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  1. Semántica

    domingo, 3 de abril de 2011

    Para Deb.

    Los niños son capaces de captar los sentimientos más profundos.

    Pa-pi. Venga David, que es muy fácil. Pa-pi.
    Vilma rió divertida y siguió observando cómo el padre de su hijo intentaba que el niño dijese sus primeras palabras. David estaba sentado en el suelo de cubierta, enfrente de su padre. Desde que Julia les había dicho que por el tiempo que tenía era probable que pronto dijese sus primeras palabras éste no había dejado de intentar que David aprendiese a hablar, pero en los cuatro días que habían pasado no había conseguido nada. Ni una sola palabra. El niño se dedicaba a reírse y a entretenerse con cualquier cosa. Vilma se acercó a los dos y se agachó junto a ellos.
    Piti, se está cansando. Además te toca turno de letrinas y yo tengo que ir a darle un baño.
    Tienes razón. Será mejor que me vaya o De la Cuadra me doblará el turno.
    Piti cogió a David en brazos, se levantó y le dio un beso en la cabeza antes de pasarle el niño a Vilma. Después le dio un beso fugaz en los labios a ella antes de irse, y Vilma entró en el interior del barco con el niño en brazos.
    Y ahora a darse un baño, ¿eh campeón?
    David iba entretenido con el pelo de su madre. Aquel día había sido bastante duro, y Vilma estaba tan cansada que apenas podía ponerse en pie, pero tenía que bañar a David. De la Cuadra se había empeñado en ponerle turno de letrinas a Piti a esa hora, y no podría descansar... Se dirigía al camarote que ahora ocupaba su familia para coger todo lo necesario cuando alguien se cruzó en su camino por el pasillo. Era Palomares.
    ¡Hola peque! —Andrés cogió la manita del niño y le dio un beso, y luego miró a Vilma. —Menudas ojeras tienes, Vilma. Tienes que descansar...
    Sí, pues mira lo que voy a descansar que ahora tengo que ir a bañar a este.
    Vilma siguió por el pasillo hasta llegar a su camarote, y Palomares fue detrás de ella. Al entrar dentro, el chico cogió al niño en brazos mientras ella terminaba de coger todo lo necesario para el baño de su hijo. Palomares la miraba muy serio, sabiendo que estaba agotada y que tenía cansancio acumulado de muchos días. La vida en un barco teniendo un bebé no era nada fácil.
    Vilma, déjalo, ya lo baño yo. Tú descansa un rato que no paras en todo el día.
    Ella se giró y sonrió al ver cómo David intentaba coger las gafas de Palomares y el chico alejaba su cara de él para evitarlo.
    No, no hace falta. Me gusta estar con él cuando se baña.
    Bueno, pues ven con nosotros, pero tú te sientas a descansar mientras yo lo baño.
    La idea era realmente tentadora... Vilma se sentía tan cansada que ese día decidió ceder. Normalmente era bastante recelosa con su hijo y lo sobreprotegía demasiado, sin dejar que nadie aparte de sus padres se hiciese cargo de él, pero el niño pasaba mucho tiempo con Palomares y estaba segura de que él podía bañarlo perfectamente. Además ella iba a estar allí para supervisarlo todo. Los tres bajaron hasta la bodega, donde Piti había convertido un bidón en una bañera para el niño. Había usado un bidón más pequeño que el que utilizó tiempo atrás para construir una bañera para ella. Vilma se sentó junto a la bañera apoyando la espalda en la pared con el niño encima mientras Palomares preparaba el baño. Una vez que el agua estuvo a la temperatura perfecta, el chico cogió al niño y lo fue desvistiendo hasta meterlo dentro.
    Está buena, ¿eh David?
    El niño jugaba con un muñeco que había heredado de Valeria, y al escuchar la voz de Palomares empezó a chapotear salpicándolo por completo, mientras reía divertido. Andrés consiguió que dejase de mojarle mientras Vilma no podía parar de reír, y se quitó las gafas para secar las gotas que habían salpicado. Cuando la situación estuvo controlada, Palomares siguió con su labor de bañar al niño.
    Bueno, ¿y qué has hecho hoy peque?
    Obviamente el niño no podía contestar, así que fue Vilma la que habló.
    Pues hoy ha estado jugando con su papi, que es un pesado intentando que hable de una vez, ¿verdad hijo? —Palomares rió divertido, y Vilma lo miró. —Lleva días intentando que diga “papi” sin éxito.
    ¿Cómo que “papi”? Este niño lo primero que va a decir es “mami”, si está enamorado de su madre.
    Vilma sonrió y se acercó a hacerle una caricia cariñosa a su hijo. Era indudable que no podía estar mucho tiempo sin él.
    Pues con la plasta que le está dando Piti yo creo que no, ¿eh?
    Uy que no, ahora le doy yo la plasta para que diga “mami” si hace falta. —Estaba frotando al niño con una pequeña esponja. —Venga David, que yo sé que puedes. Ma-mi. Ma-mi.
    David seguía concentrado en su juguete y Palomares siguió intentándolo un poco más sin conseguir que el niño le hiciese caso. Vilma se reía de sus intentos. Era muy gracioso ver a Andrés intentando que su hijo dijese “mami” cuando momentos antes Piti estaba haciendo lo propio con la palabra “papi”. Estar allí sentada descansando sin hacer nada más, simplemente viendo cómo su hijo disfrutaba le estaba sentando de maravilla. Al fin, el baño de David llegó a su fin y Palomares lo sacó de la bañera y lo enrolló en una toalla, secándolo delicadamente.
    Si es muy fácil peque. Ma-mi.
    Al secarlo le estaba haciendo cosquillas y el niño no paraba de reír. Palomares le dio un beso en la cabeza y lo tumbó en la mesa que utilizaban como cambiador mientras le echaba polvos de talco y le ponía un pañal limpio.
    Tal vez lo primero que diga sea un nombre. —dijo Vilma mientras se levantaba y se acercaba a ellos. Palomares había vestido al bebé y ella lo cogió en brazos. El rubio empezó a guardar todo en la bolsa y se giró para volver a hablarle al niño.
    En ese caso dirá Vilma. ¿Has oído David? Vil-ma. —Ella volvió a reír y negó con la cabeza.
    Podría decir tu nombre. An-drés, ¿eh David? Venga, ¿cómo se llama él?
    Los dos estaban mirando al niño divertidos, pero no esperaban lo que el bebé hizo a continuación. Levantó una de sus manitas, la llevó hacia Palomares y abrió la boca, diciendo la que sería su primera palabra.
    Papi.
    Los dos se quedaron sorprendidos y se miraron el uno al otro. Palomares rápidamente desvió la mirada, volvió a sonreír a David y le dio un beso en la mano, para después mirar a Vilma fugazmente, darse la vuelta y salir de la bodega. David lo había llamado “papi”. Había pronunciado su primera palabra y la había dirigido a él. Precisamente esa palabra. Cuando Andrés se hubo ido, Vilma miró preocupada a su hijo, preguntándose si aquello era una simple tontería o tenía un significado mucho más grande. Al final suspiró, le dio un beso en su rubia cabeza y tras coger las cosas salió de la bodega, estando segura al menos de algo. No pensaba contarle a Piti lo que había pasado ese día.

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