, pero no había otra manera de acabarlos siendo él como era. Andrés se despidió de él con un gesto de cabeza y salieron, él abrió su paraguas, ella se cogió a su brazo y echaron a andar.
    --- Ei, ¿y mi beso?--- preguntó Vilma molesta, él sonrió y la besó.
    --- Espera --- dijo de pronto --- deje tu paraguas en el portal, como le dejemos allí luego no lo mismo no está, espera aquí--- se subió el cuello de la chaqueta y echó una carrera hasta el portal, Vilma estaba segura de que se había dejado el paraguas apropósito, y también de que había oído la conversación.

    Andrés entró al portal y cogió al paraguas, Raúl estaba allí de pie, suponía que esperando a su amigo, pero realmente le daba igual.
    --- Perdona...Raúl ¿no?
    --- Sí, soy Raúl --- contestó el aludido, Andrés vio que las descripciones de Vilma, Bea y Carlota cuadraban a la perfección, chulo, pagado de si mismo, prepotente, no lo habría hecho falta escuchar como le hablaba a Vilma para saberlo, solo con verlo llegaba, pero lo había oído y no estaba dispuesto a dejar que se repitiese.
    --- Genial, yo soy Andrés, me presentaría pero veo que ya sabes quien soy, pero tienes mal la información, no voy a irme a ningún sitio, ni ahora ni nunca, y si hace falta que te lo vuelva a repetir lo haré, aunque creo que los dos sabemos que será peor si haces que te lo diga ella de nuevo.
    --- Mira tío--- empezó Raúl.
    --- No, era todo lo que tenía que decirte; solo espero que lo entiendas y la dejes en paz, porque ninguno queremos que llegues al punto en que la enfades lo suficiente como para que te arrepientas--- cogió el paraguas le dio las buenas noches y salió de allí. Llegó corriendo junto a Vilma y se metió debajo del paraguas:
    --- Toma, guárdalo--- ella lo cogió y lo metió en el bolso:
    --- Estás empapado--- le dijo pasando una mano por su cara--- tenía entendido que solo rescatabas damiselas en apuros cuando las damiselas iban a patear el culo de quien las estaba molestando.
    --- No me dirás que no estabas a punto de patearle el culo ¿no?--- respondió él después de ver que lo había pillado, no sabía de que se extrañaba lo conocía demasiado bien --- ¿te parece mal?---preguntó preocupado.
    --- No, porque realmente estaba a punto de patearle el culo, además esta bien eso de no tener que hacer las cosas siempre sola--- le contestó pasando un brazo por su espalda, él dejo un beso en su cabeza y le contestó:
    --- Te quiero.
    --- Lo sé, y por eso vas a compartir tus palomitas conmigo--- respondió ella sonriendo.
    --- ¿Ah sí? No sabía que fuese a hacer eso.
    --- Sí, sí, y la coca-cola también, pero eso es porque te quiero yo a ti--- Vilma lo besó antes de que pudiese contestarle.

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